Rafaela (Enviado Especial).- La inspiración suele ser la mayor llave para abrir un partido cerrado. Siempre. O casi siempre. Y cuando la inspiración visita a un futbolista, imprevistamente, se rompe el molde, además. El reconocido oficio de este Atlético de Rafaela de Ginarte y la tenacidad de San Martín entregaban un partido apenas discreto. Pero se inspiró Mendoza (estaba sostenido por un buen nivel de marca), encaró de atrás después de un centro que llegó desde la esquina y despachó un cabezazo espectacular, demoledor. Y marcó un golazo, esterilizando el vuelo de Manchado. Ahí se cerró el primer tiempo y después se abrió otro juego. Luminoso para Rafaela, oscuro para San Martín. Ocurre esto en el fútbol. Y por esas ocurrencias de la inspiración, el espectáculo se mantiene vivo. Muy vivo. Todo lo demás ingresa en el inventario de las virtudes y los defectos individuales y colectivos de cada protagonista. Atlético de Rafaela y San Martín profesan más o menos una religión táctica parecida. Apuestan a la fortaleza defensiva, a la consistencia en los movimientos de la mitad de la cancha y descansan en los aportes de sus puntas. El resto colabora en ofensiva, claro. Eso es lo que figura en los libretos, como meter presión con gran despliegue físico, y ser solidarios. San Martín, sin generar maniobras elaboradas francas, dispuso de dos situaciones muy favorables: en una se durmieron los defensores (tras un tiro libre) y Damonte la metió después de un rebote de Barovero, y después Barovero le sacó una pelota de gol a Abálsamo. Sólo fueron situaciones aislados.
Atlético de Rafaela reaccionó enseguida y Del Bono hizo una buena jugada que finalizó con el tanto de Marclay. La maniobra merece ser resaltada tanto como el gol, porque la precisión y la movilidad sirven para romper fortalezas defensivas, y ahí Rafaela sacó ventaja. Esa diferencia empujó a San Martín a asumir más riesgos, a colocar mayor cantidad de jugadores en el campo local. Así apretó San Martín, y Atlético respondió bien. En el sector central, Zanabria y Pietravallo nunca le dieron un centímetro a los volantes que transitaban ese sector.
Si bien, de esta manera, Atlético y San Martín no aquietaron sus ambiciones, el único que tuvo recursos desequilibrantes fue Atlético que marcó dos goles más: Del Bono y Pietravallo sellaron una goleada tan importante como válida.
Parejo y común fue el juego. Hubo fuego en la tribunas y ganas en el campo. Y así salió la fiesta en la siesta de Rafaela.
Atlético de Rafaela dio mucho y sigue dando la sensación de que puede dar un poquito más. Y que quiere más...
BAROVERO (8): será sin dudas una tarde inolvidable para la joven promesa de este Atlético de Rafaela. Tuvo poco trabajo, pero cuando le tocó respondió muy bien dejando una imagen de gran seguridad. En el peor momento del equipo, apareció en toda su dimensión. Fue muy aplaudido.
Juan Carlos Haberkon