AFP
En la estela del "no" francés a la Constitución europea, Holanda, otro miembro fundador de la Unión Europea, rechazará probablemente el miércoles el tratado, a pesar de los insistentes llamamientos de los políticos y medios de comunicación a favor del "sí".
Los últimos sondeos, publicados durante el fin de semana, daban la victoria al "no" por 60 %. Unos 11,6 millones de holandeses están convocados a las urnas el miércoles para un referéndum no vinculante pero que los principales partidos prometieron tener en cuenta si la participación supera el 30 %.
Una encuesta publicada el sábado aseguraba que el "sí", que defienden la mayoría de los políticos, perdería aún más terreno en caso de un rechazo francés.
"Los holandeses no deben tomar lecciones de los franceses, deben hacer su propia elección", declaró anoche el primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende.
El jefe del grupo parlamentario liberal, Jozias van Aartsen, explicó que si los holandeses votaran "sí" ganarían peso respecto de los grandes países de Europa, en particular Francia. Los defensores del "no" se preocupan sobre todo por la pérdida de influencia de los 16 millones de holandeses en la Europa ampliada.
"Un cálculo político inteligente muestra que Holanda tiene ahora una oportunidad de desempeñar un papel a la altura de su rango", declaró Van Aartsen recordando que el reino es el séptimo país de la UE por tamaño y el séptimo por economía.
Trató de despertar igualmente al electorado diciéndole que "París no tiene por qué decirnos lo que hay que hacer".
El bando del "no" exultaba de alegría. El diputado Geert Wilders, ex partido liberal VVD que creó una formación de extrema derecha, celebró en el diario De Volkskrant "un día histórico" que marcó "el principio del fin del súper Estado europeo".
"El gobierno holandés ya no puede afirmar que Holanda no puede permitirse ser el único país que se opone a la Constitución", dijo por su parte el portavoz del partido calvinista SGP, Menno de Bruyne.
La prensa, que destaca la "bofetada" infligida al presidente francés, Jacques Chirac, y a las "elites europeas", trata de convencer a sus lectores de que voten "sí".
"La opinión de los holandeses sigue siendo importante, en particular si se consideran las alternativas posibles", escribió De Volkskrant (centroizquierda) refiriéndose a eventuales negociaciones futuras. "Los electores holandeses siguen teniendo una razón válida para ir a las urnas el miércoles".
Pero el popular Telegraaf, aunque también pide el "sí", admitió que "el `no' francés significa que el miércoles nos vamos a pronunciar sobre algo que ya no existe".
Como en Francia, los holandeses se disponen a sancionar a la coalición de centroderecha que gobierna el país.
Según los sondeos, algunos electores temen que Bruselas intervenga en temas de sociedad como la venta controlada de drogas blandas, el matrimonio homosexual o la eutanasia, y otros una afluencia de extranjeros, en particular musulmanes, y una pérdida de influencia de su país en la Europa de los 25.
El bloque del "no" está formado por un heteróclito bloque de ortodoxos, militantes de extrema derecha, y de extrema izquierda que totalizan 22 de los 150 escaños del parlamento.
Todos los demás, como la mayoría de sindicatos y colegios profesionales, apoyan el "sí".
La Comisión Europea (CE) afirmó hoy que los 25 Estados miembros de la UE tienen un "fuerte compromiso político, que no jurídico" de lograr que el proceso de ratificación de la Constitución europea llegue a buen término.
Un portavoz del Ejecutivo comunitario, Mikolaj Dowgielewicz, explicó en rueda de prensa que la declaración número 30 del Tratado constitucional, adoptado por todos los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, lo señala claramente.
Los 25 Estados miembros han firmado la Constitución y luego "han elegido el sistema que han deseado" para hacerla ratificar, pero en cualquier caso han adoptado "un fuerte compromiso político" para hacer que prosiga ese proceso, que deben "tomar muy seriamente".
Para la Comisión Europea, es necesario extraer consecuencias del triunfo del "no" en el referéndum celebrado en Francia, que se ha producido también por razones no ligadas estrictamente al tratado constitucional, según la portavoz del Ejecutivo, Francoise Le Bail.
"Como todo gobierno, la Comisión es corresponsable de ese déficit de información sobre el Tratado", que en opinión de la portavoz ha provocado el rechazo de los franceses, aunque lo importante ahora es "salir de esta situación y no buscar culpables".
En todo caso, "hay que ser respetuoso con el resultado" del referéndum, según Le Bail, quien se mostró convencida de que "Europa sabrá salir de este momento de dificultad, porque ya ha conocido otros muchos", declaró.
Bruselas confía en que el resultado francés no repercuta en los próximos referendos convocados, en particular en el que se celebrará el próximo miércoles en Holanda.
"Los holandeses han demostrado a lo largo de su Historia que tienen ideas propias y no se dejan influir", subrayó la portavoz comunitaria.
El Ejecutivo tampoco considera que deba mezclarse este asunto con el proceso de ampliación de la UE, y repercutir negativamente en los procesos de adhesión de Bulgaria, Rumania, Croacia y Turquía, ya que "la decisión política ya está tomada".
Ante la situación que se ha creado, la Comisión Europea (CE) descarta que exista "un plan B" para adoptar en el caso de que la Constitución no sea ratificada por todos los Estados miembros, como se exige para que entre en vigor.