Télam
El sudafricano J.M. Coetzee, Premio Nobel de Literatura 2003, ofrece en la selección de ensayos que integran "Costas extrañas" sus pensamientos íntimos sobre la literatura, al tiempo que repasa de forma aguda y estética a los autores que más lo han influido.
El libro, recién editado por Debate, recoge diferentes artículos de Coetzee escritos entre 1986 y 1999, en los que el autor estudia desde qué es un clásico, hasta la necesidad y el arte de leer, pasando por agudos comentarios sobre la personalidad de Robinson Crusoe, o las obras de Franz Kafka, Robert Musil, Doris Lessing, Turgeniev o el mismo Jorge Luis Borges.
A partir de esta selección de autores, a los que el escritor presta especial interés, es posible rastrear la trayectoria literaria del reciente Premio Nobel, conocer sus inquietudes y asombrarse con su claridad para analizar y explicar los recodos de las grandes plumas.
Nacido en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, en 1940, John Michael Coetzee ganó dos veces el Booker Prize (principal premio de las letras en Gran Bretaña), el Fémina de Francia al mejor libro extranjero y el International Fiction Prize.
Graduado inicialmente en Inglés y Matemáticas, la primera tesis del autor versó sobre la obra de Ford Madox Fox. Sus estudios continuaron, ya en los Estados Unidos, por la senda de la Lingüística y la Germanística, hasta un segundo doctorado, esta vez sobre Samuel Beckett.
Lo que constituye en buena ley el gran acierto de su nuevo libro, pese a su carácter recopilatorio, es la elección de los escritores estudiados: la gran mayoría tienen en común su condición fronteriza, lo que en su conjunto ofrece un mosaico muy representativo del multiculturalismo poscolonial.
Esto se da tanto en autores como Rilke -que se quería apátrida-, en Musil -que ironizaba acerca de una inexistente cultura austríaca-, como en Kafka -judío checo que escribe en alemán-, en su discípulo Aarón Appelfeld -escritor en hebreo- o el propio Amos Oz.
Así, de Rushdie le interesa su capacidad de utilizar "una tradición literaria para renovar otra"; de Joseph Brodsky, su encabalgamiento de la poesía rusa en la inglesa, y viceversa; de Naguiz Mahfuz, sus esfuerzos por incorporar a la literatura árabe la modernidad de la novela realista; o de Joseph Skvorecky, el rescate de la tradición checo-americana de las colonias pioneras del siglo XIX, narrada a la luz de modelos como William Faulkner.
Sobre Borges, por ejemplo, Coetzee destaca las innovaciones técnicas, al utilizar la anatomía del ensayo como si fuera un relato, y define su gran talla de escritor basada en la sencillez expositiva, el control, la precisión y la economía de su lenguaje.
Entre los cuentos del autor de "Ficciones", el Premio Nobel subraya de manera especial "Funes, el memorioso", por el dejo de piedad hacia el personaje.