De una entrevista
A Lezama Lima, por Salvador Bueno
-¿Cuáles son las mejores condiciones para ser escritor?
Lezama Lima: -Yo niego las condiciones (mundo condicionado), el ambiente, el milieu. Todo depende del arbitrio, de la elección de la libertad. Para un escritor lo mismo puede ser creador el palacio de Goethe que la covacha de Dostoievsky. Un escritor no se resuelve en un mundo condicionado, sino en el cumplimiento de un destino, de una fatalidad. En presencia de la brevedad de la vida de un Keats o de un Mozart, a quién se le ocurrirá decir que el tiempo le fue negado, tuvieron un tiempo para un tiempo, el que los protegerá siempre para el tiempo dañado. Los teólogos afirman que el Maligno nos habita cuando estamos recorridos por el hastío y el aburrimiento. Por eso Rodin decía ante los ojos absortos de Rilke: el trabajo vence a la muerte. Todo verdadero creador ha sido condicionante, nunca condicionado.
-"Cada novelista debe inventar su propia técnica", dijo Mauriac; ¿qué opina usted?
-Yo soy renuente a usar en literatura expresiones como técnica o estructura, me parecen palabras comentadas. De las técnicas se derivan leyes. Por el contrario, un configurador de la expresión, un pintor, un escritor, tienen experiencia de taller, la balanza secreta para la gravitación de cada palabra o de cada color. Si mi novela ha podido desenvolverse ha sido por el desprecio de todas las técnicas, de los clichés para construir novelas. Yo no tengo una técnica, yo no recomiendo modos ni maneras, yo no tengo ningún parti-pris al enfrentarme con la palabra. Tengo la alegría de ver las palabras como peces dentro de la cascada.
-¿Cree usted que la crítica literaria sirve para algo?
-La crítica sirve para dar testimonio de las nuevas zonas ganadas por la expresión. Pero qué mejor testimonio que el dado por la propia obra de creación. Toda obra verdadera es concluyente, tiene su propia creación y su propia crítica. Toda obra de creación es al mismo tiempo crítica; ¿por qué tiene entonces que existir la crítica al margen de la propia obra de creación? Sainte-Beuve no supo nunca valorar la importancia de Baudelaire, de Stendhal o Balzac. La mejor crítica de Joyce la hicieron Eliot y Pound, no Curtius aunque éste fuera un gran maestro de la sabiduría literaria, pero Eliot y Pound tenían una unidad más profunda con las experiencias de la ensalada filológica que está en la raíz de Joyce, por eso vieron más, pudieron profundizar más en sus sones creativos.
La histeria de la rata
se desfigura ante
la presencia lasciva
del queso en la trampa.
La nada
lana da.
Si caemos
sólo la mirada
filosa de la mosca
sabe que lo dulce
no se observa
se prueba.
Sólo si caemos.
La tortuga sabe
que aún cuando de ella no dependa,
apresurarse es masticar hogueras.
Coagula
y en sus arterias se forman
océanos de lodo.
El fin de la rueda
es el comienzo de otro giro,
y el final de éste
el comienzo de otra rueda.
No cesa,
irrumpe.
No calla,
padece.