Los argentinos que se presentaban en la jornada de miércoles en el Australian Open, primer certamen de Grand Slam del año que reparte 19 millones de dólares en premios, tuvieron buenas actuaciones y lograron el acceso a la tercera ronda del cuadro principal masculino. Tanto Gastón Gaudio como David Nalbandian, los únicos tenistas nacionales que jugaban en singles en el tercer día de acción, se llevaron sendos triunfos sin demasiadas dificultades.

El rendimiento interesante que había mostrado Gastón Gaudio en su debut, en partido que no pudo concluir por el abandono de su rival, el rumano Razvan Sabau, lo refrendó anoche cuando superó con total comodidad y solidez al alemán Lars Burgsmüller. El marcador final se selló en 6-3, 6-2 y 6-3 con lo cual accedió a la tercera vuelta, su mejor performance en este torneo, instancia a la que accedió en el año 2002 y en la edición pasada. La victoria del argentino resultó inobjetable, ya que fue muy superior a su rival desde el comienzo del partido. En la próxima vuelta, el octavo preclasificado del cuadro principal intentará lograr su mejor resultado en Australia cuando se mida con el siempre complicado francés Fabrice Santoro, quien arribó a esta instancia luego de derrotar al rumano Andrei Pavel con parciales de 6-4, 6-1 y 6-4.

En tanto, en hora de la mañana de hoy (comenzó a las 7.30 de nuestro país) jugó Nalbandian, quien estuvo más sólido que en su debut y se llevó un inobjetable triunfo ante el suizo Stanislas Wawrinka por 6-4, 3-6, 6-4 y 6-2. El viernes, en su presentación por la tercera vuelta, el cordobés deberá medirse con el finlandés Jarkko Nieminen, reciente campeón en el torneo de Auckland, quien superó al taiwanés Yeu Tzuoo Wang por 6-2, 7-6 (3) y 6-2.

En los dibujos para duplas comenzó la acción y hay varios argentinos en competencia. Entre las damas, la dupla compuesta por la rafaelina María Emilia Salerni y la venezolana Milagros Sequera cayó ante el binomio chino de Na Li y Shuai Penq por 6-2 y 6-3, mientras que la bonaerense Mariana Díaz Oliva, en pareja con Liga Dekmeijere, de Latvia, quedó eliminada frente a la estadounidense Amy Frazier y la taiwanesa Janet Lee por 6-2 y 6-0. Las otras tenistas nacionales que jugarán en este cuadro serán Gisela Dulko (en dupla con la rusa Maria Kirilenko) y Paola Suárez, con su compañera de siempre, la española Virginia Ruano Pascual. Dulko-Kirilenko debutan esta noche ante Rally Randriantefy, de Madagascar, y Anna Smashnova, de Israel. En tanto, Suárez-Ruano Pascual lo harán ante la rusa Vera Douchevina y la israelí Shahar Peer.

Entre los caballeros, el dúo Gaudio-Chela superó a Baghdatis (Chipre)-Skoch (República Checa) por 6-1 y 6-2, algo similar a lo que lograron Acasuso-Prieto, vencedores de los rusos Andreev-Davydenko con parciales de 6-7 (4), 6-4 y 7-6 (2). En tanto, cayó Martín García (en dupla con el peruano Horna) ante Aspelin (Suecia)-Perry (Australia) por 6-3 y 6-4; Mónaco-Montañés (España) perdieron ante Erlich-Ram (Israel) por 6-3 y 6-2; y Zabaleta-Moyá (España) contra Fisher (Australia)-Gimelstob (Estados Unidos), por 6-2 y 7-6 (2). Esta noche debuta el binomio Calleri-Berlocq ante el dúo compuesto por el belga Christophe Rochus y el suizo Wawrinka y también el Pulpo Etlis (en pareja con el estadounidense Rajeev Ram) ante la dupla de Kerr (Australia) y Parrot (Estados Unidos).

Si bien está claro que el enfrentamiento que comenzará mañana a las 5.30 de nuestro país no se trata de un Argentina-Australia, la idea de ver jugar a cualquier tenista nacional contra el antipático Lleyton Hewitt le otorga al partido una importancia mayúscula. Es probable, incluso, que mucha gente de otros países se encolumnen detrás del "Flaco" de Ciudad Evita para ver derrotado al rubio jugador oceánico.

En el estricto caso argentino, son varios los motivos para querer ver perder al australiano, quien tuvo casi desde siempre muy malos comportamientos en los courts. Cabe recordar, en junio del año pasado, el duelo por Copa Davis entre los dos países, en el cual se pudo apreciar un constante desdén por los argentinos, con insultos incluidos, más allá de la también reprobable actitud que tomó Guillermo Coria.

Pero sin ir más lejos, en la edición 2005 del Australian Open hubo mucha tela para cortar en el duelo Chela-Hewitt por tercera ronda, en el que el local llegó a sacar de las casillas al bonaerense, muchacho tranquilo si los hay dentro del circuito, con sus provocativos gritos ensordecedores no sólo a la hora de ganar un punto, sino también cuando el rival se equivoca en el juego. Enfurecido, Chela escupió en dirección a Hewitt (aunque nunca llegó a tocarlo) en un cambio de lado y el pleito terminó con una sanción para el argentino, que tuvo que abonar una multa.

"Los gritos de Hewitt enojan porque no grita sólo cuando gana un punto sino que también lo hace cuando hay errores ajenos", fue la crítica generalizada de los jugadores argentinos, que le dejaron una espina clavada al poco educado tenista tras el sorpresivo triunfo albiceleste en el césped de Sydney, en una serie en que brilló el cordobés David Nalbandian.

En sus declaraciones de ayer, el oceánico se encargó de ponerle pólvora al nuevo encuentro con Chela señalando que al argentino no podía considerarlo como colega. Segundos afuera.