La misma serenata
Ni los 35 minutos con un hombre de más en el césped por expulsión de Buena, ni los tres puntas amontonados -"Fito", Weisheim y Bueno- con los que terminó jugando arriba le alcanzaron a Unión para poder vulnerar a un arquero de apellido Muslera, al que se le cayeron la mitad de las pelotas que salió a buscar de arriba.
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Es cierto que la historia pudo cambiar, de entrada, si Ceferino Díaz le daba dirección a un solitario cabezazo con el arco vacío, si el chico Pereyra afinaba la puntería con ese remate cruzado o si el frentazo de "Fito" González no era mandado al córner por la reacción espectacular de quien -al menos por ese instante- pareció ser otro arquero de Gimnasia y Esgrima de Jujuy en Santa Fe.
Pero la historia no cambió a favor de Unión en esas tres llegadas netas del primer tiempo y sí se modificó a favor de los jujeños cuando Campodónico le sacó una cabeza y media a Raggio en el salto para colocar el balón lejos de las manos de Trípodi.
Había fallas individuales, como las de Raggio en el gol o las de Brown que perdía siempre cuando salía a buscarlo al "9" rival. Y también fallas de estrategia colectiva. Como hacer, desde el fondo mismo, un equipo innecesariamente "largo", que nunca achicó espacios y que defendió en campo grande, ideal para que lo contragolpeen. Como pasó.
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Los problemas del fondo se trasladaron al mediocampo.
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Queda, para el final, el análisis del bloque de ataque. En principio, los roles parecen estar definidos: Pereyra rotando por los costados y "Fito" González por adentro. Este era el rubro, a priori, que más preocupaba cuando se reforzó el equipo. ¿Quién va a marcar los goles?, se preguntaban varios.
Pero es muy difícil herir en base a pelotazos, pelotazos y más pelotazos. Después, a la hora de quemar las naves, el técnico optó por amontonar delanteros. Y cometió un segundo pecado: juntó tres que van por el medio ("Fito", Weisheim, Bueno) y sacó al único que podía abrir la cancha por afuera (Pereyra).
De paso, el armado del banco también es cuestionable: si el DT arma línea de "4" y le pone adelante dos "5" de marca, con las obligaciones que tiene para salir a ganar en Santa Fe: ¿para qué lleva un "5" más como Battión de recambio?
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Unión perdió y perdió bien. Porque a los jujeños les alcanzó con ser ordenados, correr mucho y hacer un gol en Santa Fe para ganar. Lo hizo con armas nobles, sin golpear.
El clima no está bien en Unión y aparece como enrarecido. Quizás sea lógico que así sea, por cuestiones obvias. "Nos están pasando facturas por el descenso", dijo Mosset. Si no fuera así, sería contra natura. Porque el hincha es el mismo.
Entonces, como todos pasan y el hincha queda, se escuchó la misma música en Unión. Que esta vez no fue la más maravillosa.
Muy temprano, ni bien se abrió el estadio, alguien colgó del alambrado que da a calle Cándido Pujato, una bandera que decía "Basta de traer jugadores fracasados y postergar a los pibes". Era de color blanco, de dimensiones pequeñas, con letras negras.
Darío Pignata