EFE-AFP
La presidencia de Afganistán mostró hoy su "descontento" tras el anuncio de la revista norteamericana Newsweek de que la información sobre la profanación del Corán en Guantánamo podría ser errónea, después de que quince personas hayan muerto en protestas antiestadounidenses en este país.
"Expresamos de la forma más enérgica nuestra desaprobación por el modo de informar de Newsweek, que ha permitido que difundan la noticia sin confirmarla previamente de forma adecuada", afirmó en un comunicado Jawed Ludin, portavoz de la presidencia afgana.
"Queremos enfatizar la necesidad de que se tome un enfoque periodístico sensato y profesional, en particular cuando se informa sobre cuestiones potencialmente sensibles", agrega la nota.
Pese a la crítica, la presidencia afgana "da la bienvenida al comunicado de Newsweek, porque aclara una cuestión de mucha importancia y sensibilidad para los musulmanes de todo el mundo".
El comunicado afirma que "la publicación de la supuesta profanación del Sagrado Corán el 9 de mayo pasado ha provocado una fuerte reacción pública en Afganistán, que ha proporcionado una oportunidad a los enemigos de Afganistán para orquestar violencia y destrucción de bienes públicos en varias provincias del país".
El editor de la revista Newsweek, Mark Whitaker, afirmó en la revista publicada hoy que no han podido confirmar la fuente original de la noticia y mostró sus condolencias hacia las víctimas de la violencia generada por este hecho en Afganistán.
El pasado martes, miles de afganos salieron a la calle a protestar contra EE.UU., después de que se difundiera ese artículo que afirmaba que los responsables de la base norteamericana de Guantánamo, en Cuba, mantenían copias del Corán en los cuartos de baño y, al menos en una ocasión, tiraron un ejemplar por la taza del retrete para molestar a los presos a los que interrogaban.
Durante toda la semana se estuvieron produciendo protestas antiestadounidenses en diferentes puntos del país, que en algunos casos se volvieron violentas y en las que fallecieron al menos quince personas y cerca de un centenar resultaron heridas.
Los disturbios se iniciaron el pasado martes en Jalababad, en la provincia de Nengarhar, fronteriza con Pakistán, donde miles de universitarios salieron a la calle a protestar y prendieron fuego a varias oficinas del gobierno regional, la ONU y organizaciones no gubernamentales que trabajan en la reconstrucción del país.
En tanto, la coalición militar liderada por los estadounidenses "redoblará sus esfuerzos" para "ganar la confianza" de los afganos tras las múltiples manifestaciones antiestadounidenses de los últimos días, indicó el coronel Gary Cheek, comandante de la coalición en el este de Afganistán.
"Ganar la confianza de la población es algo esencial para ganar la guerra en este país. Vamos entonces a redoblar nuestros esfuerzos para comunicarnos con los afganos y hacerles comprender que estamos aquí por su seguridad y para ayudarlos a reconstruir su país", declaró el coronel Cheek en una conferencia de prensa.
"Vamos a redoblar nuestros esfuerzos para dialogar más con los jefes religiosos. Debemos ir a ver a los responsables locales y hablar con ellos, escuchar sus problemas y ver si podemos (...) darles respuestas", añadió.
"Queremos estar seguros que comprenden nuestra posición real y nuestros valores, para evitar los malentendidos", subrayó.
"Hemos sacado algunas lecciones de esta experiencia", añadió, en referencia a las violentas manifestaciones de la semana pasada, sobre todo la de Jalalabad (con un balance de cuatro muertos y más de 70 heridos).
"Debemos seguir entrenando al ejército y la policía afganos para controlar este tipo de manifestaciones", indicó.
El reconocimiento de Newsweek en su edición de hoy de que se equivocó al publicar que se profanó el Corán en Guantánamo se añade a una larga lista de errores recientes de la prensa de EE.UU. que han erosionado su credibilidad.
Newsweek cayó en un error denunciado justamente la semana pasada por un comité de expertos creado por el diario The New York Times para lidiar con sus propios problemas de credibilidad: confiar excesivamente en fuentes anónimas.
En un reportaje detallado en la revista que está hoy en los quioscos, Newsweek deja claro que se fió excesivamente de un alto funcionario del gobierno de Estados Unidos, que ha descripto como una fuente "antigua y confiable", y que no ha identificado.
Newsweek se basó en una entrevista con él o ella para afirmar en su edición del 9 de mayo que un informe del Mando Sur de las fuerzas armadas de EE.UU. decía que los agentes habían profanado el Corán en la base de Guantánamo como método de presión durante los interrogatorios.
El reportaje, escrito por el periodista Michael Isikoff, explicaba que los agentes habían colocado el libro sagrado musulmán en la taza del inodoro e incluso tiraron un volumen por la cañería.
Antes de publicarlo, la revista mostró un borrador del texto a un alto funcionario del Pentágono para confirmar la información. Éste puso objeciones a otro aspecto de la noticia, pero no a la información sobre el incidente del Corán.
El sábado Isikoff habló con su fuente de nuevo. El funcionario dijo que recordaba "claramente" haber leído informes que mencionaban el uso inadecuado del libro sagrado, entre ellos el incidente del inodoro. No obstante, ya no estaba seguro de que fuese en el informe sobre el que le preguntó Isikoff.
En un editorial, el director de Newsweek, Mark Whitaker, dice lamentar que "cualquier parte" de su reportaje "esté equivocado" y extiende su pésame "a las víctimas de la violencia".
Sin embargo, no menciona si Isikoff y sus editores se saltaron alguna norma interna sobre el uso de las fuentes o si la revista cambiará sus procedimientos para verificar los hechos.
Un error también por una fuente no confiable fue el que le costó el puesto a Dan Rather, el presentador estrella de la cadena CBS durante 24 años.
Rather, de 73 años, abandonó su silla en marzo, después de reconocer que cometió "un error de juicio" al emitir un reportaje en el que se aseguraba que el presidente de EE.UU., George W. Bush, recibió un trato de favor por las conexiones políticas de su familia cuando estaba en la Guardia Nacional Aérea de Texas. La información se basaba en documentos entregados por una fuente y que Andrew Heyward, presidente de la división de noticias de la CBS, posteriormente dijo que la cadena no debió usar esa información ante la imposibilidad de demostrar su autenticidad.