Teresa Pandolfo
"En 1999 recibí un llamado desde Inglaterra para consultarme sobre la siembra directa. Les respondí: `voy para allá. Quiero ver cómo son los campos; qué es lo que siembran y, entonces, le hacemos la sembradora a medida", le respondí.
El que habla es el Ing. Enrique Bertini. Hace 50 años que se dedica a la maquinaria agrícola y 29 que tiene fábrica de sembradoras en Rosario. Quizás la más tecnificada y robotizada en su tipo, dentro del país.
La historia personal de Bertini está ligada intensamente a la construcción de equipos agrícolas. Desde muy joven los diseñó y la ingeniería industrial es para él una cosa de todos los días.
Pero su reflexión va más allá de la coyuntura: "La agricultura argentina es muy fuerte. Tenemos muchos productores con alta capacitación y la transferencia de conocimientos es constante. En la década del '90 se han duplicado los rindes por hectárea como consecuencia de la siembra directa y de la genética aplicada. No ocurre lo mismo en Europa", sostiene Bertini -italiano con origen en Módena. "Allí si un productor obtiene un logro, no lo transmite. Aquí tenemos instituciones que han sido pilares de la transformación tecnológica de la agricultura", compara y cita a Aapresid, CREA y al Inta. Reconoce que el mercado argentino está más difícil que en los dos años anteriores pero a su vez sostiene que "tampoco son fáciles los externos".
Relata que el sector agrícola en Brasil pasa por una gran crisis fruto de una prolongada sequía; Chile compra poco; Bolivia y Paraguay son mercados casi cautivos de Brasil; Rusia y los países del este son una posibilidad "pero complicados para llegar, debiéndose sortear ciertas mafias internas. Hay que olvidarse de los Estados Unidos y de Canadá: son más caros los seguros que las maquinarias".
Advierte sobre la persistente industria del juicio en esos países: "las responsabilidades van en cadena y si un operario se corta una falange, termina teniendo la responsabilidad el importador y, luego, el fabricante. No hay una legislación que delimite las responsabilidades de unos y otros".
Por su experiencia, "Europa es distinta. Damos la garantía de la Comunidad Europea, que hace responsable al dueño de la maquinaria respecto del uso del manual de seguridad. "Existe un sistema de seguridad internacional que se debe respetar", asevera.
En cuanto al mercado interno evalúa que el productor siempre trata de renovar sus equipos, por tamaño o porque quiere lograr más eficiencia. "Lo mismo ocurre con el equipamiento industrial; es una cadena que no se termina nunca", comenta.
En tanto, las ventas de Bertini se ubican en Argentina, Uruguay, Chile, España, Francia, Gran Bretaña; menos, en Finlandia y Rumania.
"Hacemos sembradoras a medida para Europa. España tiene suelos muy secos y con mucha piedra. En Gran Bretaña, el norte de Francia y Finlandia, son muy húmedos, casi barro", comenta mientras muestras las diferencias entre unas y otras sembradoras en la planta de producción. Dos equipos están listos como para ser enviados al Reino Unido.
Recorrer la fábrica con Bertini es adentrarnos en la producción con fuerte tecnología de punta en cada sección de la planta: equipos de rayo láser para cortar las chapas de acero, robots para las soldaduras y una sala de pintura capaz de cumplimentar todos los estándares internacionales. Trabajan unas 110 personas entre agentes administrativos, industriales y de mantenimiento, pero la empresa es de carácter familiar, como prácticamente todas las del sector.
"Tenemos que apuntar a la tecnología", desgrana mientras va mostrando el proceso que nos llevará al producto final. En el recorrido junto con la periodista, recibe consultas de los operarios, quienes saben tener la respuesta certera a flor de piel. "El 1° de febrero cumplí 50 años con la maquinaria agrícola. Este es un gran país", expresa al despedirla.
Bertini no lo refiere abiertamente pero como todos los productores y fabricantes ligados a la actividad agropecuaria, espera el pronto anuncio de que pueda desgravarse parte de las retenciones en Ganancias y una modificación en el igual sentido del saldo IVA técnico.
Enrique Bertini destaca la importancia del rubro maquinaria agrícola dentro de Santa Fe. Hay quienes señalan que el 47 % de los equipos del país se fabrican en el territorio santafesino; otros consideran que este porcentaje llega a casi el 60 %. Lo mismo ocurre en cuanto a los puestos de trabajo: se calcula que unos 7.000 puestos de trabajo, directos o indirectos, están vinculados laboralmente con esta industria en la provincia.
A Bertini no le interesa radicarse en Brasil como lo han hecho otras fábricas. Recuérdese al respecto que, por su legislación, el 60 % de las autopartes debe tener ese origen y al productor se le financia maquinaria sólo brasileña. "El comercio con Brasil es unidireccional. El Mercosur no existe", concluye quien fuera por cuatro años presidente de la Cámara Argentina de Maquinaria Agrícola.