De Pío XII en 1958 a Juan Pablo II en 2005, la agonía de los Papas, con la excepción de Juan Pablo I, cuya muerte imprevisible alimentó todo tipo de rumores, es seguida en tiempo real por los medios de comunicación del mundo entero.
La agonía de Pío XII, muerto el 9 de octubre de 1958, incluso llegó a provocar un escándalo, ya que su médico personal fue culpable de las filtraciones sobre el estado de salud de su augusto paciente, a cambio de dinero.
Riccardo Galeazzi-Lisi, médico titular del Papa, recibió dinero de un "pool" de agencias, a cambio de informaciones sobre la salud de Pío XII, que padecía un hipo permanente, sin duda provocado por un cáncer de estómago.
El 6 de octubre, cuando el Papa se encontraba en la residencia estival de Castelgandolfo, no lejos de Roma, les alertó que el estado de Pío XII se había deteriorado bruscamente.
Víctima de un ataque, el Papa empezó a agonizar al tiempo que los medios de comunicación se precipitaban a Castelgandolfo.
Hoy, el portavoz del Papa, Joaquín Navarro Valls, se encarga de dar las informaciones sobre la evolución del estado de Juan Pablo II, ofreciendo amplios detalles sobre el ambiente religioso que envuelve la agonía del Papa polaco.
Pero en 1958, la comunicación se limitaba a la difusión de partes médicos firmados por tres doctores.
Galeazzi-Lisi, que también tomó las fotos de Pablo VI en su lecho de muerte, acordó con el pool que en caso de fallecimiento, emitiría una señal convenida en una ventana de la residencia. El 8 de octubre, una señal ambigua indujo al error a dos diarios italianos que anunciaron la muerte del Pontífice antes de tiempo.
El decano de los cardenales del Sacro Colegio, el francés Eugene Tisserand, expulsó entonces a los periodistas de Castelgandolfo y confió a un jesuita de Radio Vaticano la responsabilidad de administrar la información. Este jesuita, el padre Pellegrino, anunció la muerte de Pío XII en las escalinatas de Castelgandolfo en la noche del 9 de octubre.
Juan XXIII, que sufría desde hacía meses de un cáncer de próstata, estuvo en cama sólo tres días antes de su muerte. Permaneció lúcido hasta el final. Sus hermanos lograron venir a su cabecera, y la prensa contó que el Papa les habló en bergamasco, el dialecto de su infancia.
Durante estos tres días de agonía, los periodistas durmieron en la sala de prensa, que se encontraba a la sazón en el recinto de la ciudad del Vaticano, pegados a los escasos teléfonos para ser los primeros en dar la información. La muerte de Juan XXIII fue anunciada casi en directo por el portavoz del Vaticano, Luciano Casimirri, el 3 de junio de 1963.
Pablo VI fue operado de la próstata, al parecer por un cáncer, pero su final fue muy rápido. El domingo 6 de agosto de 1978, cuando pasaba el verano en Castelgandolfo, no apareció como era habitual para la bendición del ángelus.
Monseñor Pierfranco Pastore, el adjunto del portavoz, pues éste se encontraba de viaje en el extranjero, tranquilizó a los periodistas y habló de un malestar sin gravedad. Incluso dijo que ni siquiera el médico del Papa estaba con él, lo que era cierto.
Al final de la tarde, el estado de Pablo VI se deterioró bruscamente, y su muerte fue anunciada, a las 21, en la sala de prensa.
En cuanto a Juan Pablo I, que subió al trono el 3 de setiembre de 1978, su fin brutal 25 días después, de un infarto fulminante, desconcertó a todo el mundo: una religiosa lo encontró por la mañana muerto en su cama, con los documentos sobre los que trabajaba en la mano.
Su secretario particular se había ausentado del Vaticano para traer sus cosas de Venecia, la diócesis que dirigía hasta su elección. La noticia de la muerte le llegó al director de una radio estatal italiana, que fue la primera en anunciarla.
El español Joaquín Navarro Valls es desde hace casi 21 años el portavoz del Papa, quien lo nombró para ese cargo seis años después de ser elegido Pontífice y se ha convertido en una de las personas de mayor confianza de Juan Pablo II. En estos momentos críticos, demostró el cariño que siente por el anciano Pontífice. Cuando anunció que el estado de salud de Juan Pablo II había empeorado se le saltaron las lágrimas.
A Navarro Valls se lo vio muy afectado y a la pregunta de qué sentía en esos momentos, el español manifestó que sus sentimientos en estos instantes no tenían importancia, pero añadió con la voz quebrada por la emoción que la imagen del Papa que ha visto en estas horas no la había visto en los 26 años de Pontificado.
En sus casi 21 años al lado del Papa, Navarro Valls, de 68 años, ha cambiado de manera radical la forma de informar del Vaticano, potenciando y modernizando la Oficina de Prensa, que canaliza toda la información sobre la actividad del Pontífice y de los dicasterios de la Curia Romana.
Considerado como el laico con más poder en El Vaticano, Joaquín Navarro, miembro de la organización católica Opus Dei, ha acompañado a Juan Pablo II en todos sus viajes por el mundo y ha sido la "voz" de la Santa Sede en importantes conferencias internacionales.
Navarro Valls dijo en una ocasión que cuando el Papa le propuso ser portavoz pensó que sólo sería para un breve período de tiempo.
Sin embargo, han pasado casi 21 años, en los que ha vivido de cerca los viajes, las enfermedades, los grandes acontecimientos del Pontificado y los momentos íntimos de la vida de Juan Pablo II.
La prensa mundial resaltó el coraje y la entereza del Papa Juan Pablo II ante la inminencia de la muerte, su profunda fe y espiritualidad y su rol en las cuestiones políticas internacionales.
"Cristo abre las puertas al Papa", tituló en su portada el diario polaco Rzeczpospolita. "No hay más esperanzas, de acuerdo con El Vaticano", agregó el periódico. Incluso los diarios de países donde los católicos son minoría elogiaron al Pontífice y su política de acercamiento a otros credos.
"Él decía palabras de esperanza y amistad y dio un sentido concreto a la reconciliación entre el islam y la Iglesia Católica", dijo el periódico Le Matin, de Marruecos, un país mayoritariamente islámico que el Papa visitó en 1985.
En Grecia, cuya Iglesia Ortodoxa oficial chocó con Juan Pablo II en numerosas ocasiones, el diario de derecha Eleftheros Typos subrayó que "tanto sus enemigos como sus amigos reconocen que dejó su marca en el mundo".
En los diarios rusos se recordó insistentemente el rol de Juan Pablo II en la caída del comunismo y del Muro de Berlín.
"El Papa jugó más que un pequeño papel en el colapso del sistema socialista", escribió el diario opositor ruso Kommersant. "El intento de asesinato de 1981, detrás del cual, según los expertos occidentales, estuvo la KGB, se relaciona precisamente con este aspecto de su actividad", agregó el periódico.
Pero el diario oficialista Rossiiskaya Gazeta subrayó la cercana relación personal del Pontífice con el ex presidente Boris Yeltsin y su sucesor, el actual mandatario Vladimir Putin.
"Bajo el título de `Papa de Papas', el diario británico de derecha Times aseguró que Juan Pablo II fue el Pontífice más importante desde San Pedro" y acercó "Roma al mundo".
En cambio, el periódico londinense de izquierda The Guardian afirmó que "las inclinaciones autoritarias del Papa reafirmaron el control de Roma, pero millones de católicos se alejaron de la Iglesia".
Los diarios de Italia, hogar del Vaticano, no ahorraron frases a su tributo al Papa. "El largo adiós del Papa moribundo", "El amor de Roma acompaña al Papa", "Gracias, Wojtyla" y "Chau, Karol", titularon respectivamente los diarios La Repubblica, Cronaca, Secolo d'Italia y Il Tempo.
En la mayoritariamente católica España, todos los diarios dieron amplio espacio a la agonía del Papa, e incluso el izquierdista El País -que se enfrentó varias veces con la Iglesia española por distintos temas como el casamiento de homosexuales y el aborto- dedicó una cobertura de 11 páginas a la noticia.
AFP