Hilda Habichayn, una pionera en la problemática de género
Hace más de una década, cuando la profesora Hilda Habichayn, creó en Rosario la maestría "Poder y Sociedad de la Problemática de Género", primera de este tipo en América latina, confiesa que en el ambiente universitario a las docentes las llamaban "las mujeres de la tela".
Por eso, el jueves último, cuando el Concejo Deliberante de Rosario la distinguió con un diploma de honor en conmemoración por el Día Internacional de la Mujer -iniciativa del edil Miguel Zamarini-, la profesora nacida en Marcelino Escalada, departamento San Justo, no podía ocultar su emoción.
"Esta distinción es muy importante para mí porque demuestra que la problemática de género ha cobrado una fuerza tal que un organismo como el Concejo Deliberante le otorga un espacio de reflexión. Si las agendas de gobierno incluyen esta problemática, es muy importante", señaló Habichayn, en diálogo con El Litoral.
Habichayn estudio Filosofía y Letras en Santa Fe y Rosario en los años '60 y se graduó a mediados de los '70 con un master en Ciencias Sociales en La Haya, Holanda. A su regreso a la Argentina, comenzó a dar clases de Sociología en la Facultad de Psicología de Rosario, pero unos pocos meses después de comenzar con esa cátedra fue cesanteada por razones políticas durante el gobierno de Isabel Perón.
El retorno de la democracia la incentivó a retornar a la universidad, donde participó en 1989 de la formación del Centro de Estudios Interdisciplinarios sobre las Mujeres (Ceim). Esta institución que se dedicó desde el inicio a la investigación de la condición social de las mujeres, fue el embrión de lo que se gestó -también en el ámbito de la facultad de Humanidades y Artes- tres años más tarde: la maestría sobre la problemática de género, que fue la primera que se desarrolló sobre esta cuestión no sólo en el país, sino también en América latina.
Habichayn cree que se han producido avances importantes en cuestiones relacionadas con los problemas de género, aunque admite que el trabajo debe ser permanente, porque persisten innumerables condiciones de desigualdad y de injusticia que enfrenta la mujer en estos tiempos. La profesora recuerda que, a fines de los '80, cuando se creó el Ceim, y luego el posgrado, el tema de género estaba "muy mal visto y se le restaba importancia en el ambiente académico.
"Nadie quería hablar de estos temas y nos miraban muy mal. Decían que parecíamos un grupo de histéricas insatisfechas. Pero, por suerte, las cosas comienzan a cambiar después de tanto esfuerzo y eso reconforta, como la distinción que recibimos en el Concejo", reconoció.
Agencia Rosario