A siete años de la muerte del cabo Raúl Troncoso
Fuentes cercanas a la investigación dijeron que desde Asuntos Legales de la policía y Asuntos Internos no se aportaron elementos de interés para la causa.

Hoy se cumplen siete años del asesinato del cabo Raúl Gabriel Troncoso y, a pesar de existir un expediente judicial, nada indica que el caso esté en vías de resolverse.

La muerte de Troncoso, ocurrida el 2 de abril de 1998, sembró el pánico entre sus familiares y más tarde pareció desalentarlos a la hora de impulsar la investigación. Las amenazas y presiones recibidas enmudecieron a quienes conocían el ambiente en el que se movía el policía.

Una sola persona prefirió romper con el mutismo que impuso el miedo. Su suegra, Ramona Rondán, es la única que todavía visita los tribunales con la firme intención de que la causa no se cierre.

Siete años después, la mujer sigue denunciando a viva voz que el homicidio de Troncoso fue "por el negocio de la droga".

El reclamo de justicia no se detuvo en los estrados locales, sino que Rondán decidió que el caso fuera conocido por las máximas autoridades del país. Envió cartas a gobernadores y ministros e, incluso, al presidente de la Nación. En algunos casos recibió respuestas protocolares y, en otros, ni siquiera eso.

Una de las pistas fuertes que sigue el Juzgado de Instrucción de la quinta nominación es la del narcotráfico. Según se sospecha, Troncoso habría formado parte de una banda mixta integrada por civiles y policías y, en un momento determinado, tomó la determinación de apartarse y denunciar.

Al cabo Troncoso "lo mataron como si se tratara del más despreciable de los animales", dice una de las cartas enviadas a funcionarios. "Las fotos del cadáver muestran que le faltan los dedos, por haber reaccionado instintivamente a atajar un tiro" de escopeta.

Rondán contó que su yerno tenía balazos en el cuerpo, y que "le abrieron el vientre para que se hundiera en el río Colastiné", con tan mala fortuna que se enganchó en un espinel y entonces el cadáver no pudo ocultarse.

La investigación estuvo a cargo del juez Giovaninni que, según dijo la suegra del policía, "se llevó los secretos a la tumba".

Las actuaciones que realizó el juzgado, junto con Asuntos Legales de la policía primero, y Asuntos Internos después, no conformaron al magistrado.

Actualmente, el juzgado está vacante, y los siete jueces de Instrucción se turnan para atender los expedientes más urgentes.

A la imposibilidad material de interesarse por expedientes intrincados que merecen dedicación casi exclusiva, se suman la escasez de testigos, las declaraciones parciales o contradictorias y la falta de pruebas materiales que orienten las sospechas. Elementos necesarios para que la causa "duerma el sueño de los justos".