¿Cómo manejamos los santafesinos?
A contramano por la ciudad

Un riesgo cotidiano lo constituye el simple hecho de desplazarse por la ciudad. Manejamos mal. Foto: archivo el litoral. 

En Santa Fe son muy altos los índices de accidentes de tránsito. Los peatones se quejan y los conductores reconocen que manejar en la ciudad en que nadie cumple las normas, es desgastante. Quienes tienen como profesión enseñar a conducir analizan la problemática junto a Ramis y Daray.

La vida no vale nada. El contacto con los autos en la ciudad, sea como conductor o peatón, transforma en vivencia cotidiana la letra de Milanés.

Es que los santafesinos, según el inmediato diagnóstico de personas que tienen estrecha relación con los fierros, manejan mal. Stress, indiferencia, apuro, irresponsabilidad o inconciencia, son las justificaciones (injustificadas) de que la experiencia del tránsito en las calles sea nefasta.

Que no parezca exagerado el adjetivo, en Santa Fe se produjeron 24.344 accidentes desde enero de 2002 hasta agosto del año pasado donde murieron 145 personas y hubo 6.116 lesionados. Además, sólo en lo que va del 2005, se labraron 23.787 actas únicamente en las faltas más graves, o sea: que ponen en riesgo la propia vida o la de los demás.

Mucho se opina, se arriesga y se analiza sobre esta problemática, pero ¿por qué Santa Fe es una de las ciudades con más muertes causadas por accidentes de tránsito en la República Argentina?

Sergio Vottero y Luis Oromé, que son los encargados de enseñarles a muchos santafesinos a conducir desde sus academias, dejan entrever que tiene que ver con un problema cultural. Es que, según Luis, "la gente tiene que tomar conciencia de lo que implica manejar" y "tienen que entender que la licencia de conducir no los habilita para hacer cualquier cosa, es sólo un permiso para que esa persona maneje un auto en la calle".

Luis, que colabora desde la academia Mónica, realiza una lógica conexión: "la irresponsabilidad lleva a la ilegalidad y, ahí, empezamos a violar las leyes".

La experiencia en fierros y carreras de Raúl Ramis es casi insuperable en Santa Fe. Con una postura similar, el periodista deportivo especializado en automovilismo reconoció que la experiencia de un día de manejo lo deja "extenuado".

Y como suma indiscutible para que la moción sea definitivamente válida, Rubén Daray aseguró que el tema del tránsito "no es un problema solamente de los santafesinos", si no que se extiende a todo el territorio nacional como "un problema serio de conducta, de orden, de organización y de falta de ejemplos" (ver aparte).

Pecados capitales

A diario, cualquier ciudadano puede presenciar un amplio abanico de infracciones. Desde el simple hecho de toparse con autos que se asientan cómodamente en la senda peatonal, lo que hace más difícil cruzar la calle, hasta vehículos que cruzan en rojo.

Sin embargo, los "pecados" sobre los que hacen hincapié los consultados son: no usar cinturón de seguridad ni casco, en el caso de los motociclistas; no respetar la derecha ni las señales, como los semáforos; la obstrucción del tránsito y, la más extendida y comunitariamente aceptada, manejar sin prestar atención a la acción misma sino a la persona que está al lado o sentada atrás, al celular o cualquier otra cosa que no sea la calle.

Tanto Sergio como Luis remarcaron el exceso de velocidad. Sin embargo, Ramis aseguró que ése no es el problema, porque "el accidente se produce por un error humano, no por ir más rápido. La velocidad cambia la magnitud del accidente, pero el accidente se produce siempre por un error humano".

Daray apoya y amplía el concepto: "si tenés un choque a 38 km y no tenés puesto el cinturón las posibilidades de sobrevida son casi ninguna. La gente no usa el cinturón porque va despacio".

Del dicho al hecho...

Todos los que alguna vez pasaron por el circuito del Parque Garay y salieron con la licencia de conducir, saben perfectamente bien cuáles son las reglas.

Ahora, ¿después se olvidan? o, ¿será que el examen no es exigente? "La gente que va a rendir conoce todas las normas" según Sergio. ¿Qué pasa después? "Cuando vos recién empezás respetás todo. A medida que va pasando el tiempo, te sentís más seguro y te vas contagiando del ritmo de la ciudad y empezás a tener todos los vicios".

Luis Oromé piensa que el examen es lo suficientemente exigente como para que la gente maneje bien. Por el contrario, Sergio cree que "es fácil porque te lo toman en un lugar donde no hay otros autos, no es lo mismo que andar por la ciudad". Es más, "en todos los lugares del mundo se hacen en la calle y acá no nos dejan que enseñemos a manejar en la calle".

Ramis también tiene una posición crítica y propone que sean "más severos" y "que tengan más visos de realidad".

Consejos

Muchas cuestiones del vehículo pasan desapercibidas ante los ojos de los conductores. Acá van las acotaciones de Raúl Ramis para refrescar la memoria:

- Fijarse que el auto esté en condiciones: los vidrios despejados, librados de contac; la limpieza interior es fundamental, porque una alfombra con tierra te puede demorar una maniobra; chequear siempre la presión de los neumáticos.

- Sentirse cómodo: a la hora de subir es necesario estar a gusto, llevar un calzado adecuado, sentarse y vestirse correctamente. "La gente va demasiado abrigada -dice Ramis-, de sobretodo, de sombrero, de gorra, con bufanda... Esto trae trastornos circulatorios y no te podés mover. Hay que manejar relajado y distendido".

- Leer el manual: "cuando comprás un auto tenés que leer el manual para conocer el uso y su funcionamiento".

- Las funciones: "el aire de la calefacción tiene que salir siempre para abajo porque el aire caliente sube y la refrigeración tiene que salir siempre para arriba porque el aire frío se cae". Raúl agrega que hay que "regular las tuberías, que estén limpias". Tener cuidado también con el desempañador y "no hay que bajar los vidrios porque aumenta el consumo de combustibles".

La claridad de Daray

Rubén Daray no sólo es un reconocido ex automovilista, además da charlas para que aprendamos a conducir mejor y tomemos conciencia de la importancia de la responsabilidad al volante.

El viernes estuvo en Santa Fe y, antes de la exposición que lo tuvo como protagonista en la Universidad Tecnológica, atribuyó la indiferencia de los conductores argentinos a "la falta de ejemplos".

Por experiencia y sapiencia, es palabra autorizada a la hora de concientizar: "Cuando vos vas en un automóvil a 80 km por hora estás recorriendo unos 22 metros por segundo. Cuando venís a 80 y chocás, el auto se para pero la gente sigue viajando por adentro del auto, o sea, en cada segundo hacen 22 metros" y, claro, "adentro del auto vos no tenés 22 metros, tenés 2 metros y medio".

O sea: "En décimas de segundo, lo que estaba atrás -tu hijo, un perro, un portafolio-, en décimas de segundo llegó hasta el parabrisas".

Como recomendación fundamental pidió que se anuncien los movimientos y que se maneje preventivamente. "Tratá de imaginar que el que está adelante es capaz de cualquier cosa. Si vos manejás con esa premisa, vas a lograr manejar como si vos fueras una isla donde tenés agua alrededor".

Además, "el perro en el auto de ninguna manera puede viajar" y los chicos, siempre, "atrás con el cinturón de seguridad. Dependiendo de la edad, en sillas de seguridad, tienen que ir sentados lo más parecido a la vertical, casi a 90°".

Sol Lauría