Lunes 3.6.2024
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Xavier Bóveda fue periodista, también escritor. Español, se lo recuerda sobre todo porque formó parte del grupo de vanguardistas que redactaron el manifiesto ultraísta, hacia 1919. ¿En qué consistía tal documento? En las bases, principios y estética del nuevo movimiento que buscaba renovar la poesía. El ultraísmo se posiciona en contra de los excesos decorativos y sentimentales del modernismo y del romanticismo, en busca de una poesía más pura y despojada de ornamentos. A través del uso de metáforas, neologismos y términos técnicos.
ArchivoOriundo de la zona de Orense, en el sureste de Galicia, realizó varios trabajos antes de dedicarse por completo a la escritura. Vivió en Santiago de Compostela y en 1917 fue a Madrid, donde se unió a los ultraístas, que en ese entonces se juntaban periódicamente en el café Colonial. En 1923 partió hacia Buenos Aires, donde se radicó. En los años siguientes, trabajó en Caras y Caretas y La Prensa, y fundó el semanario “Mundo Español” y la revista “Síntesis”.
ArchivoConoció a Jorge Luis Borges, cuando el argentino se instaló en Madrid junto a su hermana, Norah Borges. Así lo indica May Lorenzo Alcalá en su artículo “Xavier Bóveda: el ultraísta español que vivió entre nosotros”. “Xavier Bóveda y Jorge Luis Borges se conocieron, casi seguramente, entre 1919 y 1920 en que ambos colaboran en publicaciones ultraístas y, más que probablemente, a través de Rafael Cansinos Asséns, considerado por ambos un maestro; aunque no habría que descartar el lazo compartido con Francisco Luis Bernárdez, cuyo libro Kindergarten (1923), como La luna, el alma y la amada y De los pazos gallegos de Bóveda (1922), tiene portada de ilustrador galleguista Cándido Fernández Maza, además de la participación de ambos en el cenáculo orensano de Vicente Risco”, indica.
ArchivoEntre sus principales obras figuran “El madrigal de las hermosas”, “Epistolario romántico y espiritual”, “Los poemas de los pinos”, “La luna, el alma y la amada”, “Canto a la raza gallega y versos de fe y de silencio”, “Penumbras”, “Los motivos eternos”, “Humanismo Español”, “Galicia madre”, “El perfecto optimista”, “Laura busca un amante” y “Un honrado padre de familia”.
Sin embargo, el dato biográfico de Bóveda que interesa en estas líneas es su visita a Santa Fe, que se produjo en 1933 para brindar una serie de conferencias sobre “El significado histórico y cultural de España” y sobre su concepto de la poesía, además de recitar algunos poemas propios. En la oportunidad, se alojó en el Hotel Ritz, que funcionaba a pleno, y en ese lugar brindó una entrevista a El Litoral.
Archivo“La charla con Xavier Bóveda es siempre una cosa interesante. Bastan pocos segundos para que entre el periodista inquisidor y el poeta viajero se establezca una amable corriente de simpatía que hace grata y fácil la tarea profesional del reportaje. A Xavier Bóveda no hace falta someterlo al habitual repertorio de preguntas. El poeta discurre con placer, con cierta nerviosa emotividad que le brota espontánea del espíritu. Es que viene de un largo viaje, de una intensa peregrinación en la que Santa Fe, sólo señala un pequeño alto en el vasto itinerario. Y ya se ha dicho que el que viene de un largo viaje siempre trae algo que contar”, reproduce el vespertino en su edición del 15 de octubre de 1933.
Archivo“Xavier Boveda, nos lo advierte en seguida, ha salido de Buenos Aires, hacia el interior de la república, hacia el encuentro del alma argentina tradicional; no tiene el propósito de hacer un libro, no lo mueve en sus andanzas un espíritu de interesada investigación con el objeto de explotarla, en seguida, con fines utilitarios. No seguirá, en este sentido, las huellas de otros viajeros, que acometieron una empresa parecida. He conocido, nos dice con cálido acento, Tucumán, Salta, Santiago del Estero, Entre Ríos; en cada sitio una imborrable sorpresa, en cada región un insospechado descubrimiento, en todas partes una acogida espontánea, cordialisima, llana y dulcemente tiránica. Aplausos y curiosidad inteligente en las conferencias dadas, reciprocidad de simpatía e inspiración poética en los recitales íntimos; conocimiento del paisaje físico y del panorama moral a través del contacto con las gentes, captación definitiva y completa del espíritu nacional en sus expresiones más genuinas en sus tonalidades más profundas”, indica.
Archivo / Hemeroteca Digital Castañeda“¡Qué distancia de lo porteño cosmopolita a lo nativo huérfano de los injertos artificiosos! Llevo dos meses de viaje, dice un tanto fatigado el viajero, y traigo en mi espíritu un tumulto de impresiones gratas, que iré ordenando; pero tengo desde ya la sensación que, al terminar mi gira, tendré una visión total del país cuyo conocimiento me ha llegado por los caminos de la inteligencia y del corazón”, cierra. Como dato de color, hay que agregar que en el mismo momento en que Bóveda llegó para hospedarse en el céntrico Ritz, estaba a punto de exponer en el hall Rubens Ferreira das Trinas un pintor, dibujante y caricaturista brasileño que firmaba sus trabajos como Trinaz Fox.