El "reloj interno" del cuerpo nos protege del exceso de peso

Los ratones que se duermen tarde, se saltan las comidas principales y toman bocados constantemente aumentan de peso y tienen niveles más altos de colesterol porque interfieren con su reloj biológico interno, según un estudio.

En un artículo que publica hoy la revista Science, los investigadores del Instituto Médico Howard Hughes, en la Universidad Northwestern, revelan que han identificado una amplia gama de cambios moleculares y de conductas en los ratones con trastornos de sus ciclos circadianos.

La mayoría de los relojes biológicos funcionan con un ciclo de 24 horas o circadiano (palabra de origen latino para expresar "aproximadamente un día"), lapso que controla funciones tales como dormir y despertar, descanso y actividad, equilibrio de fluidos, temperatura del cuerpo, rendimiento cardíaco, consumo de oxígeno y secreción de glándulas.

El artículo de Science señala que "en los seres humanos, los cambios similares en la grasa del cuerpo y la actividad metabólica son conocidos como síndrome metabólico, que puede conducir a la enfermedad cardíaca y la diabetes tipo 2".

El equipo investigador, encabezado por Joseph Takahashi, propone un ángulo nuevo y sorprendente para la comprensión, y la eventual prevención y tratamiento de la obesidad y los trastornos relacionados con ella en los seres humanos.

Los ratones usados en los experimentos tenían genes "clock" (reloj) defectuosos.

Los estudios de Takahashi, quien descubrió esos genes hace ocho años, y los de otros científicos han comprobado que el gen "clock" y otra media docena de proteínas operan relojes oscilantes de 24 horas en la mayoría de las células del cuerpo y en una parte específica del cerebro que controla el apetito y el estar despierto.

Aproximadamente del tres al diez por ciento de los genes en cualquier tejido son los que marcan el ritmo circadiano.

El proyecto comenzó cuando el experto en ritmo circadiano Fred Turek, autor principal del artículo y profesor de Neurobiología y Fisiología en Northwestern, notó que los ratones con el gen "clock" mutante ganaban más peso con la edad que otros ratones.

Los experimentos revelaron la causa: los ratones con ese gen mutante comían más que los ratones normales, y por eso ganaban más peso, especialmente con una dieta con alto contenido de grasa.

Los ratones normalmente duermen durante el día y, típicamente, comen una vez al comienzo y otra al final de su actividad nocturna.

Pero los ratones con el gen "clock" mutante se saltaban las comidas, permanecían despiertos mucho más tiempo que los otros y comían bocados más a menudo.

Los investigadores pudieron comprobar asimismo que los ratones con ciclo circadiano trastornado desarrollaban niveles altos de colesterol, triglicéridos y azúcar en la sangre, bajos niveles de insulina, células grasas hinchadas y células con lípidos en el hígado.