Opinión: OPIN-10

Opinión


La duquesa María de Luxemburgo

La nueva gran duquesa de Luxemburgo, María Teresa Mestre, nacida hace 44 años en La Habana, mostró este sábado, durante su ascensión al trono de su esposo, el gran duque Enrique, toda su simpatía y apego hacia los luxemburgueses.

"Estoy muy feliz", declaró a la AFP al salir del ayuntamiento para saludar a los varios miles de personas que los esperaban, además de agradecer la presencia hispana en las calles.

Muy querida por su pueblo, "Tréis", como la llaman en luxemburgués (idioma parecido al alemán), volvió a recibir numerosas muestras de cariño de la población que se acercó a presenciar en el centro de Luxemburgo el traspaso del Gran Ducado del padre, Juan, al hijo, Enrique.

"Muy simpática" y "guapa" la considera una luxemburguesa de origen portugués que veía la ceremonia desde su bar, frente del Palacio Gran Ducal, con una bandera luxemburguesa adornando su vestido.

"Pasea sola por la ciudad, conduce su automóvil, va al mercado con sus hijos y los lleva al colegio, y siempre saluda al pueblo", agregó.

La soberana "trae un poco de sol a los luxemburgueses", creen dos "monárquicas" belgas que vinieron expresamente a presenciar los actos.


Cariño

María Teresa, vestida de largo por el dominicano Oscar de la Renta, manifestó su espontaneidad este sábado desde el comienzo de la ceremonia: al encuentro de la población, saludaba y besaba a quienes se congregaban a los lados de la calle, sin parar de recibir flores.

Su esposo Enrique y sus cinco hijos no son menos queridos, y este sábado también devolvieron las muestras de cariño a sus compatriotas.

En el balcón del Palacio Gran Ducal, a pedido de un espontáneo, el Gran Duque Enrique dio un beso a su esposa y ésta lanzó otro con la mano a quienes les vitoreaban.

"Son formidables... una familia muy guapa y unida, tienen mucha clase y elegancia", opina otro grupo de gente al ver pasar a la pareja seguida por sus cinco hijos: Guillermo, de 19 años, nuevo príncipe heredero, Félix, de 16, Luis Javier, de 14, Alexandra, de 9, y Sebastián, de 8.

Los luxemburgueses también aprecian el apego entre padres e hijos: "Hablan constantemente con ellos, incluso en los actos públicos". Y principalmente los mayores también siguen los pasos de sus padres al acercarse a saludar a los niños.

La sencillez y discreción de la familia también es apreciada, y pudo verse este sábado en las ceremonias, que además fueron reducidas al mínimo por la convalecencia de Guillermo, hermano de Enrique.

Que María Teresa Mestre sea de origen extranjero o no pertenezca a una familia real "no nos importa", dicen muchos: "Todas nuestras reinas son extranjeras. Lo que importa es el amor -los grandes duques se casaron un 14 de febrero, día de los Enamorados-, la felicidad y, sobre todo, que tengan hijos guapos".

"María Teresa se ha integrado muy bien, algo que no es fácil. Ha hecho mucho por los extranjeros -que alcanzan el 37% de la población-, ambos son excepcionales", dice una ciudadana portuguesa nacionalizada en Luxemburgo. "Y además, son jóvenes". Con 45 años él y 44 ella, son los soberanos más jóvenes de Europa. (AFP).