De la redacción de El Litoral
Mediante análisis genéticos realizados a niños recién nacidos es posible detectar, gracias a avances científicos recientes, la sordera severa o profunda. De esta manera, se posibilita no sólo el diagnóstico precoz sino también el pronóstico y el tratamiento de la discapacidad que, en muchos de los casos, termina con la colocación de un implante coclear.
Esta novedad será uno de los temas que se expondrán en profundidad durante el desarrollo del VII Congreso Argentino de Otorrinolaringología y Fonoaudiología Pediátrica y del I Congreso Hispano-Latinoamericano de Implante Coclear, que se realizarán del 26 al 28 de mayo próximos en Mendoza.
La actividad reunirá a más de cincuenta conferencistas de Inglaterra, Italia, España, Estados Unidos, México, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
"La posibilidad de implantar a un bebé sordo profundo antes del año de vida favorece su adaptación al mundo porque aprenderá a hablar naturalmente, igual que un niño sin problemas de audición, si es que no existen otras dificultades", explicó el Dr. Leopoldo Cordero, Jefe del Departamento de Otología del Hospital Francés, coordinador de Implantes Cocleares del Hospital Pediátrico Garrahan de Buenos Aires y presidente del I Congreso Hispano-Latinoamericano de Implante Coclear.
Y agregó que "ya hay casos en el mundo de pequeños implantados desde los cinco meses de vida y con muy buena evolución".
Entre el 1 y el 2 por mil de los recién nacidos son sordos profundos o severos. En la Argentina, ese porcentaje representa entre 2.000 y 3.500 casos anuales y, el 50% de esos pequeños, aparentemente padece sordera de origen genético.
La sordera profunda o severa es un problema que puede detectarse casi de inmediato con exámenes sencillos e indoloros. Cuanto antes se descubre la enfermedad, mayores son las posibilidades de solución y más rápidamente se puede comenzar la rehabilitación del paciente.
Aunque en nuestro país existe desde 2001 el Programa Nacional de Detección Temprana y Atención de la Hipoacusia (Ley 25.415), su falta de reglamentación impide dar cumplimiento eficaz a un punto esencial: el que establece que "todo recién nacido antes de los tres meses de vida tiene derecho a ser evaluado auditivamente y tratado luego de los seis meses en forma adecuada".
La pesquisa neonatal de hipoacusia y sordera se realiza a través de la medición de emisiones otoacústicas y potenciales evocados auditivos de tronco cerebral, procedimientos sencillos e indoloros que pueden aplicarse al bebé a las 48 horas de nacido. Una vez realizado el diagnóstico, la ciencia cuenta hoy con elementos capaces de mejorar la capacidad auditiva de un paciente hasta límites antes inimaginables.
Cabe agregar que en niños y adultos con sordera profunda y severa bilateral, que es aquella en la que el oído interno (cóclea) no funciona de manera correcta y el uso de un audífono resulta insuficiente, el implante coclear permite que el paciente logre repetir correctamente el 90% de las oraciones que no conseguía antes descifrar.
Un implante coclear es un dispositivo médico muy complejo que estimula eléctricamente el nervio auditivo en la cóclea con el objetivo de que una persona con sordera severa o profunda, perciba el sonido. En el mundo, ya hay 60.000 personas que hicieron realidad el sueño de la audición a través de esta innovación científica.
Por último, cabe mencionar que ambos encuentros científicos vuelven a ser un espacio para el avance científico, el desarrollo profesional y el conocimiento para la población en general de esta especialidad.
En Internet: www.congresoorlped.com.ar