Desde mucho tiempo antes de la hora fijada para el comienzo del partido ya el sector visitante se mostraba lleno de marplatenses. Cerca de dos mil personas llegaron desde la ciudad costera y pintaron de verde y amarillo parte de las tribunas. En tanto, la gente de Ben Hur llegó más sobre las once de la mañana, pero tampoco dejó lugar sin ocupar, salvo el pulmón dispuesto por la policía. El público de la BH desató la alegría en el final, aunque varias veces antes cantó en una sola voz: "Y ya lo ve, y ya lo ve, el que no salta, no va a la B".
El operativo policial fue muy bueno, aunque en dos cuestiones se equivocaron. En primer lugar, varios micros marplatenses llegaron antes de lo previsto (a las 5 de la mañana) y se produjeron algunos incidentes en barrios aledaños. Además, cuando terminó el encuentro la gente de la popular local quiso ingresar a la cancha para festejar con sus jugadores y fueron frenados con chorros de agua provenientes de una manguera. Una actitud inentendible para la esperada fiesta, más teniendo en cuenta el frío de la jornada. Finalmente, los hinchas pudieron entrar y pisar el césped.
Una linda iniciativa de la dirigencia local fue disponer a muchos niños de las inferiores vestidos con los relucientes buzos de la entidad para que formen un pasillo por donde ingresó el equipo local. Con globos y cánticos, los chicos pudieron participar a su manera de un día histórico para la entidad.
Una muy cordial consideración tuvo la gente encargada de atender a la prensa en el club albiazul. Preocupada en forma permanente por el bienestar de los periodistas de todo el país que se acercaron hasta Rafaela para cubrir las alternativas del partido, demostraron su seriedad y camaradería.