Los empresarios aseguran que la mejora salarial no se trasladará a los precios, para evitar que se traduzca en un aumento de la inflación, como advirtió el ministro de Economía, Roberto Lavagna, quien en varias oportunidades rechazó la posibilidad de convocar al Consejo del Salario.
Para no dejar mal parado a Lavagna, el ministro de Interior, Aníbal Fernández, explicó que el jefe del Palacio de Hacienda "está para sentarse sobre la caja" sin permitir que nadie la toque.
"El que maneja la caja está llamado para eso, solamente para eso, para sentarse arriba de ella sin permitir que nadie la toque", remarcó Fernández, quien añadió que " el manejo prudente del gasto no va a poner mal a nadie".
El titular de la cartera política aseguró que "se puede conciliar una propuesta común que tenga que ver con aquellas actividades que tienen posibilidades de dar mejorías a sus empleados", y opinó que "tendrá que discutirse eso, y que no implique un riesgo inflacionario".
También consideró que "habrá que mirarlo con la prudencia del caso", y estimó que "la preocupación de Lavagna es legítima. Todo el gabinete está preocupado para que no impacte en los precios y que, además, signifique una mejora en el salario real de los trabajadores.
"Eso recalienta de alguna manera la economía en beneficio de la actividad que necesitamos", afirmó Fernández.
Por su parte, el cosecretario de la Confederación General del Trabajo (CGT), Hugo Moyano, brega por un básico que llegue a los $ 630.
Moyano reclamó que "ningún trabajador gane menos que esa suma" y "el aumento de los topes de las asignaciones familiares, que permiten incluir a unos 500 mil compañeros más en ese beneficio".
En la misma línea, otro cosecretario de la CGT, José Luis Lingieri, sostuvo que el aumento es un triunfo "de los trabajadores, no es titularidad de nadie".
"Es un tema que venía madurando", indicó el líder sindical, quien añadió que "no sólo se trata de un aumento del salario mínimo, sino también de las asignaciones familiares".
Además, afirmó que "se va a aumentar" el mínimo no imponible de Ganancias, que actualmente se ubica por encima de los $ 1.800 para los solteros, y de los $ 2.200 para los casados. Estimó que, gracias a esta decisión, "mucha gente va a dejar de pagar este tributo y va a tener mayor poder adquisitivo en el bolsillo".
En este marco, el vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), José Ignacio de Mendiguren, destacó que el espíritu de los empresarios es "colaborar en que se preserve este modelo de crecimiento con equidad".
Consultado acerca de si el aumento del mínimo podría trasladarse a los precios, dada la suba en el costo para los empleadores, el industrial aseguró que "en la mayoría no, bajo ningún aspecto".
El líder de Recrear, Ricardo López Murphy, sostuvo que "lo que sería positivo es que el gobierno se expresara con una sola voz, no con ese doble lenguaje permanente".
Así, destacó que "en general, el ministro Lavagna fue crítico de la mejora salarial, pero después actúa siguiendo el consejo" del presidente Néstor Kirchner.
Sobre el riesgo inflacionario, explicó que "entre diciembre y abril la inflación no fue problema de política salarial, porque hicieron una fiesta fiscal y monetaria".
Sin embargo, advirtió que "la tasa de inflación ha ido subiendo fuertemente en los últimos 15 meses y eso no es gratis".
El aumento del sueldo mínimo a $ 630 sería prácticamente un hecho, consensuado entre el gobierno, los sindicatos y los empresarios, que mañana mantendrán una serie de reuniones con vistas a la sesión Consejo de la Productividad, el Empleo y el Salario Mínimo, Vital y Móvil del miércoles.