"Somos la única oposición que hay en la provincia"
-¿Cómo va la campaña en Santa Fe? Es la segunda vez que viene a apoyar a sus candidatos.
-Nosotros hemos constituido una coalición donde se han nucleado todas las fuerzas moderadas de la provincia como Unión por Todos, Recrear, el PDP y Convergencia. Están todos los que tienen que estar y es la única que está generando lo que Santa Fe necesita. Pero hay un desfasaje muy grande de poder económico entre el oficialismo y nosotros. Quiero decirle que el oficialismo tiene dos vertientes: la de Obeid y compañía y la de Binner. Nosotros somos nosotros. Y confío en que, a pesar del enorme aparato financiero que exhiben, el peso propio de nuestra propuesta va a incidir en el electorado.
-¿Por qué dice que Obeid y Binner son el oficialismo? Binner no es el oficialismo.
-¿A usted le parece que la provincia está manejada por la oposición al presidente? Está manejada por el partido que llevó al presidente.
-Pero de Reutemann dicen que es menemista.
-¿Ve votar a los justicialistas santafesinos en el Congreso distinto que a la coalición de gobierno? Yo no. Y lo veo a Binner desesperado para que lo dejen entrar a ese grupo. ¿Registró alguna definición de Binner enfrentando al presidente? Soy como los teoremas de matemática, me alcanza con una prueba en contrario y deserto de mis afirmaciones. Una sola. Pero no hay ninguna. Son distintas caras de una misma hidra. Y nosotros somos lo contrario a eso.
-Usted plantea que son la única alternativa al oficialismo. ¿Alternativa a qué?
-A la orientación y al énfasis de la política oficial, aunque es cierto que el gobierno no ha elaborado ningún plan al que oponerse. ¿Alguien sabe dónde va en materia de seguridad, de reforma política, de reforma institucional, de federalismo, de reforma financiera, educativa? Nadie. Pero se aprecia una obsesión por no bajar los impuestos, por no darle un énfasis mayor a la iniciativa privada, por mezclar el partido de gobierno con el Estado.
-Entonces para usted no cambió nada, pese a las promesas y a los nuevos vientos que dicen que soplan.
-Pero si hay varios ministros del gobierno anterior que se jactan de decir que son la continuidad. Se puede comprar la publicidad oficial, pero yo miro los hechos. Me puede decir que hay un énfasis distinto en este gobierno. Eso es cierto, lo hay en escarbar en los últimos 30 años. No escucho hablar de políticas de empleo, de cómo atraer la inversión, de cómo convertir a la Argentina en un lugar de crecimiento más vigoroso, de generar mayores oportunidades tecnológicas al agro, a la industria. He visto pocos gobiernos más conservadores que éste, en el sentido de mantener las políticas que están en vigencia. Y si no, dígame qué cambio hubo.
-Pero con eso tan mal no vamos.
-Bien no nos ha ido, salvo que esté contento por cómo está ahora. Para mí no vamos bien porque el país tuvo una enorme crisis y tiene que recuperarse. Es cierto que estamos creciendo un 5,5 %, pero para volver a los niveles de 1998 tendríamos que crecer este año un 28 %. Estamos recuperando menos de un quinto de lo que hemos perdido.
-Después de la caída estrepitosa de 2001, no está mal.
-Le aclaro que la caída ocurrió en el segundo semestre de 2001 y en el primero de 2002. Mire los datos, que son testarudos y aparecen una y otra vez, que es lo que no se hace en el país.
-Al menos se revirtió la tendencia.
-Aun para esta gente, la capacidad destructiva tiene límites.
-¿Cambia algo el panorama si el país firma antes del 9 de setiembre el acuerdo con el Fondo?
-Sería positivo, pero no quiere decir que con eso vamos a revertir la crisis. De lo que estoy seguro es de que si no se firma antes de esa fecha, a todos los líos que tenemos le agregamos uno enorme. El problema es que en los últimos 20 años hemos incumplido todos los acuerdos que firmamos con el Fondo. Los gobiernos que pasaron en esos años dijeron lo que creían que les iba a permitir acceder a los recursos. Si tenían que decir que la ley de gravedad fue suspendida, lo decían. Por eso, todo el mundo presume que no vamos a cumplir, y yo también.
-La última vez que vino dijo que el gobierno no tenía un plan económico. ¿Cree que después de las elecciones en Capital, Santa Fe y Buenos Aires y firmado el acuerdo con el Fondo, mostrará uno?
-Mi sensación es que el gobierno no anunció hacia dónde quiere ir. Lo que estoy pidiendo es un inventario de los problemas, un objetivo a alcanzar y el sendero por el cual transitaremos. Eso produciría una gran información pública sobre cuáles son las posibilidades que tenemos y las alternativas y dilemas que enfrentamos, lo que sería de una docencia cívica enorme. Y la otra, aún más valiosa, es que las discrepancias se plantearían en un debate racional. En los hechos, lo peor que puede ocurrir y yo no quiero que ocurra, es que a eso lo determine el Fondo. Sería delicado que me enterara de cuáles son las políticas del gobierno argentino leyendo los documentos del Fondo. ¿A usted qué le parece?
-Que no va a ser la primera vez que eso ocurra.
-¿Pero cree que es constructivo?
-No.
-Ese el problema que tenemos.
-Usted planteaba esta alianza de centro en la provincia como la única alternativa al oficialismo. Del mismo modo usted se ha parado frente al gobierno nacional.
-¿Hay otra?
-Carrió.
-Pero si Carrió es la escudera del presidente, no sé qué más quieren que diga. ¿En qué tema le ha encontrado una diferencia a Carrió con el presidente? Yo le tengo anotada una. Las críticas a la faltas de urbanidad que cometió esta semana con Scioli.
-¿Qué piensa de la pelea entre el presidente y el vice?
-Que no fue buena para el país ni para el gobierno y desgraciadamente refleja muy bien la crisis de nuestros sistema político. El ex vicepresidente Alvarez lo puso el viernes muy en claro. Se forman coaliciones electorales donde se amontonan cosas totalmente contradictorias y cuando llegan al gobierno no pueden gobernar. Entonces, ¿Por qué coaliciones heterogéneas tienen éxito en Argentina? ¿Cómo me explica el amontonamiento entre Binner y Paulón? Dígame si hay una cosa que sea más heterogénea que ésa. ¿Por qué prevalece? Por la falta de debate. Lo que cierra ese esquema es que no haya debate. Donde lo hay, estos amontonamientos se derrumban.
-¿Era previsible la reacción de Kirchner para con Scioli? Usted alertó respecto a los peligros de la hegemonía y de tratar de "borrar" la oposición.
-Mire, usted puede tener discrepancias conmigo, pero no le puedo hacer un plantón de 5 horas. Entiendo al presidente, pero no estoy de acuerdo con esa actitud. Yo hubiera tenido una reunión inmediatamente y hubiese puesto los puntos sobre las íes, en un marco de respeto y cordialidad. Ahora, también es cierto que es el presidente el que ejerce el Poder Ejecutivo y es legítimo que quiera homogeneizarlo y que haya una sola voz.
-Pero no le parece peligroso que reaccione ante cualquier discrepancia de la forma en que lo hizo con Scioli.
-A nosotros no nos va a dar órdenes como a Scioli ni nos va a subordinar. No dependemos de él, no somos sus cortesanos, ni sus cómplices ni sus agentes. Al contrario, vamos a marcarle nuestras alternativas con toda claridad. Si nosotros no existiéramos, tendrían que inventarnos.
-¿Por qué?
-Porque un país y una democracia necesitan que haya una oposición que no sea cortesana ni funcional a quien ejerce el poder. Necesita de algo que sea totalmente diferente, que tenga frescura, fortaleza, buen estado de ánimo y convicción.
Gabriel Rossini