Luego de mucha expectativa se estrena este miércoles 30 la nueva película de Guillermo Francella, Granizo, poniendo a la meteorología en el centro de la escena como probablemente nunca antes estuvo en la industria del cine argentino.
En esta ocasión Guillermo Francella interpreta el papel central de un meteorólogo apodado “el infalible” que por primera vez falla, quedando bajo una tormenta de emociones que se lleva puesta no solo su vida, sino también la de quienes confiaban en él.
Luego de mucha expectativa se estrena este miércoles 30 la nueva película de Guillermo Francella, Granizo, poniendo a la meteorología en el centro de la escena como probablemente nunca antes estuvo en la industria del cine argentino.
“Yo, Miguel Flores, el infalible, lo garantizo”. Con esta frase el meteorólogo estrella de la televisión cierra su segmento televisivo y sentencia su suerte, luego de brindar un pronóstico de cielo despejado para la noche. Según se pudo observar en los avances del tráiler de la película, una tormenta nocturna fuera de los planes cambiará su vida por completo.
Tal como menciona la sinopsis “el meteorólogo más querido y famoso del país se convierte de la noche a la mañana en la persona más odiada por una 'terrible falla' en su pronóstico. Esta situación obligará a Miguel Flores a huir de la Ciudad de Buenos Aires para encontrar refugio en su ciudad natal en Córdoba, lo que derivará en un viaje de redescubrimiento tan absurdo como humano.”
Un padre que, luego de un hecho trágico y en busca de explicaciones, dejó todo de lado para ser el mejor, incluso a su propia hija. Todo envuelto en un amable papel de regalo, con moño de cine catástrofe. Cuanto más se adentra uno en la trama de Granizo, más capas se encuentran. La nueva película de Marcos Carnevale, protagonizada por Guillermo Francella (misma dupla de Corazón de León), que puede verse en Netflix a partir de este miércoles, atraviesa muchas de las obsesiones de sus responsables, aun cuando vista traje de comedia agridulce con foco en relaciones familiares, y cuente con efectos especiales para nada frecuentes en el cine nacional.
En esa multiplicidad temática es donde director y actor se sienten más cómodos, creando un film divertido y a la vez reflexivo, cuyo proceso de creación atravesó la pandemia, y le ganó.