Anotaciones al margen
Diálogo sobre la espera
Por Estanislao Giménez Corte

Se encuentran, después de tanto. Hablan:

-La última vez fue en el desierto.

-Han pasado, para ellos, dos mil años ¿no es suficiente?

-Sí, estaba escrito.

-Pensé que vos escribías lo que estaba escrito. ¿Huir estaba escrito?

-No huí. Estoy, siempre. Pero debo responder al mandato.

-No. Vos sos o deberías ser el que dicta el mandato...

-No. Yo establecí que mi creación tenga libertad, por eso existís vos: doy las herramientas y dejo hacer. Ése es el único mandato...

-Yo existo porque tu creación es imperfecta.

-Mi criatura es imperfecta porque no podía ser perfecta. Si así fuese sería un Dios.

-Yo existo porque el hombre está solo y desesperado, y es débil.

-Vos existís porque todo tiene su reverso: el mal es el del bien; la oscuridad, de la luz.

-Ése es un concepto dualista o binario basado en un sistema de oposiciones propio de occidente. Todo se reduce a los matices. Nada es, en el mundo, ni bueno ni malo asépticamente y vos lo sabés. Eso es lo que tu gente no entiende; la imperfección de tu criatura asume la corrupción... eso es lo que tu sistema no contempla: se trata de una estructura rígida que supuestamente debe juzgar los miles de millones de actos humanos y sus circunstancias...

-¿Quién se supone que es mi gente?

-... tus representantes en la tierra.

-Bah, han interpretado todo según una libertad rayana en la herejía, han hecho lo que quisieron con la palabra; apenas me reconozco en esa doctrina o en ese culto.

-.... ellos dicen que te esperan.

-La espera es una virtud.

-Tenés que ser responsable por lo que has hecho.

-Si en la voluntad del hombre está encontrarme, me encontrará.

-El hombre necesita tu presencia, ¿no te das cuenta de que por algo tu edén ha devenido en un caos?

-El edén está o no está dentro de cada uno; dispuse que la criatura querría ser libre y lo es. Lamentablemente, esa libertad puede ser su condena.

-Cientos de miles viven traumatizados por la culpa; viven aterrados y la solución a ese temor, muchas veces es peor.

-Me consterna tu preocupación por el hombre, diríase que no es lógica, al menos que...

-Por algo eres lo que eres. No puedo existir sin vos, y estás ausente.

-No estoy ausente, quiero que el hombre arrastre la piedra por sus pecados, y sepa que al arribo del cielo sólo se llega con sacrificio y dolor.

-Muchos sólo conocen eso.

-Muchos no han hecho méritos más que para conocer eso.

-Muchos canalizan erróneamente sus energías porque no te hallan y están solos.

-Muchos reniegan del sacrificio y se abandonan a las comodidades de la existencia.

-Muchos no consideran la vida eterna; muchos creen que no existís...

-Muchos creen que vos no existís, o ninguno de los dos, pero la fe y la razón no van de la mano.

-¿Qué vas a hacer?

-Todo está escrito. Incluso que el hombre me iba a traicionar y sacrificar.

-Generaciones enteras aún se lamentan por ello.

-Si vuelvo, mi misión será hacerte desaparecer.

-La mía también.

-El alma humana es compleja.

-Los actos humanos son complejos.

-Que ellos decidan.

-Es la última chance.

-Nada es infinito, y menos lo humano.

-Que así sea.

-Corresponde que yo diga eso.

Han hablado, Dios y el Diablo. Se apartan. Uno busca la redención del género, y espera. El otro explota la debilidad del género, y espera. El hombre, debatiéndose entre la vergüenza que puede ser y la borrosa analogía del Cristo que puede ser, espera.

egimenez@ellitoral.com