De "La espera"
Por Norman Petrich
En la casa donde ardía tu leño
el fuego de tu leño
la casa con tu leño
dormitan mis animales
sin el calor que contagia
y las voraces cucarachas
se preparan para tomar posesión
cuando cese de crepitar
la última chispa
o sólo quede la sombra del fuego
en unas ruinas congeladas.
El augurio de la sombra
los gemidos de los animales sedientos
el crepitar del fuego elevándose
el rumor de las palabras
que callaron a tiempo
el quejido de los muros cediendo
tanteando ciegos
en plena oscuridad
han encontrado refugio
en el silencio
de los cuerpos
desesperadamente abrazados
Ahora que sólo queda polvo
del polvo hecho carne
las pupilas de la muerta
dejan instalado
el permiso para comer de su mano
caliente como la sopa
que destila tiempo
finge vida
y convierte el final
en una eterna
gran
simulación