Tras una prolongada espera de doce años, el Seleccionado de la Unión de Tucumán volvió a ceñirse la corona nacional, producto del triunfo logrado en la víspera ante su par de la Unión de Cuyo por 28 a 9, en la definición del
Como en los viejos tiempos, aunque con un estilo aggiornado a las características del rugby actual, el Seleccionado Naranja impuso condiciones ante un adversario de real fuste, cerrando una campaña impecable, ya que se despidió del torneo en la condición de invicto.
Desde el mismísimo kick-off (ordenado tras el minuto de silencio por el fallecimiento de Su Santidad, Juan Pablo II) y hasta el silbatazo final del paranaense Víctor Maximiliano Rabuffetti, el flamante campeón logró superar o bien controlar al combinado que ayer ostentaba ese galardón.
De tal modo no extrañó demasiado que el primer tiempo (el más parejo) culminara con una ventaja del local por 16 a 3, la que sin dudas lució merecida, pese a la fortaleza defensiva que ambos denotaron.
En ese momento pareció quedar en claro que los fanáticos ubicados en las colmadísimas instalaciones centrales del Tucumán Lawn Tennis Club debían solamente esperar cuarenta minutos para iniciar un festejo tan contenido.
En un contexto de mutuo respeto y creciente intensidad, la base del juego se focalizó en la lucha por la posesión de la pelota, en la que los forwards tucumanos marcaron diferencias. Sobre todo en la calificación de las formaciones, lo que otorgó un handicap importante en materia de calidad.
Pese a que las defensas continuaban siendo sólidas, el campeón comenzó a estirar las diferencias, ayudado por la certeza de Tristán Molinuevo, autor de 23 tantos, producto de haber acertado seis penales, un drop y un goal.
De esta forma, Tucumán dejó atrás un período signado por los sinsabores, en los cuales se destacó el descenso de categoría sufrido un par de años atrás. Sin embargo, ese mismo hecho bien puede signarse como un verdadero punto de inflexión, ya que no hizo más que retemplar los espíritus, recuperar la mística y revalidar los argumentos que históricamente distinguieron a una de las Uniones más importantes del país.
Tras el categórico paso por el certamen de Ascenso 2003, el Seleccionado Naranja arrancó este Argentino con una meritoria igualdad ante Rosario, en la condición de visitante.
Luego, completó la fase inicial venciendo a Buenos Aires y Noreste; para hacer lo propio con Córdoba en semifinales y con Cuyo, en la definición que nos ocupa.
El rugby argentino puede estar tranquilo, ya que recuperó a uno de sus principales protagonistas. El cetro está en las mejores manos.
El match se disputó en el Tucumán Lawn Tennis Club, ante unos 8.000 espectadores, con el referato del paranaense Víctor Maximiliano Rabuffetti.
En lo que respecta al segundo partido del repechaje por la permanencia en la zona
Los tantos marplatenses fueron anotados merced a tres penales de Eduardo Zapiola; mientras que para los chaqueños-correntinos hubo
tries de Gándara, Corro y Palma; más un goal de Gómez Portillo y dos de Rolón.
Finalmente, por la definición del