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Inmersos en la expectativa que era dable esperar por tratarse de la jornada decisiva, se cumplieron en la víspera los encuentros correspondientes a la quinta fecha del
En las impecables instalaciones que Duendes Rugby Club posee en el barrio Las Delicias de Rosario, el Seleccionado de la Unión de Buenos Aires derrotó a su par de la Unión Rosarina por 17 a 16, consagrándose campeón por trigésimo primera vez, desde 1961, ya que previamente participaba separado en Capital y Provincia.
Tras un desarrollo cargado de intensidad, en el que prevalecieron las cuestiones eminentemente tácticas, Las Aguilas festejaron sobre el epílogo, a través de un penal acertado por el apertura Juan Cruz Fernández Miranda.
Hasta allí, Rosario había hecho méritos suficientes como para ganar el partido, merced a una actitud dominante, refrendada por argumentos que lamentablemente no fueron lo suficientemente válidos como para conquistar los cuatro ensayos necesarios para sumar el imprescindible bonus que -triunfo mediante- le hubiese permitido acceder al título.
En otras palabras, cualesquiera hubiese sido el score final, quedó demostrado en el desarrollo, que la definición del certamen tenía mucho más que ver con lo sucedido en las cuatro jornadas precedentes, que con el entusiasmo denotado ayer en el sur de nuestra provincia.
Los invictos bonaerenses virtualmente se habían asegurado el logro por los cuatro triunfos anteriores; mientras que una vez más, Rosario veía diluirse sus chances de consagración, fundamentalmente por la derrota sufrida ante los cuyanos en la tercera fecha de la competencia.
Amén de la retención del título por parte de Las Aguilas, la gran nota de la jornada final de la zona
Û Al mismo tiempo, Córdoba venció a Mendoza por 24 a 13 en la condición de visitante, asegurándose la permanencia en el sector principal.
Û Finalmente, en el partido final del grupo