Santa Fe impuso su solidez colectiva
Le ganó a Entre Ríos en la condición de visitante. Fue en la apertura del Campeonato Argentino de Ascenso. El próximo domingo recibirá a Noreste, que ayer superó a Santiago del Estero.
El match, disputado
La gran diferencia
Desde el arranque, Santa Fe lució ordenado y efectivo. No sólo en materia defensiva, sino también en lo que hace a la obtención y al control de la pelota.
Siempre dejó la sensación de ser un equipo paciente, que sabía muy bien lo que quería, pero además poseyó los argumentos para demostrarlo.
Mostró una defensa casi granítica: ya sea en el borde de las formaciones, como en el vital centro de la cancha, clausurándole las "fronteras" a un adversario que nunca encontró los medios para atravesarla.
Lució dominante en el scrum y solvente en el line-out, lo que obviamente provocó excelentes plataformas de lanzamiento o recuperación.
Pese a que no pudo aprovechar fehacientemente las innumerables pelotas calificadas de las que dispuso, cuando encontró el timming adecuado estableció evidentes diferencias en materia ofensiva.
Por esa vía llegó el ensayo de su capitán (Andrés Irigoyen), tras una acción de varias fases nacida en mitad de cancha. También se generaron las infracciones adversarias que permitieron sumar a través de la certeza de su fullback, Jorge Fernández.
Y lógicamente, también aquellas ocasiones que fueron solventadas por la entusiasta -aunque desprolija- defensa entrerriana. Por lo expresado quedó claro que el parcial debió haber finalizado con un resultado algo más expresivo que el 10 a 3 favorable a los santafesinos.
Desde el arranque, los entrerrianos mostraron que dejarían todo de sí para revertir la historia parcial del encuentro. Comenzaron por prevalecer territorialmente, para luego mostrar cierto dominio en el control de la pelota. Pero lamentablemente para sus intereses, lo hicieron a través de arrestos individuales o "patriadas" de conjunto, inmersas en falta de cohesión.
Esto no hizo más que favorecer la estructura de un Santa Fe que, rara vez, perdió su línea de juego. No sólo se mantuvo muy bien estructurado, sino que además fue oportuno cada vez que cruzó el campo adversario.
En el tramo final, cuando el descuento local dejó el marcador "a tiro de try" para cualquiera, Santa Fe también aportó un par de ocasiones propicias para volver a visitar el ingoal adversario.
La más lucida fue una acción que nació de una excelente réplica de casi toda la cancha, en la que tuvieron notable injerencia la eficiencia de Jorge Fernández y la potencia del recién ingresado Pablo Calanchini, a quien resulta bastante ilógico observarlo en el banco de relevos.
Nadie debe dudar de que el debut santafesino dejó un saldo positivo. Porque más allá del triunfo escueto, con escasísimo tiempo de preparación se pusieron en evidencia algunas virtudes propias de aquellos equipos que prevalecen en función de tal.
En materia individual, se notan escasas deficiencias, las que podrían subsanarse con la reincorporación de algunos indiscutibles como Emiliano Dalla Fontana (suspendido), o bien con algunos "retoques" al quince titular.
Entre los forwards, funcionó muy bien la primera línea y se lució Federico Schmidt. Los medios supieron adecuarse a las características del partido; mientras que entre los backs, afloró el impecable rendimiento de los centros.
En síntesis, existieron motivos más que suficientes como para dejar un crédito abierto hacia un grupo que evidentemente funciona como tal, cimentado por una responsable apoyatura engendrada en el seno mismo de la Unión Santafesina.
El partido se disputó en la sede central del CAE, ante un muy buen marco de público y con el discreto arbitraje de José Favretto, de la Unión del Noreste.
César Miño