Los vecinos de Guadalupe reclaman más seguridad
De la Redacción de El Litoral
Con el respaldo de cuarenta páginas repletas de firmas, vecinos autoconvocados de Guadalupe Norte y Este pidieron a la Defensoría del Pueblo que intervenga para resolver un tema que, literalmente, los desvela: la inseguridad. Para ello solicitaron al organismo provincial que gestione medidas ante el Ministerio de Gobierno para la zona comprendida entre Javier de la Rosa y French, y Pascual Echagüe e Italia y la laguna Setúbal.
La presentación sumó adhesiones del jardín de infantes Juan Pablo II y colegio San José (EGB y Polimodal), la escuela Nuestra Señora de Guadalupe (en todos los niveles), la escuela de Educación Técnica N° 655 y la Universidad Católica de Santa Fe. Algunas de las instituciones plantearon incluso que sus propios alumnos o allegados habían sufrido algún incidente.
En consecuencia la Defensoría pidió, mediante un oficio dirigido al secretario general del Ministerio de Gobierno Walter Gálvez, la "urgente intervención a los fines de arbitrar los mecanismos pertinentes para brindar una pronta solución al problema".
También se harán gestiones ante la Municipalidad, para que acelere la colocación de luces y se mantengan limpios los terrenos.
"La inseguridad se ha adueñado de nuestro barrio", exponen los vecinos en la nota y reseñan "cientos de hechos delictivos a diario; muchos no denunciados, como arrebatos de carteras y bolsas de mercaderías con lesiones a mujeres mayores; despojo de ropas y calzados a menores; robo de bicicletas, motos y autos; saqueos en propiedades con o sin alarma, no logrando disuadir a los delincuentes de manera alguna". A este escenario se suman "exhibicionistas y maniáticos de todo tipo, armados, que atacan a mujeres, adolescentes y menores, llegándose a cometer ultrajes y abusos de todo tipo".
A todo esto agregan el "homicidio no resuelto del veterinario Tardivo (en Javier de la Rosa al 300)", y una "nueva manifestación de violencia" el 26 de marzo con la muerte por heridas de bala de una persona en el predio de la ex traza de Vialidad Nacional. Hecho que, por otra parte, ocurrió "delante de vecinos, niños y personas que se encontraban en el lugar después de un partido de fútbol".
Señalan luego que la Municipalidad se comprometió a mejorar la iluminación de la zona con nuevas luminarias pero temen que "en poco tiempo las mismas sean destruidas como lo están siendo las que fueron colocadas en el paseo aún no inaugurado de la Costanera Oeste".
Por último consideran que la seccional 8° de Policía se encuentra "colapsada en su prestación de servicios" por tratarse de una zona muy "extensa y conflictiva" y es por esa razón que piden mayor seguridad policial.
Los vecinos apuntaron un reclamo básico: la iluminación. "Hay, pero no es la adecuada", sintetizó una vecina en diálogo con este diario. Fue así que lograron reunirse con el intendente, quien tomó la decisión de ejecutar una obra que mejore la situación. Así le fue comunicado a los vecinos. La obra se va a licitar en junio y a ejecutar en el mes siguiente.
La decisión es importante pero sólo alcanza para aliviar la tensión porque en realidad aquél reclamo estaba enmarcado en el grave problema de inseguridad. "Guadalupe se ha convertido en el lejano oeste, a las 6 de la tarde no se puede salir, los tiros se escuchan todas las noches".
La misma fuente señaló que las firmas que acompañan el pedido a la Defensoría corresponden a unas 50 manzanas de la zona, "aunque hay que sumarle a la gente de los alrededores que entra al barrio".
"Muy inseguro desde hace diez años y sin mejoras desde hace veinte", respondió la vecina al ser consultada sobre el momento en que el barrio en el que vive desde hace 37 años comenzó a mostrar la imagen actual, mientras "seguimos pagando como zona residencial".
"Acá no alcanza ni con la alarma comunitaria, ni la vigilancia privada, ni con un boyero para disuadirlos", expuso preocupada.
En su presentación, los vecinos advierten que el barrio se encuentra "rodeado de tres asentamientos precarios (villas de emergencias) ubicados en la zona norte, noreste y en el noroeste y malvivientes llegan a esos lugares para esconderse y delinquir".
"No es el problema de toda la gente de las villas", aclararon desde el barrio. "La mayoría son trabajadores, pero los delincuentes aprovechan esos lugares para actuar".
Desde la Defensoría la opinión fue clara: "Queremos ser inclusivos, porque acá no se trata de sacar a los pobres y llevarlos a otro lugar, sino de posibilitarles un desarrollo igualitario". En esa misma línea se advirtió que la intervención del organismo comprende a todo el barrio, sin distinciones.
Antecedentes.
No es la primera vez que la Defensoría del Pueblo interviene ante reclamos de inseguridad. El defensor adjunto Carlos Feruglio recordó que durante la gestión provincial anterior pidió al Ministerio de Gobierno que refuerce las medidas de seguridad en la zona Sur, donde se venían produciendo asaltos reiterados, fundamentalmente a jóvenes. En otra oportunidad solicitó que se acelere el funcionamiento de las juntas barriales de seguridad.
Son 50 manzanas las que formalizaron el reclamo. Pero van aquí algunos testimonios que ilustran el cuadro denunciado por los vecinos.
"Vivo enrejada, con alambre de púas. No puedo ir más a misa porque los otros días me siguió una persona. Es increíble la cantidad de robos que hay. Todo Guadalupe está pasando por esta situación de inseguridad. El otro día escuchamos unos gritos, salimos a la puerta y era una mujer que tenía a un hombre apuntándole en la cabeza para robarle una bicicleta y vos no podés intervenir porque te pegan un tiro".
"La situación es complicada, hay una cadena de responsabilidades: el gobierno, los jueces, la policía. A mi me han robado el mes pasado, me violaron en la casa, me sacaron todo. Fui a la policía, me tomaron los datos... uno va al juez y ud. la ve a la gente que está con los elementos que le han robado y los denuncia, pero como son menores no pasa nada. También uno entiende la situación de los pobres, que los medios y la sociedad le están ofreciendo cosas a las que ellos nunca van a poder acceder, y esa situación está generada por nuestros gobernantes. Hay problemas de educación, de salud, y acá tienen que responder los políticos que nos han llevado a esta situación. Después del robo yo estoy adentro de mi casa y se siente una situación fea. Cuando hubo gente adentro de tu casa no dormís, vivís con miedo. Yo viví toda mi vida en Guadalupe, y antes era otra cosa. Va a haber elecciones en octubre, en agosto van a aparecer, van a barrer las calles con escoba, después cuando ganen se van y estos señores se creen que están en una torre de marfil. La situación es esa: nadie responde".
"Hace 35 años que vivo en Guadalupe donde antes era un paraíso y hoy se convirtió en el Lejano Oeste. Los nenes no pueden andar en bicicleta, ni salir con ropa o zapatillas de marca porque los dejan desnudos en la vía pública. Las señoras mayores salen a hacer los mandados y les arrebatan los bolsos, les roban las carteras, las golpean, sin contar la gente que vuelve de noche del trabajo, que les conocen los movimientos, las toquetean, les hacen abusos. Sabemos que robos hay en toda la ciudad. El gobierno logró convertir a Santa Fe en una villa de emergencia, pero peor la estamos pasando acá en Guadalupe porque estamos rodeados de asentamientos. La mayoría es gente trabajadora, pero los delincuentes también están ahí".
"Un día venía de la iglesia, estaba por sacar la llave del bolso y pasó un chico en bicicleta y me agarró el bolso. Fue como un refucilo"