Dos nuevos países integran la UE

EFE

Luxemburgo acogerá el lunes la ceremonia de la firma del tratado de adhesión a la UE de Rumania y Bulgaria, dos países que se integrarán el uno de enero de 2007 aunque todavía tienen grandes compromisos que cumplir hasta esa fecha.

La ceremonia estará marcada por la discreción y la falta de entusiasmo, una situación que contrasta con la vivida en abril de 2003 para acoger a los 10 países del este y sur de Europa recientemente ingresados en la UE.

Entonces, un acto celebrado a los pies de la Acrópolis de Atenas reunió a todos los jefes de Estado de los países miembros, mientras que el próximo lunes, a la abadía luxemburguesa de Neumunster sólo acudirán los presidentes de ambos países, Georgi Parvanov (Bulgaria) y Traian Basescu (Rumania), y el presidente de turno de la UE, Jean-Claude Juncker.

La razón de este cambio hay que buscarla en la pérdida de interés que supone una nueva ampliación para la Unión Europea, esta vez hasta el Mar Negro.

La adhesión de 10 nuevos Estados fue vista con entusiasmo, al menos hasta que se evaluó su coste, pero ahora tanto Alemania como Austria achacan problemas internos, como la falta de empleo, a la invasión de trabajadores del este, mientras que otros como España o Polonia temen perder fondos europeos a causa de más ampliaciones.

A todo ello se añade el efecto negativo que ha tenido en algunos países la reciente decisión de iniciar las negociaciones de adhesión con Turquía, especialmente en Alemania y Francia, un país que se enfrenta además a un referéndum sobre la Constitución europea, que podría verse afectado.

Todo ello permite augurar que el lunes no será otro día de "fiesta" para Europa, y que los procesos de adhesión de Rumania y Bulgaria van a ser estudiados con lupa hasta el ingreso definitivo.

De hecho existen unas cláusulas de salvaguardia que podrían retrasar hasta 2008 su ingreso si no cumplen con los compromisos.

Bulgaria aún debe introducir reformas en su sistema judicial, intensificar la lucha contra el crimen organizado y mejorar la integración de la minoría gitana en los próximos 20 meses.

En cuanto a Rumania, deberá reformar la Justicia, lidiar con la rémora de una inmensa industria estatal herencia de su pasado comunista, combatir la corrupción y adoptar pasos para controlar el tráfico ilegal en sus extensos límites fronterizos externos.