EFE
Los nuevos planteamientos estéticos de los jóvenes escritores peruanos han centrado el I Congreso Internacional de Narrativa Peruana, que el viernes se clausuró en Madrid, con un balance positivo, según sus organizadores.
El foro, inaugurado el martes por el escritor Mario Vargas Llosa, ha dado a conocer las nuevas propuestas estéticas y éticas de los creadores noveles.
En la mesa redonda de clausura, moderada por Jorge Eduardo Benavides, participaron Santiago Roncagliolo, Gustavo Rodríguez, Carlos García, Daniel Alarcón e Iván Thays.
Roncagliolo, afincado desde hace cuatro años en España donde ha obtenido un notable éxito con su novela "Pudor", destacó que tanto sus colegas como él están llevando a cabo una revisión que les diferencia de aquellos que se dedicaron al oficio de escribir hasta los años 80.
Recordó el discurso inaugural de Vargas Llosa, en el que el autor de "Conversación en la catedral" dividía a los escritores peruanos de los años 50 en los "evadidos" y los "telúricos".
Los telúricos eran "los arraigados", que mostraban la realidad del país, dijo Vargas Llosa, mientras que ser "evadido" era casi como una ofensa que descalificaba moralmente a los escritores, y estos en vez de enfrentarse a la realidad "escapaban de su tiempo", y hacían una literatura sin repercusión en el presente.
Roncagliolo se incluyó en el grupo de "los evadidos", porque, explicó, cuando empezó a escribir "la literatura de izquierdas acababa de caer y hubo un acercamiento a las historias próximas y cotidianas".
"Hasta los años noventa crecimos sin poder salir a la calle, pero a partir de entonces hubo una gran libertad que provocó un vuelco hacia la fiesta y todos nos volvimos `drogadictos", indicó.
El joven autor recordó que el cocainómano de clase de media se convirtió en protagonista de una gran parte de historias narrativas, que dejaban al margen los asuntos políticos.
Por su parte, Carlos García Miranda, profesor y crítico literario, se refirió a cómo los investigadores utilizan la literatura para explicar fenómenos sociales debido a la sensibilidad de los autores para captar algo que está ocurriendo y que marcará una época.
Y dentro de esta tesis dijo que en Perú se está "asistiendo a un cambio de sensibilidad caracterizada por la atención a la vida cotidiana".
"Nuestro trabajo -precisó- en lugar de tener una orientación política tiene como objetivo la difusión con éxito de las obras que abarcan variedad de temas".
Mientras, Gustavo Rodríguez se refirió a los tres mundos de los que se alimentan los escritores peruanos: la gran cultura, la marginalidad y los referentes mediáticos.
Asimismo, llamó la atención sobre la gran cantidad de curiosos personajes que han surgido en las calles de Lima, como los "dateros" o quienes prestan los celulares en Lima para realizar llamadas, y sobre los que la literatura todavía ha fijado su atención.
Daniel Alarcón, un joven que abandonó Perú a los 3 años para instalarse en Estados Unidos, destacó como los suburbios de Lima han adaptado la globalización a su realidad, un asunto que protagoniza varios de sus trabajos, publicados principalmente en inglés.
Por último, Iván Thays se refirió tanto a las oportunidades que hay que brindar a los escritores regionales andinos como a la discusión aún vigente sobre el realismo de la literatura peruana que, según su opinión, ha dejado paso a otras tendencias.