Perú rendirá culto mañana, 30 de mayo, por primera vez en más de 180 años de historia republicana a la papa, el tubérculo de origen andino que hace siglos salvó a Europa de la hambruna.
La celebración se inició ayer y se prolongará hasta mañana, con festejos en pueblos y comarcas campesinas en honor a un alimento que es base de la dieta de los peruanos y cuya antigüedad se remonta a más de 7.000 años.
El cultivo y consumo de la papa desde tiempos ancestrales desembocó en una de las mayores contribuciones de Perú a la alimentación del mundo.
El objetivo del gobierno es relanzar el consumo popular de la papa e impulsar su industrialización a fin de obtener valor agregado, generando empleo productivo y divisas al país.
Pese a ser uno de los principales productores en América Latina, el consumo de papa en Lima se redujo en 55% tras decrecer de 100 kg per cápita en la década de 1970 a 45 Kg en 2005.
En Perú existen las ocho especies más conocidas de la papa, así como el 60% de las 4.400 variedades del mundo. Cada año 600.000 agricultores producen 3 millones de toneladas de papa.
En los andes peruanos se cosechan 265.000 hectáreas, equivalente al 10% de toda el área cultivable de Perú, según el ministerio de Agricultura.
La papa presenta en Perú diversas formas y colores. Es común encontrar papa con pulpa blanca, amarilla, roja y morada. Se cultiva en los Andes sobre 3.500 metros.
El famoso tubérculo representa 13% del PIB de Perú, el más alto índice que cualquier otro cultivo alimenticio nacional.
En Perú se encuentra la `catedral' científica de la papa: el Centro Internacional de la Papa (CIP), guardián del germoplasma de miles de variedades.
El CIP conserva en sus laboratorios de Lima el mayor banco genético de papa del mundo, donde almacena más de 10.000 variedades provenientes de diversos continentes.