Argentinos Juniors logró ayer, contra los pronósticos, el ascenso a Primera División A y condenó a Talleres de Córdoba -tercero en el torneo Clausura-, a jugar en la segunda categoría, por obra de un sistema de promedios difícil de justificar, tras imponerse por 2 a 1 en la revancha de una de las series de la Promoción.
Argentinos, que dilapidó la chance de ascender en la temporada pasada, consiguió el objetivo cuando pocos lo esperaban, luego de ganar por un doble 2-1 en los dos encuentros de la Promoción. El equipo de La Paternal, orientado por Sergio Batista, retornará a la máxima categoría del fútbol nacional, que había abandonado al término de la temporada 2001-2002.
Talleres, que había sumado los puntos necesarios para jugar las copas internacionales, quedó, gracias a un perverso sistema de descensos, postergado a la segunda división tras realizar una de las mejores campañas de su historia.
Pese a la injusticia que arroja el balance de la temporada, Argentinos demostró contar con un juego superior en los dos enfrentamientos de la Promoción.
La multitud cordobesa que pobló las gradas del estadio Olímpico quedó en silencio cuando apenas habían transcurrido dos minutos. Es que Gustavo Oberman sacó un remate desde afuera del área, la pelota hizo un extraño pique frente al arquero Marcos Argüello que, con deficiente reacción, no pudo detener el envío, y la visita comenzó así ganando.
El impacto de la apertura afectó a Talleres. El conjunto local logró trasladar el juego al campo rival, pero en todo el primer tiempo no creó una sola situación de gol. Un remate de Luciano De Bruno, a los 45, contenido sin dificultades por César Velázquez, fue la aproximación más seria de todo el primer período.
El equipo orientado por Juan José López no generó acciones colectivas elaboradas en ofensiva y no logró incomodar a un rival ordenado en el fondo, prolijo en el mediocampo y rápido en sus movimientos de ataque, donde Oberman y Jorge Quinteros, en cada oportunidad que tuvieron para contraatacar desestabilizaron a la última defensa de Talleres.
El complemento fue muy diferente. Talleres, empujado por su parcialidad, herido en su orgullo, empujó a Argentinos contra su arco. Sin fútbol, pero con mucho sacrificio, más el criterio que siempre aportó Mauricio Serna, Talleres llegó a la igualdad por medio de una dudosa infracción que el árbitro Rafael Furchi le concedió a Maximiliano Velázquez. De Bruno, con un disparo a la izquierda, consumó el empate y alimentó las esperanzas de Talleres.
Los últimos minutos desnudaron la desesperación del local. Julián Maidana y Aldo Osorio, en ese contexto, cometieron groseras infracciones que, extrañamente, no merecieron la expulsión. Y cuando el partido expiraba, Argentinos consolidó su posición. Cappelletti le cometió una falta a Oberman y Quinteros le dio valor de sentencia al ascenso del "Bicho".
Las últimas escenas fueron tumultuosas, con la expulsión de Serna y una violenta mano de Quinteros sobre De Bruno. Pero con el pitazo final llegó, a un mismo tiempo, la emoción de Argentinos y la sensación de despojo de Talleres.