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Normalidad en las elecciones polacas
Varsovia, 8 (EFE). - Los polacos votaban hoy en unos comicios presidenciales a los que concurren doce candidatos, aunque todos los sondeos dan por segura la reelección del socialdemócrata Aleksander Kwasniewski como máximo mandatario de este país.
La votación, que comenzó a las 6 hora local y en la que podrán participar hasta las 20 hora local 29 millones de ciudadanos, transcurre con absoluta normalidad.
Tampoco se han registrado mayores errores en la organización técnica, aunque en los colegios de la ciudad de Plonsk hubo que cambiar las papeletas suministradas por otras con cuños correctos y en las listas de electores de Cracovia figura registrado el nombre de Karol Woijtyla, el Papa Juan Pablo II.
Según el presidente de la Comisión Electoral Nacional, Ferdynand Rymasz, en las primeras seis horas de la votación no se registró ni un solo incidente en todo el país.
"Hasta ahora las actuales son las elecciones más tranquilas de cuantas se han celebrado en los diez años de la Polonia democrática", recalcó Rymasz.
Los observadores opinan que esa calma y normalidad se deben, ante todo, a la falta de auténtica pugna en unos comicios en los que el actual jefe del Estado, Kwasniewski, según todos los sondeos, conseguirá tres veces más votos que el segundo candidato más respaldado, probablemente el independiente Andrzej Olechowski.
Al no existir una rivalidad enconada tampoco hay mayores pasiones y, por consiguiente, no se producen las alteraciones del orden ni los comportamientos violentos.
Un elemento de esa calma y normalidad es también el tono y contenido de las declaraciones de los candidatos que votaron a primeras horas de la mañana para dar un buen ejemplo a la sociedad y conseguir una participación por lo menos similar al 65 por ciento registrado en los comicios de hace cinco años.
Unos candidatos, como el agrario Andrzej Lepper, confesaron con sinceridad que se habían dado el voto a sí mismos, mientras que otros, como el nacionalista Dariusz Grabowski, prefirieron no revelar su decisión.
Lech Walesa, aunque los sondeos le daban un respaldo inferior al tres por ciento, anunció después de votar con su esposa Danuta que, aunque sufra esta vez una gran derrota en las urnas no abandonará la política y volverá a luchar por la Presidencia de la República dentro de cinco años.