De la Redacción de El Litoral
Cuatro meses después de que la organización Apropol denunciara el robo de nafta y el pago de sobreprecios por parte de autoridades de la Unidad Regional I de la Policía, un perito informático se apresta a investigar los datos grabados en una de las computadoras secuestradas en la estación de servicio en la que se habrían cometido estos delitos.
Como se recordará, el juez de Instrucción Julio César Costa ordenó el secuestro de 12 computadoras, pero se estima que una de ellas puede guardar información clave para el caso.
La investigación tendiente a comprobar la existencia de los delitos denunciados sufrió una serie de traspiés, ya que algunas de las pruebas aportadas por Apropol en un principio carecerían de validez a nivel judicial.
Un ejemplo de esto surge con las fotografías tomadas por Apropol a los jefes policiales mientras éstos, en teoría, cargaban combustible en sus vehículos particulares utilizando vales de nafta destinados a las patrullas. Distintas fuentes consultadas por El Litoral coinciden en que la imagen registrada en las fotos no alcanza como para probar que, efectivamente, llegaron a concretar este delito.
"Lo que Apropol debió hacer fue comunicar sus sospechas al Juzgado para que desde Tribunales se ordenara un operativo tendiente a atrapar a los responsables en el momento en que delinquían. No se entiende por qué actuaron de esta manera, cuando son policías y deberían conocer perfectamente lo que dice el Código Procesal Penal", afirmó una fuente confiable que viene siguiendo de cerca el caso.
En la causa también aparecen fotografías del surtidor en el que cargaban combustible los autos policiales, y en el que se observa un sobreprecio de 10 centavos. Sin embargo, cuando la denuncia se hizo pública el precio que aparecía indicado en este surtidor volvió a ser el de mercado. Otra vez, la imagen registrada por Apropol no serviría como prueba.
De todos modos, hasta el momento la Justicia escuchó los testimonios de cuatro playeros de esta estación de servicio, quienes reconocen la existencia de irregularidades -incluso uno de ellos lo hizo en forma pública.
Además, se produjo un hecho altamente sospechoso y que podría configurar un delito al margen del robo de nafta o el pago de sobreprecios.
Apenas Apropol hizo trascender a través de la prensa que había realizado la denuncia en Tribunales, desaparecieron prácticamente todos los cuadernos en los que se debe registrar la cantidad de kilómetros recorrida por cada uno de los móviles policiales.
El responsable de llevar adelante estos controles habría relatado que, poco tiempo antes de estas denuncias de Apropol, había descubierto que los policías utilizaban dichos cuadernos para anotar frases sin sentido, a través de las cuales se "hacían bromas" entre ellos.
Por este motivo los acumuló para iniciar sumarios contra estos policías y, por alguna razón, los cuadernos se habrían quemado o habrían desaparecido.
Sin embargo, los investigadores lograron rescatar un cuaderno en el que se dejó asentado que un móvil del Comando Radioeléctrico recorrió nada menos que 26 mil kilómetros en un solo día.