Cultura: CULT-03 Recordando a Francisco Puccinelli


Puccinelli fue gran amigo de mi hermano el pintor Julio Lammertyn. A través de él lo conocí y nos hicimos amigos. Amistad que se nutrió por más de 50 años en dos vertientes importantes: nuestro común amor por Francia y su cultura y nuestro incondicional cariño por Rincón.

Pasamos apacibles tardes con sus hermanas en su atelier rinconero. Cuanta persona importante intelectualmente visitaba Santa Fe, era informada de la intensa actividad que desarrollaban los pintores y plásticos en San José del Rincón, y como consecuencia de ello la visita obligada era al estudio de Puccinelli.

He traído hoy una foto testimonio de una reunión de artistas y familiares realizada en 1943 en la calle Independencia, que fue llamada calle de los artistas por la gran actividad registrada en ella donde tenían propiedades varios pintores.

En ella están Bardoneck, López Carnelli, Planas Casas, Paganini, Gargatagli, López Claro, Estrada Bello, Cochet, Schurjin, Supisiche, Puccinelli.

En las largas conversaciones que teníamos en Rincón, él, como artista y yo como editor, nacieron dos libros que documentaron para la historia la vida y obra de este artista singular, modesto, tímido, pero con un gran temperamento.

Puccinelli era un gran lector. Totalmente actualizado, ya que recibía diarios y revistas de Francia con las últimas novedades y los cambios fundamentales en la literatura que se dieron desde la terminación de la guerra. Conocía las corrientes y los cambios en los conceptos de la pintura moderna.

En la Alianza Francesa compartimos 40 años de labor comunitaria en distintos cargos. Junto a María Luisa Sobrero fundamos Argentina-Francia, en tiempos difíciles para instituciones culturales extranjeras. Así se logró que la Alianza Francesa tuviera sus estatutos argentinos y fuera considerada una institución con personería jurídica argentina.

Allí conocimos a Felipe Greffet, uno de los directores de la Alianza Francesa que más gravitó en Santa Fe.

A raíz de estas actividades, estuve en el año 1962 en París y Lyon, donde Greffet tenía un importante cargo gubernamental.

Me decía Greffet en esa oportunidad: "Cambiaría todo este mundo por un ranchito en San José del Rincón, junto a Puccinelli, sus pinturas y su paz".

Puccinelli, artista regional que amó los pájaros, los espacios verdes, el viento en los matorrales y vio el brillo de la aurora, enamorado de su país adoptivo, demostró una vez más con sus serenos conceptos cómo se puede convivir en armonía cuando ideales superiores guían su conducta ciudadana.

Mi filosofía ante la muerte ha sido recordar a los que no están con nosotros, en sus momentos estelares.

Néstor Lammertyn