Un viaje por las ciudades más cinematográficas del planeta
En “Las ciudades y el cine: las películas como pasaporte”, la escritora y periodista María Zacco propone una mirada diferente sobre las grandes metrópolis que fueron reflejadas en la pantalla grande a lo largo del último siglo. Sostiene que, gracias a eso, algunas ciudades nos resultan muy conocidas aun sin haberlas pisado jamás. Nueva York, París, Roma, Tokio, Buenos Aires, Río, Berlín, México, Londres forman parte del heterogéneo corpus seleccionado por la autora.
United Artist Manhattan , dirigida por Woody Allen en 1979 es una oda a Nueva York, a sus puntos emblemáticos y a sus habitantes.
En un rincón de Greenwich Village, en Nueva York, se encuentra el café Reggio. Un lugar histórico porque allí se preparó el primer capuccino de este lado del Atlántico. Pero también porque fue el escenario donde un joven Vito Corleone, interpretado por Robert De Niro, enfrenta al extorsionador Fanucci en el inicio de su ascenso al poder de la Mafia. En el barrio de Notting Hill, en Londres, miles de turistas buscan cada año la puerta azul de la casa donde Hugh Grant y Julia Roberts vivieron un romance. Anita Ekberg realiza un baño nocturno en la Fontana di Trevi mientras es captada por Federico Fellini y emerge el milagro de que la secuencia sea evocada año tras año por quienes visitan Roma. Estos son algunos de los detalles que nutren a “Las ciudades y el cine: las películas como pasaporte” de la escritora y periodista María Zacco. Que analiza el proceso a través del cual, magia del séptimo arte mediante, algunas metrópolis del mundo nos resultan conocidas y familiares a pesar de no haberlas pisado jamás.
La autora parte de un planteo del filósofo Jean Baudrillard, que indica que para descubrir una ciudad, es mejor comenzar por las películas que la cuentan. Y desde esa premisa, propone un recorrido por Nueva York, París, Roma, Tokio, Buenos Aires, Río de Janeiro, México, Berlín y Londres, pero desde las cintas que las inmortalizaron.
A lo largo del libro, también aparecen fragmentos de los diálogos de distintas películas que refuerzan el sentido del libro. Por ejemplo, aquella que, en “La Dolce Vita” de Federico Fellini, dice “Roma me gusta muchísimo. Es una especie de jungla donde uno puede esconderse bien”. O esa otra de “Manhattan” de Woody Allen que señala: “Qué maravilla. Esta es una gran ciudad. No me importa lo que opinen los demás ¡Es tan extraordinaria!”. La descripción de la capital francesa que se hace en “Un americano en París”, de Vincente Minelli: “París te atraviesa. Te abre de par en par y así te quedas”. O la sugestiva mirada sobre Tokio de la película de Yasujirō Ozu de 1953: “es tan grande que si nos perdiéramos es posible que nunca volviéramos a encontrarnos”.
El origen
“Estudié Comunicación en la Universidad de Buenos Aires y había una materia en particular que se llamaba ‘Cultura Popular y Cultura Masiva’. Haciendo una investigación para esa materia, me topé con un autor estadounidense que se llama Richard Sennet, que escribió el libro ‘Carne y Piedra. El cuerpo y la ciudad en la civilización occidental’. Hablaba sobre cómo las ciudades habían sido moldeadas por exigencias políticas y económicas y cómo eso influía en la psicología de las personas que las habitaban y en sus destinos. Me enganché con esa mirada. Después terminé convirtiéndome en periodista y a escribir sobre cine. Un colega, el crítico Leonardo D’Espósito, me convocó para participar de la colección Cine Pop en Paidós Planeta, con un libro sobre las ciudades y el cine. Así nació y fue un trabajo titánico”, contó María.
Castle Rock Entertainment, Nelson Entertainment Cuando Harry conoció a Sally .
"Cuando Harry conoció a Sally".Foto: Castle Rock Entertainment, Nelson Entertainment
Del artificio al realismo
Consultada respecto al funcionamiento de los procesos de representación en el cine de las distintas ciudades que seleccionó para el corpus de su libro, María apuntó que el mecanismo para pensar la representación es similar, aunque cada ciudad tiene su marca. “Elegí un título, que es azaroso, para cada capítulo, que resume la idea de lo que quiero decir de cada ciudad. Y tiene que ver con el devenir de su historia, en como nació el cine en cada una de ellas y lo que el cine quiso representar en cada una”, dijo.
Según su mirada, cada una de las metrópolis fue captada de diversas maneras por diferentes movimientos. “El cine nació como un artificio a través del cual se recreaban ciudades que nosotros jamás conocimos. En esa época, el cine era puro artificio y también un espacio donde uno podía ‘realizar’ sus ilusiones. Después de la Segunda Guerra Mundial hubo una pérdida de la inocencia y las ciudades quedaron tan devastadas que hubo un común acuerdo entre los realizadores, sobre todo europeos, respecto a no obviar esa destrucción y mostrar la ciudades en la pantalla. Ahí nació el neorrealismo”, rememoró.
Archivo El Litoral King Kong .
"King Kong".Foto: Archivo El Litoral
La más cinematográfica
Entre todas las ciudades, en un intenso mano a mano con París, Nueva York se ubica en el podio como la más icónica de las ciudades en la pantalla grande. Además, como en ninguno de los otros casos, aparecen realizadores-autores que se han apropiado de distintos de sus espacios. “Eso se puede dar en todas las ciudades, pero en Nueva York es evidente porque es una de las más icónicas del cine y del mundo, para los viajeros. Creo que eso es por la fuerza del cine también. Cada uno de los directores toma un lugar y un aspecto diferente de la ciudad. Martin Scorsese retrata la zona de Little Italy, hoy casi devorada por Chinatown. Woody Allen apunta más a la movida intelectual de los ‘60 que se daba en los bares y restaurantes. Y Spike Lee a las zonas donde viven los afroamericanos y donde se desarrollan los conflictos raciales”, explicó Zacco.
Columbia Pictures Taxi Driver .
"Taxi Driver".Foto: Columbia Pictures
Un proceso que continúa
El fascinante proceso por el cual Nueva York se convierte en un emblema del american dream, París en la ciudad de las ilusiones románticas o Tokio en el imperio de los sentidos es desplegado por la autora, con la ayuda de planos que muestran la ubicación de los lugares de las escenas míticas de la pantalla grande. “La mayoría de las películas, sobre todo las comerciales, se centran en tomar íconos que la gente pueda reconocer. Pero también hay directores que exploran otros sitios, menos conocidos”, destacó María.
Esa relación entre el cine y las ciudades, es una característica propia del siglo XX, por el rol que tuvo el cine en el siglo pasado. Pero tiene continuidad, en la medida en que las ciudades son como órganos que están en constante movimiento. “Laten y se van modificando. Siguen cambiando y las películas siguen reflejando todo eso. Hace un tiempo le preguntaron a Quentin Tarantino sobre su última película ‘Érase una vez en Hollywood’ y dijo que el tema central era la evolución de la ciudad de los Ángeles”, finalizó Zacco.
Focus Features, American Zoetrope, Elemental Films Perdidos en Tokio .
"Perdidos en Tokio".Foto: Focus Features, American Zoetrope, Elemental Films