Cartas a la dirección

Transporte urbano de pasajeros en Alemania

Señores directores: Con motivo de haber sido becado nuestro hijo por el instituto Max Plant en Suttgard (Alemania), donde vivía en una hermosa casa que le designó el ente citado, viajamos de vacaciones mi mujer y yo a visitarlo, a él y a su familia, esposa y una nena de 6 años. Hago ese introito para entrar directo a los detalles de mi artículo. El gobierno de esta pintoresca ciudad se llamaba Manfred Ršmmel, burgomaestre (Oberbürgermeister)- intendente. Es el hijo del general alemán Ršmmel ("El Zorro del Desierto") y está dedicado a una sagrada lucha por el proyecto de la ciudad, con su flota de camionetas para mantenerla limpia y controlada personalmente con colaboradores de una red móvil.

Hay: tranvías y subterráneos; trenes eléctricos (de alta velocidad); ómnibus colectivos (comunes) y dobles con fuelles (para 150 pasajeros). El chofer solamente maneja. Es un "hombre feliz", en una ciudad con excelente señalización (las hay blancas, azules, amarillas y rojas).

Se viaja con un solo boleto; lo expenden máquinas que incluso dan vuelto. No hay control directo del "ticket". Si llega a subir un inspector que va uniformado, pide los boletos mostrando una credencial. Si viaja en negro, sin lo que llaman "Schwarzfaher" -boleto, "no vale más" o boleto mayor para dos viajes-, debe pagar 40 marcos de multa o va detenido. Prácticamente nadie deja de pagar; es una cuestión de honor ciudadano. Las paradas, cada 6 cuadras, y aparte de los postes indicadores con los números o letras de las distintas líneas -que son decenas y con lugares puntuales que toca cada línea-, existe un transparente con los horarios de salida y llegada que se cumplen "al segundo". No hay atrasos, salvo de un minuto.

Hay baterías de tickets especiales: un ticket para un congreso o "Messe" exposiciones de arte, pintura, negocios. Uno, para la familia en el fin de semana (sábado y domingo) con los niños, bicicletas y perros (con bozal, collar y correa extensible), en toda la red de transporte urbano y suburbano.

Los lisiados (existen muchos a causa de la guerra) y las madres con los cochecitos suben por una rampa especial automática a un "hall" que tiene el autobús, el tranvía o el tren en la parte media. Se sube por atrás y por delante; y se baja por una gran puerta central. Todo, dirigido desde el tablero que maneja el conductor.

Se respeta al peatón, sobre todo, a los ancianos. Donde no existen las conocidas señales de pasado para peatones, es decir, "el hombrecito" verde o rojo, la prioridad uno es del peatón; los vehículos deben detenerse y dejarles el paso. Las contravenciones son severamente multadas, se llega hasta el retiro del carné de conductor.

Por ebriedad puede llegar la pena hasta un año de cárcel.

Martín Molinas.

L.E.: 3.335.529. Ciudad.

Una nueva ley

Señores directores: Se acaba de anunciar una nueva ley. "Aprender a vivir con la inflación". El problema del costo de la vida sólo se podrá solucionar con el apoyo de todo el pueblo, del pensamiento de los trabajadores en general. El trabajador, en todos los órdenes, es el sostén de un país democrático.

Una política demasiado lenta, con grandes diferencias sociales, la relegación humillante es la situación de la mayoría del pueblo.

Un "ojo" clínico para elegir es lo que se necesita. La lucha es larga, mucha gente está desconcertada por la lentitud para lograr mejoras en el nivel de vida. El objetivo está en las urnas. Unámonos, porque la unión es la solución para la Nación Argentina, porque sabemos los inmensos recursos de propaganda que poseen los medios más poderosos en sus manos y las presiones que utilizan.

Asunción Miguel.

L.C. 1.963.579. Ciudad.