Llegó el momento de la despedida
El anuncio del fallecimiento de Juan Pablo II fue recibido por redobles de campanas y lágrimas de fieles del mundo entero, en particular en Roma y Polonia, y por sentidos homenajes oficiales saludando al hombre de paz y reconciliación.
De un continente a otro, redoblaron las campanas en eco a las de Roma, donde largos aplausos de decenas de miles de personas reunidas en la plaza San Pedro fueron seguidos por el silencio impresionante de una multitud, en pleno recogimiento.
A las 20.40, hora de Italia, la campana de bronce de la basílica de San Pedro comenzó a redoblar. Se habían encendido cirios y los fieles se abrazaban. Hacia la medianoche, más de 100.000 personas se habían congregado en la plaza.
"Italia está de duelo y llora al Papa", dijo su presidente Carlo Azeglio Ciampi.
La misma emoción pudo apreciarse en Polonia. En Wadowice, ciudad natal de Juan Pablo II, miles de polacos quedaron silenciosos cuando comprendieron, al escuchar las campanas, que su querido compatriota había partido.
Sin pronunciar palabra, unas mil personas se arrodillaron llorosos delante de la basílica de Nuestra Señora, junto a la casa donde nació Karol Wojtyla.
Decenas de miles de polacos pasaron la noche del sábado al domingo en las iglesias.
En Varsovia, más de 15.000 personas se había congregado con recogimiento en la sola iglesia de Santa Ana, donde el nuevo Papa se había reunido con los jóvenes en su primera peregrinación en junio de 1979.
El Papa Juan Pablo II murió el sábado a las 21.37 en su apartamento privado del palacio apostólico en el Vaticano, rodeado por un grupo de religiosos polacos tras haber recibido los santos sacramentos, según una declaración oficial divulgada por el Vaticano.
El texto de la declaración decía: "El Santo Padre murió esta noche a las 21.37 en su apartamento privado. A las 20 se había iniciado la celebración de la Santa Misa de la fiesta Divina de la Misericordia en la habitación del Santo Padre, presidida por monseñor Stanislaw Dziwisz, con la participación del cardenal Marian Jaworski, de monseñor Stanislaw Rylko y de monseñor Mieczyslaw Mokrzycki". Todos ellos de nacionalidad polaca y muy allegados al Pontífice durante todo su pontificado.
"En el curso de la santa misa, se le administró el Santo Viático a Juan Pablo II y, una vez más, los sacramentos de la Unción de los Enfermos. Las últimas horas del Santo Padre estuvieron caracterizadas por ininterrumpidas oraciones de todos aquellos que lo acompañaron en el pío tránsito y por la participación de miles de fieles que permanecieron en recogimiento por muchas horas en la plaza de San Pedro", precisó la Santa Sede.
"Al momento del deceso de Juan Pablo II, estaban presentes los dos secretarios del Santo Padre: el arzobispo Stanislaw Dziwisz y monseñor Mieczyslaw Mokrzycki", dos figuras clave para Karol Wojtyla, en particular "don" Stanislaw, su leal secretario por 40 años y una suerte de hijo putativo.
También estaban presentes "el cardenal Marian Jaworski, el arzobispo Stanislaw Rylko, el padre Tadeusz Styczen, las tres hermanas polacas Siervas del Sagrado Corazón de Jesús, que prestan servicio en el apartamento, guiadas por la superiora Tobiana Sobdka, así como el médico personal del Papa, doctor Renato Buzzonetti, dos médicos de guarda: Alessandro Barelli y Ciro D'Allo, y dos enfermeros", señaló el texto.
"Después llegó el cardenal secretario de Estado, Angelo Sodano, el camarlengo de la Santa Romana Iglesia, el cardenal Eduardo Martínez Somalo, el sustituto de la Segretaría di Estado, el arzobispo Leonardo Sandri, el vicecamarlengo, el arzobispo Paolo Sardi", recalcó la declaración.
"Luego se acercó el cardenal Joseph Ratzinger, decano del Colegio Cardenalicio y el cardenal Jozef Tomko", señaló el comunicado.
Fuente: EFE
El papa Juan Pablo II murió ayer de un choque séptico y un colapso cardiovascular circulatorio irreversible, según el certificado médico de defunción, hecho público hoy por el Vaticano.
El texto del certificado es el siguiente: "Certifico que Su Santidad Juan Pablo II (Karol Wojtyla) nacido en Wadowice (Cracovia,Polonia) el 18 de mayo de 1920, residente en la Ciudad del Vaticano, ciudadano vaticano y fallecido a las 21,37 horas del día 2 de abril de 2005 en su apartamento del Palacio Apostólico Vaticano (Ciudad del Vaticano) por lo siguiente: choque séptico-colapso cardiovascular irreversible, en una persona que padecía enfermedad de Parkinson, pasados episodios de insuficiencia respiratoria aguda y posterior traqueotomía, hipertrofia prostática benigna complicada por urosepsia (infección bacteriana de la sangre) y cardiopatía hipertensa e isquémica.
La verificación de la muerte fue realizada mediante una electrocardiotanatografía que duró veinte minutos.
Declaro que las causas de la muerte, según mis conocimientos y conciencia, son las que he indicado.
Ciudad del Vaticano, 2 de abril de 2005El directo de la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, doctor Renato Buzzonetti".
Fuente: EFE
Con la muerte del Papa comenzó un recorrido ceremonial que, en un plazo de entre quince y veinte días, desembocará en el Cónclave, la reunión de cardenales de la que saldrá el sucesor de Juan Pablo II.
Los purpurados comenzaron a llegar a la capital italiana procedentes de los cinco continentes, en vista de que mañana está convocada la primera congregación general de cardenales para preparar la decisiva reunión.
Los cardenales electores son 117, más uno "in pectore", todos ellos menores de 80 años, que forman el que ha sido definido como "el club más selecto del mundo", que para el nombramiento del próximo ocupante del Sillón de Pedro será el más numeroso de la historia.
Un total de 27 proceden de la curia vaticana, mientras que 41 son europeos, otros 26 americanos, doce africanos, nueve asiáticos y dos de Oceanía.
El que decida será el selecto grupo de purpurados, entre los que estará, previsiblemente, el desconocido cardenal "in pectore", nombrado por el Papa en 2003.
Esta singular categoría cardenalicia, creada siglos atrás para velar por la seguridad de personalidades religiosas, ha perdurado hasta nuestros días y aparece recogida en el Código de Derecho Canónico, que establece que mientras su nombre permanezca oculto "no tiene ninguno de los derechos o deberes de los cardenales".
Sólo los adquiere cuando se dé a conocer, algo que podría suceder en los próximos días con la publicación de algún documento firmado por Juan Pablo II que certifique su identidad.
El cónclave tomará su decisión a través del voto escrito y secreto, tal y como aprobó el propio Juan Pablo II en la Constitución Apostólica de 1996, y se deberá obtener un consenso de al menos dos tercios de los sufragios.
En caso de que no alcance esta mayoría, la votación deberá repetirse al día siguiente; si en la tercera jornada no se ha llegado aún a un consenso, está previsto un día de "plegaria, de coloquio entre los votantes y de exhortación espiritual".
Tras la jornada de paréntesis se vuelve a las votaciones diarias; si en una semana no se ha alcanzado un acuerdo, se hace otro receso de un día, seguido de otra semana de votaciones.
En caso de que en este punto los cardenales sigan divididos, se puede modificar el proceso para que en lugar de dos tercios de los votos, el nuevo ocupante del Sillón de Pedro pueda ser elegido por una proporción diferente de los votos.
El ceremonial, que se celebra en la Capilla Sixtina del Vaticano, se puede alargar de forma indefinida.
Durante los días de cónclave, los cardenales se albergarán en la residencia Santa Marta del Vaticano, que cuenta con 120 habitaciones y una veintena de salones en los que podrán cambiar impresiones, eso sí, sin el más mínimo contacto con el exterior.
Está prohibido mantener comunicación telefónica, epistolar o por cualquier otro medio con personas ajenas al cónclave mientras éste tenga lugar.
Una vez elegido, el Cardenal Protodiano, el chileno Medina Estévez, será el encargado de anunciar a los fieles en la Plaza de San Pedro la noticia: "Habemus Papam" ("Tenemos Papa").
AFP