Gigantesca manifestación antietarra
San Sebastián (España), 24 (AFP). - Unas 100.000 personas, según versiones policiales, colapsaron ayer San Sebastián (norte de España) en una gigantesca manifestación de rechazo a la "violencia terrorista" de ETA, que en los últimos nueve meses ha asesinado a 13 españoles en 24 atentados.
Al mismo tiempo, en Zarautz -a pocos kilómetros de San Sebastián, sobre el litoral atlántico- unas 2.000 personas participaron en otra manifestación convocada por el brazo político de ETA, la coalición independentista Euskal Herritarrok (EH), en favor de la "libertad" del País Vasco.
La Guardia Municipal (policía local) cifró en unos 100.000 los participantes en San Sebastián. La televisión española se había referido poco antes a 70.000 participantes.
"Han sido miles y miles los ciudadanos que han salido a la calle a ser protagonistas de la lucha por la libertad", dijo la europarlamentaria socialista Rosa Díez.
Leves incidentes -en los cuales una mujer resultó herida- que no pasaron a mayores debido a la oportuna intervención policial, empañaron la jornada pacifista.
La pancarta central de la marcha, con el lema "por la vida y la libertad: defendamos lo que nos une", era llevada por un grupo de 21 familiares de las últimas víctimas de ETA, que encabezaban la manifestación seguidos de grupos de intelectuales y dirigentes de los partidos políticos del ámbito nacional.
"Esta manifestación es un triunfo sobre la indiferencia y sobre el miedo, una victoria sin armas contra las armas", señalaba un manifiesto leído como colofón de la protesta, subrayando -como escribió Cervantes en "El Quijote"- que "la libertad es uno de los más preciados dones que a los hombres dieron los cielos".
La marcha colapsó durante varias horas el centro de San Sebastián.
De ella se automarginaron los representantes del gobierno autónomo vasco y los dirigentes de los partidos nacionalistas, que catalogaron la manifestación de "antinacionalista", de marcha "politizada" y de "trampa política".
El filófoso Fernando Savater, el cineasta Pedro Almodóvar, representantes del gobierno español del centroderechista presidente José María Aznar, así como el líder socialista José Luis Rodríguez Zapatero y el líder comunista Francisco Frutos, figuraban entre las personalidades.