Una Roma blindada para un día trascendente

EFE

Los líderes políticos y religiosos del mundo vuelven al Vaticano para asistir mañana, domingo, a la misa de inicio de pontificado de Benedicto XVI, en medio de estrechas medidas de seguridad que han blindado la capital italiana.

Quince días después del funeral de Juan Pablo II, que reunió en Roma a unos doscientos dignatarios de todo el planeta, la ciudad ha desplegado otra vez un amplio dispositivo para acoger a decenas de delegaciones internacionales y a cientos de miles de peregrinos.

En esta ocasión, la mezcla de tristeza y expectación vivida durante las exequias de Karol Wojtyla se ha transformado en un ambiente más festivo, y las banderas a media hasta, velas y coronas de flores que abundaban en la zona del Vaticano para recordar al fallecido Papa han desaparecido.

En su lugar, los vendedores ambulantes y las tiendas de artículos religiosos ofrecen ahora chapas o postales con la imagen del nuevo Pontífice, Joseph Ratzinger, mientras en el centro de la ciudad se han pegado carteles de homenaje al sucesor de Juan Pablo II con el mensaje "Roma saluda a su nuevo Papa".

Los responsables de Protección Civil calculan que serán unos 500.000 los peregrinos que acudan a Roma para la misa de inicio de pontificado, una cifra menor que la registrada en las exequias de Juan Pablo II, cuando una auténtica marea humana -unos dos millones de personas, según las autoridades- invadió la ciudad.

Pese a ello, las medidas de seguridad serán similares: unos 10.000 agentes estarán desplegados en diferentes zonas de la capital, se limitará el tráfico, se cortarán calles y se restringirán los vuelos sobre la ciudad.

Espacio aéreo

El espacio aéreo estará controlado por una flota de aviones radar Awacs de la Otan, con capacidad para detectar cualquier aparato en un radio de más de 320 kilómetros alrededor de Roma.

También se estrechará la vigilancia en los aeropuertos romanos de Ciampino y Fiumicino, donde se ha puesto en marcha una frenética operación para acoger a las delegaciones oficiales, algunas de las cuales ya han llegado a la capital italiana.

Entre los primeros en aterrizar en Fiumicino, a primera hora de hoy, estuvo el vicepresidente de Zimbabue, Joseph Wilfred Msika, que viajó acompañado de un séquito de nueve personas.

Pocas horas después llegó al mismo aeropuerto el presidente argentino, Néstor Kirchner, en compañía de su esposa, Cristina Fernández, y una nutrida delegación integrada, entre otros, por el ex presidente Raúl Alfonsín y el ministro de Exteriores, Rafael Bielsa.

En el mismo aeródromo, se espera a los presidentes de Colombia, Alvaro Uribe; Honduras, Ricardo Maduro; Paraguay, Nicanor Duarte; El Salvador, Elías Antonio Saca; y República Dominicana, Leonel Fernández.

En total, llegarán hoy a Fiumicino más de un centenar de personalidades políticas y religiosas, mientras que en el aeropuerto militar de Ciampino aterrizarán a su vez un buen número aviones oficiales, en su mayoría provenientes de Europa.

Entre ellos estarán los Reyes de España; el canciller alemán, Gerhard Schroeder, y el presidente, Horst Kšhler; el presidente de Austria, Heinz Fischer; y el de Eslovenia, Janez Drnovsek.

También se ha anunciado la presencia de los Grandes Duques de Luxemburgo y los príncipes herederos de la Corona belga, entre otros representantes de Casas Reales europeas.

La llegada de las distintas delegaciones oficiales se sucederán hasta bien entrada la noche y mañana por la mañana, cuando se espera a personalidades como el príncipe Alberto de Mónaco y el primer ministro francés, Jean Pierre Raffarin.