La campaña electoral
Natale observa cambios en el esquema PJ-UCR
Los nuevos partidos no son procesos que se inicien de la noche a la mañana, indica Alberto Natale. Foto: Archivo El Litoral . 

Celebra el acercamiento de Macri y López Murphy como una alianza de "centro". Y sugiere que la crisis radical y la pelea del PJ bonaerense marcan un camino hacia partidos políticos más modernos.

De la redacción de El Litoral.

Buenos Aires (C).- El diputado nacional Alberto Natale saludó con optimismo la alianza López Murphy-Macri, y admitió que el debilitamiento de la UCR y el fuerte enfrentamiento del PJ bonaerense plantean la posibilidad de "un sistema de partidos que se aproxime a la racionalidad moderna", lejos de la dialéctica movimientista de peronistas y radicales.

"Siempre sostuve que es necesario que se unan los que tienen un pensamiento parecido", dijo Natale consultado por El Litoral en referencia al acercamiento de Recrear y Compromiso para el Cambio, con quien el PDP está en conversaciones en Buenos Aires y Capital, aún cuando ya tiene decidido concurrir con listas propias en Santa Fe.

Consultado si el acercamiento de Macri y López Murphy aporta a un escenario en el que se diluyen los partidos tradicionales, Natale dijo que "después de la profunda crisis, la UCR ha dejado de aparecer como alternativa verdaderamente opositora, y al mismo tiempo en el PJ -en especial el de Buenos Aires- se advierten enfrentamientos tan fuertes. Uno tiene la posibilidad de pensar que se está produciendo una recomposición en el sistema de partidos que se aproximen más a una racionalidad moderna".

"Siempre he dicho -añadió- que estas cosas no se dan de la noche a la mañana. Están en el seno de la sociedad y un día aparecen, no necesariamente para instalarse definitivamente sino que pueden durar años. En México -ejemplificó- el actual partido de gobierno tardó 40 años en desplazar al PRI, y en Uruguay el flamante frente ganador se vino consolidando luego de varias décadas. También en Chile, después de la dictadura de Pinochet, surgieron nuevas corrientes como las que hoy se disputan el poder".

Nada es para siempre

"No son procesos que afloren de la noche a la mañana. Pero la transición de los movimientos de la Argentina del siglo XX, impulsados por el yrigoyenismo y el peronismo, es posible que esté transitando hacia formas más racionales de partidos", insistió el diputado demoprogresista.

Preguntado si creía capaz al presidente de Kirchner de diluir al peronismo para consolidar una expresión partidaria de centroizquierda, Natale dijo que "me llama la atención lo que pasa en la provincia de Buenos Aires, con el reflejo de lo que eso significa para el país. Evidentemente el desacople no es circunstancial o personal, sino que supone otras causas. Qué va a ocurrir es difícil anticiparlo".

En cuanto a la posibilidad de que la alianza de Macri y López Murphy sea el origen de una fuerza de centro-derecha en un nuevo escenario político, Natale aclaró que "no hablo jamás de centroderecha sino de centro. Lo de centroderecha es una simplificación alejada de la realidad; está más en el vocabulario periodístico que en el de la literatura política.

"El centro -definió ante una nueva pregunta- es un pensamiento moderno, ajustado a los tiempos que corren, de tipo progresista, donde se discutan ideas y no posturas irracionales".

Pero Natale se preguntó además "¿por dónde pasan la izquierda y la derecha en el referéndum francés de ayer?" Mencionó que en el socialismo hubo posturas divergentes y aseguró que "un debate no pasa por simplificación de rótulos,

más en un mundo donde los conflictos ideológicos se aplanan. No quiere decir que desaparezcan, o estamos en el fin de la historia. El debate contemporáneo pasa por cuestiones diferentes a las del siglo XX, especialmente en países políticamente desactualizados como la Argentina", concluyó.

Kirchner ante la amenaza opositora

El Litoral/DyN/CMI

En el contexto de un planteo plebiscitario, donde se supedita el desenvolvimiento normal de una gestión de gobierno al encolumnamiento masivo de la población detrás de la figura convocante, que la oposición plantee alternativas o matice ideológicamente ese panorama, es un problema.

Por eso, más que saludar el fortalecimiento democrático del país después de la severa crisis institucional y política que padeció, el gobierno reacciona de manera destemplada ante cualquier amenaza que se presente a sus objetivos hegemónicos.

Visto desde ese punto, el lanzamiento del acuerdo Macri/Murphy, al que seguramente se sumará el gobernador de Neuquén, Sobisch, complica y mucho el panorama electoral del gobierno en Capital Federal, en donde puede hoy esperar una cómoda derrota. Y también en la provincia de Buenos Aires, donde toda la estrategia de confrontación con el duhaldismo, vía una amenaza de participación electoral por cuerda separada del partido justicialista se desinfla, en la medida en que los riesgos de partir el voto peronista y kirchnerista son proporcionales al potencial que genera la unificación del voto de centroderecha que genera la alianza Macri/Murphy.

A esto debe sumarse la complicada situación en Santa Fe, donde el socialismo, espera dar el batacazo con la candidatura de Hermes Binner, que ya no ficha en las vapuleadas filas transversales y convino con el radicalismo en constituir un frente con un definido cuño opositor. En un marco de fuerte agresividad, la campaña se anticipa tan reñida como amenazadora para las expectativas plebiscitarias del presidente.

Pero la oposición no sólo se comenzó a perfilar con la creación de la alianza López Murphy-Macri y con la confluencia de centro-izquierda fogoneada a través del llamado Grupo Rosario, sino también en el seno del único partido sobreviviente a la crisis: el justicialismo.

El congreso del peronismo bonaerense le mostró los dientes, indirectamente, a Kirchner, con ese lenguaje elíptico que suelen utilizar los veteranos de la política y del poder. Nadie lo criticó directamente, pero se resolvió expulsar a los miembros del partido que decidan presentarse en los comicios bajo una sigla diferente al PJ. El mensaje fue directo a Felipe Solá, quien varias veces advirtió su disposición a presentar a los suyos por fuera del peronismo, si es que el duhaldismo sigue librando contra él una batalla sin cuartel. Y Kirchner respalda al felipismo. Allí entonces llega la conclusión del método transitivo utilizado: si se sanciona a los que van por fuera, y los que van por fuera son aliados del kirchnerismo, entonces el castigo apuntaría también a los hombres que se colocaron bajo el ala del presidente de la Nación.

La cuestión es que hoy todo sigue girando en torno de las ambiciones electoralistas. Kirchner pide que se lo premie con el voto para poder "seguir adelante con nuestro proyecto", pero nunca deja bien en claro de qué proyecto se trata. Lo que sí es explícito es que su proyecto es continuar en el poder con la misma comodidad que goza actualmente.