Ariel Durán-Sergio Ferrer
Daniel Pereyra se desempeña como director de la Escuela de Enseñanza Media N° 443 José Manuel Estrada -ex Escuela Nacional de Comercio-, desde el año 1996. Diario El Litoral mantuvo un diálogo con él, con el fin de interiorizarse en la marcha de los trabajos de ampliación, remodelación y reformulación edilicia de la institución, en el marco de una obra de real magnitud iniciada en 2001.
"La idea de concretar esta obra nació hace unos años atrás, cuando detectamos la necesidad de refuncionalizar el establecimiento, porque había lugares ociosos en la institución. La verdad que se trabajó con mucho empeño, especialmente de parte de todos los cooperadores que han estado en funciones; pero el problema que hemos encontrado es que no hubo un plan rector sobre el cual trabajar", señala Pereyra, no sin antes aclarar que la escuela en la actualidad cuenta con 20 aulas y un total de 1.048 alumnos; funciona con 27 divisiones y en 3 turnos, puesto que en 1989 fue incorporado el de la noche.
"Uno hasta ha sido alumno de la escuela y sabe que se fue haciendo con muchísimo esfuerzo; hasta hubo quienes expusieron bienes personales para que saliera adelante e hipotecado sus inmuebles para poder construirla. Ante esa necesidad de crecimiento, la escuela se fue haciendo de a poco y comprando casas vecinas a medida que la situación lo permitía; ello se hizo con toda la buena voluntad del mundo, pero sin un orden en cuanto a la funcionalidad de la infraestructura", aclara Pereyra, haciendo hincapié en el respeto por los precursores que fueron edificando la entidad (ver El Dato).
"En esta última etapa, se construyó lo que será la sala de informática y se reubicó el ingreso del edificio, que antes era por Iriondo -bien enfrente de la Municipalidad-, y ahora es por la esquina de Iriondo y Avellaneda, dándole a la escuela una nueva perspectiva, incluso pensando en futuras ampliaciones. Se construyó, además, un aula en la planta superior que ya está terminada y otra a medio terminar (le faltan aberturas, piso y ventanas); asimismo, está hecho lo que va a ser la oficina de dirección y una de las preceptorías, sobre la puerta principal", continuó.
"Pensando en un futuro lo más próximo posible y en el intento por armar un plan rector que todavía no está expresado en los papeles pero sí como idea, es que empezamos a edificar aulas nuevas y a ocupar lugares ociosos. La capacidad del edificio no está totalmente colmada; la poca funcionalidad con la que se pudo ir construyendo hizo que quedaran sitios dedicados a materias no sistemáticas (talleres mecanografía o tecnología, por ejemplo) que no están en lugares con acceso rápido y fácil. Eso mismo, pensamos también, puede llegar a impedir el egreso en el caso de alguna emergencia, dificultad o incidente; por lo tanto, se está viendo la forma de construir en función de la calidad del rendimiento de la infraestructura que la escuela necesita en forma integral (seguridad, traslado, pabellones sanitarios y demás)", añadió el director.
"La obra está cubierta en un 60 ó 70 por ciento. En la medida que se vaya ampliando la capacidad del edificio se va a ir cumpliendo con el plan rector pensado; lo que queda, si es posible, es comprar una finca lindera que nos permitiría ir culminando con aquella tarea. Tenemos un ala central del edificio que está ocupada por aulas, cuando -en realidad- ese ala central tendría que llevarse a la línea de edificación de la calle, sobre Avellaneda; para eso habría que hacer la adquisición mencionada anteriormente. Por supuesto que significaría un gran emprendimiento de parte de la institución, pero nunca lo descartamos, porque ése es el objetivo", señaló también.
En cuanto a otras tareas, Pereyra detalló que también se trabajó en el gimnasio deportivo -inaugurado el 21 de enero de 1981-, aunque allí "lo que se hizo fue revestimiento con cerámicas, porque costaba mucho el mantenimiento de la pintura por la propia actividad que en él se realiza". Cabe destacar que esta institución -por la forma en que se originó-, pertenece a la asociación cooperadora, que es la titular del edificio en sí, al ser la representante de la comunidad santotomesina; como tal, se lo alquila al Estado provincial.
Precursores
Así estaba compuesta la Comisión Central Pro Ciclo Básico formada en 1956 para crear el Instituto de Enseñanza Secundaria que luego pasó a ser Escuela Nacional de Comercio: presidenta, María de San Román; vicepresidente, Víctor Piérola; secretaria general, Sol Acuña; prosecretaria, María Neme; tesorero, Carlos Creus Monti; protesorero, Carlos Gasparotti; vocales, Juan Cifre, César Enría, Gustavo Schollaert, Roberto Bisbal y Pedro Ballardini; vocales suplentes: Max Maignien y José Maradona; asesor, Rubén Battioni. De la misma manera, la primera comisión directiva de la asociación cooperadora contó con la presencia, entre otros, de Vico y Gildo Gasparotti, José Bouzón y Ernestina Torres.
La idea de contar con una escuela secundaria en Santo Tomé surgió a partir del anhelo de la Dra. María Lauría de San Román, que al desempeñarse como odontóloga en un consultorio que funcionaba en la escuela Juan de Garay y conversar con los alumnos, vio la necesidad de que la ciudad tuviera una institución que les permitiera continuar sus estudios aquí; por ello se puso en campaña y el 2 de setiembre de 1956 formó una comisión Pro Ciclo Básico. Al principio, se pensó que podría ser un anexo al Colegio Nacional Simón de Iriondo de Santa Fe; sin embargo, al poco tiempo se cambió de idea y se solicitó la adscripción a la Escuela de Comercio Domingo G. Silva. Ello, en virtud del beneficio que podría tener sobre el alumnado la adopción de la terminalidad comercial, puesto que les permitiría a los estudiantes egresar con el título de Perito Mercantil, implicando una posible salida laboral, especialmente para los que se vieran imposibilitados de seguir a nivel terciario o universitario. En aquel momento, el personal designado por la señora San Román fue el siguiente: Luis Andorno (director), María P. de Giavedoni (preceptora), Emilce F. de Bernal (ayudante de gabinete a cargo de la secretaría) y Antonia G. de Espigare (auxiliar de servicio). Asimismo, cumplían sus tareas los profesores René E. Caro (Botánica), Nelly U. de Gaydú (Dibujo), Nely Mathieu (Educación Física mujeres), Juan Hachmann (Educación Física varones), Gladis Puente (Historia), Delia Novillo (Geografía, luego reemplazada por Nidia Riestra), Rita Tallarico (Matemáticas), Rosalía Sabá (Castellano), Adelma T. de Miretti (Inglés), Damiana García (Francés) y Angel Difilippis (Cultura Musical). Al pasarse a comercial se incorporaron Yolanda Gallo de Moyano (Contabilidad) y Enrique de Aguirre (Educación Democrática). Con una inscripción de 73 alumnos, el 18 de marzo de 1957 se procedió a dejar inaugurado el flamante Instituto de Enseñanza Secundaria en la Escuela Técnica N° 28 José Aguado, ubicada en Libertad y Sarmiento; a fines de dicho año se adquirió el local propio en calle Iriondo, entre Sarmiento y Avellaneda. Convertida luego en Instituto Adscripto Ciclo Básico Comercial Domingo Faustino Sarmiento, el 29 de setiembre de 1959, la entidad fue oficializada como Escuela Nacional de Comercio de Santo Tomé. En 1993, pasó a depender de la provincia como Escuela de Enseñanza Media N° 443 José Manuel de Estrada; actualmente capacita en la modalidad Teoría y Gestión de las Organizaciones.