Por Ivana Fux
El flamante subsecretario de Seguridad Pública, Gustavo Peters, ratificó la inconveniencia de tener en la provincia una policía sindicalizada, tal como lo sostenía su antecesor, Alejandro Rossi. Sin embargo, consideró que sería viable y hasta "productiva" una agremiación de las fuerzas.
"Existe en muchos lugares pero no se llama sindicalización, sino agremiación, que no es lo mismo. La agremiación -explicó- puede llegar a ser muy productiva. Eso sí, en un sector sensible como éste, el tema debe ser muy discutido, bien elaborado y debe existir una mesa de diálogo para ver qué posibilidades reales tenemos".
Consultado por El Litoral , comentó que países como Francia y España ya aplican estos sistemas, en los que también confluye la sociedad civil "pero no para el reclamo, sino para hablar de las necesidades e inquietudes que tiene el sector. Creo que esto se puede hacer", opinó.
Para clarificar más lo que implica la "agremiación", equiparó la situación con la acción del Colegio de Magistrados. "Ellos discuten y hablan sobre sus necesidades y el perfil que deben darle a la gestión. Además, permiten integrar a todos los involucrados, no sólo al identificado con el problema. En la policía hay personal superior y personal subalterno, entonces si se la sindicaliza, podríamos estar hablando de una cantidad de sindicados diferentes. Tampoco podrían hacer medidas de fuerza porque se trata de un servicio esencial del Estado".
Peters aclaró que esta idea no la discutió aún con Obeid, pero insistió en que el tema debe ser debatido, incluso, con la misma policía.
El funcionario consideró que la provincia tiene una buena policía, pero admitió que debe ser mejor equipada y más profesionalizada. "Tenemos que mejorar el equipamiento, que estuvo retrasado por razones económicas, y es necesaria la instrucción, el perfeccionamiento y la profesionalización".
También reconoció que debe ser mejor remunerada. "Tienen el problema salarial que sufre el resto de la administración provincial. Todos queremos ganar más y deberían ganar más pero dentro de las posibilidades que tiene la provincia. Hay que seguir charlando; no sería prudente cerrar el tema en este momento".
Peters consideró que es vital recuperar la confianza de la comunidad en la institución policial. "La confianza se gana mediante el conocimiento por parte de la comunidad, del trabajo de la policía. Actos de corrupción tenemos tanto en el sector privado como público, y tanto entre profesionales como en otros ámbitos. Lo que se debe entender es que la seguridad es una cuestión que nos involucra a todos, no necesariamente a la policía".
Respecto de la situación interna actual en las fuerzas, aseguró que es "tranquila", y subrayó que se debe mantener el orden vertical. "Si entre ellos existen internas, no lo sé. La Subsecretaría de Seguridad tampoco está dentro de la institución policial. Es el órgano político que está por afuera; es el control que se ejerce de la policía por la subordinación que indica la Constitución".
En cuanto a la supuesta existencia de "cajas negras" en la fuerza, aseguró que no le consta. "Sé que hubo denuncias y se investigó el tema, pero los procesos de la justicia de Instrucción no dieron resultados positivos".
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Para comenzar a materializar la meta de acercar la policía a la comunidad, Peters anunció la creación de una Dirección Provincial de Seguridad Comunitaria. La mecánica se comenzó a aplicar desde 1997 pero por resolución ministerial y a través de las juntas barriales.
"Lo que se busca ahora es la creación de una Dirección por decreto del gobernador, para empezar allí a coordinar todas las juntas que se fueron creando porque lo bueno de esta política es que nunca se interrumpió en otras administraciones". Asimismo, comprometió mayor respaldo a las comisarías a partir de la patrulla urbana, y capacitación para la policía barrial.
Peters señaló, finalmente, que aceptó el cargo como un desafío. "Empecé a estudiar la política criminal y cada vez me apasionó más. El cargo me permitirá intentar llevar adelante ciertas cuestiones que uno las ha visto (en la teoría) y que pueden llegar a resultar y ser buenas para toda la sociedad".
Peters atribuyó a "cuestiones culturales" el hecho de que el índice de homicidios en la ciudad de Santa Fe sea más alto comparativamente que el de Rosario. Sin embargo, aclaró que no es el más elevado del país.
"La diferencia entre Rosario y Santa Fe se ha dado siempre así; hay muchos factores culturales que intervienen", insistió. También negó que una de las principales causas de violencia en esta capital sea por la tenencia de armas de fuego. "Muchos homicidios se cometen con armas blancas y domésticas. Según las estadísticas, la mayor cantidad de crímenes son por problemas pasionales o entre vecinos, y no por asesinatos en ocasión de robos. Esto último -subrayó- marca la violencia en la comisión de delitos; lo otro (enfrentamientos familiares o vecinales) indica la violencia en la trama social".
El funcionario dijo desconocer el nivel de tenencia de armas de fuego en la ciudad de Santa Fe, y respecto de la delincuencia juvenil, opinó que lo fundamental es "poder intervenir en las primeras causas y ejercer un mejor control para determinar cuáles han sido los motivos que los llevaron a delinquir".