Viernes 6.8.2021
/Última actualización 13:51
Silvina Gómez, compositora, arregladora, cantante, pianista y percusionista entrerriana, alumbró su tercer disco, “Volátil”, en una formación de cuarteto junto a músicos uruguayos. A través de una sonoridad electrónica, las canciones que lo integran abordan géneros sudamericanos, con fuerte presencia rítmica rioplatense, de candombe y folklore. Pero también se añaden aires de jazz y sonidos originales de Gómez. Los músicos que acompañaron a la compositora (Hernán Peyrou, Rolo Fernández y Martín Ibarburu) sumaron arreglos.
El propio título del disco sugiere diversas lecturas y abre numerosas posibilidades. “La idea de ese nombre para uno de los temas del disco, que lleva el mismo nombre, surgió en un ensamble de canto y percusión de mujeres que dirijo en Marindia, Uruguay, el “CoroCocó”. En esos encuentros se potencia mucho el vuelo, la locura alegre, esa combinación de lo sutil y lo que está a punto de explotar que somos juntas, ese poder creativo mutante permanente”, contó Silvina en una charla con este medio.
Pero la premisa no se agota allí. Es que “Volátil” también simboliza el “estado de amor y vuelo” que revivió en la artista cuando comenzó a tocar con sus compañeros Peyrou, Fernández e Ibarburu. “Es el enamoramiento, lo que se despega y no permanece, ese estado del alma al que nos lleva la poesía de la vida”, destacó.
Gentileza Alan AndersonFoto: Gentileza Alan Anderson
La mayor parte de las canciones del disco son de autoría de Silvina Gómez. Respecto al proceso creativo previo, la cantante señaló que por afinidad musical y filosófica armó el cuarteto con el que empezó a tocar canciones de su disco anterior “Aguas”, que tenía un perfil más acústico y litoraleño. “Me fui dando cuenta que este cuarteto con dos teclados, batería y bajo necesitaba que pudiera retomar y crear nuevas músicas, que se adaptaran más a este formato. Así, volví a traer de tiempos pasados algunas músicas que nunca había grabado, las fui adaptando a este formato y también me puse a componer para este grupo, con un sonido más eléctrico, power, junto a tres musicazos que vuelven posible el vuelo”, detalló.
¿Qué rasgos en común tienen las canciones del disco? Principalmente la identidad sudamericana. “Fueron trabajadas con total libertad, sin meterme de lleno en ningún tipo de género específico, salvo el candombe ‘Al viento’. El elemento rítmico juega un papel fundamental en mi forma de armar las músicas, que voy gestando desde el cuerpo. Me detengo mucho en las armonías también, que trabajo de forma intuitiva y orgánica. Y las melodías, una vez que se arma el juego, vienen solitas. Creo que la música litoraleña y el candombe así como toda la música afro sudamericana son esenciales y están implícitas en mis músicas. Si bien ‘Volátil’ no entra de lleno en ningún género específico, siento que nuestros paisajes sonoros están presentes”, detalló Gómez.
Gentileza Florencia LatasaFoto: Gentileza Florencia Latasa
Las canciones de Volátil, que no son obras propias de Gómez a pesar de compartir el espíritu del disco, son “Pan del agua” (rasguido doble del misionero Ramon Ayala) y “Mariposa del aire” (poesía de Federico García Lorca, con música y arreglos de Silvina). Ante la consulta de los motivos que la llevaron a incluir estas piezas, la cantautora apuntó que a las dos canciones las venía tocando hace tiempo, con distintas formaciones de músicos, en una etapa puente entre este disco y el anterior ‘Aguas’. “Laburé mucho los arreglos de ambas durante un largo tiempo, y cuando llegó el momento de elegir repertorio a grabar sentí muchas ganas de darles cuerpo dentro de este ‘Volátil’”, confesó.
En paralelo a su labor de compositora, Silvina Gómez lleva adelante un trabajo significativo como educadora. Ambas labores se nutren entre sí. “Me siento renga cuando no estoy regando alguna de ellas. Siento una gran vocación con la enseñanza musical, me da mucha emoción ser ese puente entre las personas y la música. Ver la transformación que se produce en un niño por ejemplo cuando con mínimos elementos puede armar una melodía, me llena de alegría. Siento que todo es posible. Y ese estado del alma permite que ese caudal sonoro y creativo esté siempre despierto. Mis clases son la fuente de las músicas que hago. En ellas, mi creatividad se mantiene despierta. Y mi lado compositivo nutre mi trabajo como educadora, le da nuevos aires, la mantiene siempre en movimiento y búsqueda”, resaltó.
Gentileza producciónFoto: Gentileza producción
Finalmente, consultada respecto al valor que tiene editar un disco en un sello como Shagrada Medra, Silvina afirmó que es el proyecto colectivo que siempre soñó. “Me siento muy feliz y orgullosa de ser parte de esta ronda amorosa comandada por el inmenso ‘Negro’ Aguirre que siempre ha sido un faro para tanta gente, de la música y la vida”.