El funeral de Juan Pablo II, previsto inicialmente para el jueves y que atraerá a Roma a por lo menos dos millones de peregrinos, será el punto álgido de una semana cargada en el Vaticano, donde el Camarlengo Eduardo Martínez Somalo administrará los asuntos hasta la elección del nuevo Papa.
El período de transición hasta el Cónclave, que puede convocarse entre el 18 y el 23 de abril, empezó el sábado a las 21.37 (hora del Vaticano), con el fallecimiento del Papa por shock séptico e insuficiencia cardíaca irreversible, según el certificado de defunción médico.
Todas las disposiciones previstas en la Constitución Apostólica "Universi Dominici Gregis", promulgada por Juan Pablo II el 22 de febrero de 1996, entraron en vigor en ese momento.
Este texto define las reglas a seguir durante el vacío en el trono de San Pedro, en los funerales del Papa difunto, la convocatoria del Cónclave y las normas para la elección de su sucesor.
Los 117 cardenales electores con derecho a voto se encontrarán en Roma para entrar en Cónclave en la capilla Sixtina. Pero, a partir del lunes, una primera congregación de cardenales decidirá la fecha de los funerales y su entierro, que según la RAI, televisión pública italiana, será en la cripta de la basílica de San Pedro.
De hecho, muchos purpurados, como el colombiano Alfonso López Trujillo y el chileno Jorge Medina, ya están en Roma y es posible que formen parte de esa congregación.
Decenas de monarcas y jefes de Estado o de gobierno asistirán a los funerales del jefe espiritual de más de mil millones de católicos que se celebrarán en la basílica de San Pedro, la mayor iglesia del mundo.
Se espera la llegada de dos millones de personas a Roma, donde Protección Civil italiana se prepara para recibirlos. Se ha establecido un "comité operacional", que reúne a Protección Civil, fuerzas del orden, prefectura y alcaldía romana para garantizar la seguridad.
Los restos mortales del Papa se van a exponer a partir del lunes en la basílica de San Pedro hasta los funerales.
Desde hace generaciones, una familia italiana se encarga de preparar los cuerpos sin vida de los Papas para permitir que sean expuestos a los fieles, señala este domingo el diario Corriere della Sera.
Expertos embalsamadores, los Signoracci han pasado de padre a hijo el trabajo de conservación de los cuerpos de tres Papas: Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo I.
"Estoy preparado, haré mi trabajo lo mejor posible, como antes lo hicieron mi padre y sus hermanos (...) Intentaremos una vez más estar a la altura de las circunstancias", declaró Cesare Signoracci, emocionado por el anuncio de la muerte del Papa.
El Corriere della Sera precisa que, "hasta hace un siglo, los Papas eran literalmente embalsamados, pero Pío X abolió esta práctica".
Desde Pío X, los cuerpos de los difuntos Papas se someten a una serie de intervenciones para poder exponerlos ante los fieles.
AFP