Los suicidios en adolescentes varones entre 15 y 19 años en la Argentina mostraron un crecimiento del 12,1 al 12,8 cada 100.000 individuos, entre 2001 y 2001. Esto arroja cifras similares a las de Estados Unidos, que alcanzó la tasa de 12 suicidios cada 100.000 adolescentes en el año 2000.
La información es parte del estudio realizado por el médico psiquiatra Héctor Basile acerca del suicidio adolescente en base a datos del programa de estadísticas del Ministerio de Salud y del Instituto de Salud Mental de EE.UU.
En el capítulo argentino la estadística muestra que en 1980 los suicidios de adolescentes mujeres sumaron 5,06 casos y entre los varones de la misma edad fue 4,46. Veintidós años más tarde la tasa de suicidios femeninos adolescentes se estabilizó en 5,09 -con un pico de 6,80 en el 2001- mientras que los varones llegaron a 12,8, multiplicando por tres la cifra.
"Una de las explicaciones -señaló Basile- es que si bien las mujeres intentan el suicidio entre 3 y 4 veces más que los varones, estos últimos son entre 3 y 4 veces más efectivos".
En los individuos de sexo masculino en el caso de la franja que va de los 20 a los 24 años la tasa tiene un piso de 7 en el año ï80, con una cifra máxima en el '88 de 11,58. En 1992 comenzó una escalada que alcanzó a 19,27 en el 2002.
Las mujeres de la misma edad tienen una tasa descendente que parte de 4,97 casos por cien mil en el `80 para llegar a 4,28 en el año 2002. Esto manifiesta una diferencia de quince casos cada cien mil en esa fecha con respecto a los varones.
Otro dato interesante con respecto al suicidio femenino es que, tanto en el año ï84 como en el ï99, alcanzaron las cifras menores con 2,33 y 2,36 cada cien mil pero lo alarmante es que del 2000 al 2001 pasaron de 3,12 a 6,80, más que duplicada la tasa.
Otra de las situaciones que llama la atención en el estudio sobre el suicidio realizado por el doctor Basile, psiquiatra en el Programa de Adolescencia del Hospital de Clínicas y docente de la facultad del Museo Social Argentino, es que del análisis de la tasa de suicidios por edades de niños y adolescentes, (de 0 a 24 años); adultos (de 25 a 64 años) y gerontes (65 años y más), se observa que el primer grupo etario en el período que va de 1980 al 2002 creció de 13,75 por ciento al 23,91.
Los otros dos grupos descendieron. El de adultos bajó del 61,60 por ciento al 55,63 y el de los gerontes cayó de 24 al 20,01, mostrando la contradicción del crecimiento del suicidio entre los que tienen más vida por recorrer.
Según los datos del Instituto de Salud Mental de EE.UU. la tasa de suicidios entre 1960 y 1988 aumentó en ese país el 17 por ciento en general, en tanto que entre la población adolescente hubo más de un 200 por ciento de aumento.
Aseguran que la tasa de suicidios entre los 15 y los 19 años pasó de 2,7 por cada 100.000 habitantes en 1950, a 11 por cada 100.000 en 1990, manteniendo un crecimiento constante y transformándose en la tercera causa de muerte después de accidentes y homicidios.
En el año 2000, la tasa en los adolescentes trepó a 12 cada 100.000, lo que representó 1 a 2 suicidios por día y tres millones de jóvenes con ideas suicidas ese año.
En 1992 se estudiaron los intentos de suicidio entre universitarios con los siguientes resultados: intentaron suicidarse por lo menos una vez el 10,4 por ciento; sólo logró dañarse el 4,6 por ciento; necesitó asistencia médica el 2,6 por ciento y debió ser hospitalizado el 1 por ciento.
En un estudio sobre 1200 estudiantes de 14 a 16 años, el 27 por ciento de las chicas y el 20,5 de los chicos pensaron seriamente en suicidarse durante los 12 meses anteriores al estudio; el 20 por ciento de las chicas y el 12 de los varones hicieron planes específicos para suicidarse; y el 8,3 por ciento lo intentó.
Agrega el estudio que en términos estadísticos puede afirmarse que por cada adolescente suicida que muere lo intentaron sin "exitus letalis" otros 100 ó 200 y que entre 400 y 800 lo pensaron como una posibilidad.
Finalmente señala el trabajo que el 30 por ciento de los adolescentes con una tentativa de suicidio repiten el intento en un período de 2 años. Aproximadamente el 9 por ciento de los varones y el 4 de las chicas consiguen poner fin a sus vidas.