Marcelo RomanoRafaela (Enviados Especiales)
Estuvo la mayor parte del transcurso del partido parado al borde de la línea lateral, comiendo chupetines y tratando de contener la ansiedad por la importancia de lo que estaba en juego. Hasta que llegó el descuento de Aldosivi, cuando casi se le detiene el corazón y no sabía si sentarse o ponerse los botines y entrar a defender también el arco propio. Fueron minutos de suspenso que se cortaron abruptamente con el audaz robo de Zárate y el centro que conectó a la red el ídolo Balmaceda.
Ahí perdió toda compostura el experimentado técnico, que saltó junto con el resto de los integrantes del banco suplentes al terreno de juego y se abrazó en un emocionado festejo con ellos. Es que el tanto significaba no sólo el alivio, sino además la seguridad de que el objetivo se cumplía. Luego, Trullet afirmó con sinceridad que esa conquista "fue la que más grité en mi vida".
En cuanto a esa particular situación en que el equipo dejó dudas, dijo que "fueron esos momentos de zozobra, con una pasividad que mostramos producto del golpe anímico que significó el descuento rival, ya que creíamos tener todo ganado. Aldosivi volcó mucha gente en ataque y por eso preocupó siempre. La verdad es que estuvo al borde, muy cerca de empatarnos y arruinar la fiesta".
Ya distendido, hizo referencia al objetivo alcanzado: "No sé si estoy sorprendido, porque desde que ganamos el Apertura sentimos que la posibilidad de ascender era concreta. Esta es una alegría solamente comparable con la que tuvimos en Unión en 1996. Quizás Unión es una institución más grande y con más historia que Ben Hur, pero este club hace las cosas con mucha seriedad y honestidad, con proyectos de continuidad y defendiendo a los profesionales que conducen. Por eso, es importante este premio".
Carlos Trullet analizó en líneas generales las virtudes de su equipo: "creo que ante la mayor exigencia mostró un mayor rendimiento. Y eso marca una enorme personalidad, con una solidez defensiva impecable, con mucho despliegue y manejo en la mitad de la cancha. Además, tuvimos dos delanteros infernales, que bien se puede decir también que fueron tres o cuatro, porque todos han aportado lo suyo. Igualmente, creo que todo el equipo fue contundente".
Y en lo que refiere al manejo dirigencial, colocó a Ben Hur en la cúspide de la ejemplar seriedad: "Siempre digo que cuando una institución me contrata es pensando en objetivos importantes. Pero, en su momento, cuando pensé dónde había llegado creí que estaba un poco loco, porque faltaban un par de partidos y estábamos en zona de descenso. Por suerte pudimos zafar. Después nos salieron muy mal las cosas en el primer campeonato, mejoramos en el segundo, y luego con el apoyo de los dirigentes, que siguieron apostando a este cuerpo técnico, más la experiencia ganada, pudimos conseguir esta conquista deportiva que encuentra a la institución en un momento clave".