“Te quiero abrazar mucho” es el último libro de la rosarina Lila Siegrist. Definido por la poeta Beatriz Vignoli como un “extenso poema fluvial”, es un trabajo donde la autora explora distintos textos vinculados con el río Paraná y el litoral, para unirlos con su propia biografía.
Gentileza de la autora En su producción literaria, Lila Siegrist transitó varios géneros. Dice que no prefiera a uno por sobre los demás. Son momentos en los que a veces uno necesita alientos distintos, ritmos de escritura diferentes , señaló.
Nacida en Rosario en 1976, Lila Siegrist es artista visual, editora, productora cultural. En paralelo, desempeñó distintos roles en políticas públicas vinculadas al ámbito cultural. Publicó y editó varios artículos y libros. En “Te quiero abrazar mucho”, consagrado a la poesía, la autora se sumerge en las crónicas de Alcides D'Orbigny, en “El Tempe argentino” de Marcos Sastre, en el “Viaje al país de los matreros” de Fray Mocho y en la “Oda al Paraná” de Lavardén y cruza todo eso con su propia biografía. De hecho, los distintos capítulos se organizan a través de recorridos vitales como el trabajo, el río, la ciudad y el campo. En una charla telefónica, la autora brindó detalles del proceso que desencadenó en la publicación a través de la editorial Mansalva.
Gentileza de la autora
Foto: Gentileza de la autora
-¿Cómo fue la escritura del libro y ese buceo que hiciste en varios texto que conformaron un punto de referencia?
-En realidad, son investigaciones que yo estoy haciendo desde hace mucho tiempo, unos 15 años. Es como un ejercicio romántico de contemplación en el paisaje, pero que con el paso del tiempo transmutó a la experiencia de inmersión en el paisaje. Investigué a los naturalistas, a los viajeros. Investigué las más tradicionales formas de relato de nuestros paisajes, que actualmente son la matriz para la ley de humedales. Entonces me detuve mucho en “El Tempe argentino” de Marcos Sastre, en las crónicas de Alcides D'Orbigny, “Oda al Paraná” de Lavardén, que es como el primer poema nacional, que justamente habla del litoral y del río Paraná casi como si fuera un cuerpo, con una fisiología propia. En paralelo va sucediendo como un diario o una bitácora de la vida, de mi realidad en tanto autora. Eso hace que se cruce todo. Aunque el libro sea breve, es un trabajo de muchos años. Aparecen cinco o seis años de trabajo, que justamente son los años en los cuales yo tuve una vinculación regular con políticas públicas, a veces vinculadas a Cultura y otras veces directamente al Gobierno. Es como una autobiografía anclada en el paisaje.
Subjetividad desbordante
-Es el paisaje atravesado en tu historia, dos líneas que se juntan.
-Confluyen. Y por otro lado, donde la obturación de la sensibilidad debería estar cien por ciento efectivizada es donde en mayor medida se expone. Donde la subjetividad no se puede contener. Desborda en los lugares donde debería estar contenida. Eso juega a favor y en contra.
-Eso queda patente desde los primeros versos que escribís en el libro, cuando en una línea hablás de “combatir la muerte en la palabra”.
-Como no pude presentar el libro, convoqué a algunas compañeras artistas y poetas para que lean los versos. Porque me doy cuenta que cuando hay otro u otra que lee los versos, los poemas ya no te pertenecen, sino que son del otro.
-Ahí se completa el circuito.
-Totalmente. Es así.
Versos que sostienen
-Naciste en Rosario y te criaste ahí, de modo que ese paisaje que se empeña tanto en aparecer en tus versos, forma parte de tu vida.
-Se convierte en ambiente. La transfiguración del paisaje es cuando una se sumerge. O deja de ser contemplación romántica y se vuelve fáctico. Ahí es como que la biodiversidad se corporiza. Deja de ser una experiencia meramente contemplativa o plástica y se vuelve un ejercicio instrumental. Se vuelve ambiente.
-En algún tramo de tu libro decís también: “cargar en el verso todo lo que aparezca”. Y de algún modo eso es lo que trabajás a lo largo del libro.
-Si. Hay un poco de eso. Y hay una traducción de la realidad a lo que casi no se puede decir más que en la poesía. Porque la poesía te habilita un lenguaje que no existe en otro lado.
-También hay algo de denuncia en tu texto.
-Algo hay. De batalla, con cierta elegancia. También de plantear antagonismos. Para mí, es un monumento a los humedales del litoral por un lado y por el otro, la voz de lo que no siempre es hegemónico o central.
-Escribiste: “el poder de los fenómenos naturales por sobre las obras civiles”. Eso dice mucho.
-Si. Cuando hay crecidas o hay sequías. Es parte de nuestro ambiente.
Abrazos postergados
-¿Por qué elegiste ese título “Te quiero abrazar mucho”?
-El título es como un llamado a una necesidad contemporánea. Cómo casi no aparece el aislamiento y los síntomas de la pandemia en el texto, porque lo cierto es que trabajé el texto durante la pandemia, pero fueron escritos en un momento anterior, me parecía que era como una llamada al clima epocal, ya que nos faltó tanto abrazarnos. Por otro lado, es como que el paisaje se circunda y uno se apropia del lenguaje del paisaje también.