Alcanzó el objetivo tan deseado
Santa Fe, en el estamento que corresponde
Venció a Mar del Plata y se aseguró la permanencia en la élite del rugby nacional en 2007. El rendimiento colectivo e individual, fue altamente satisfactorio.

Por César Miño

Merced a la victoria conseguida ante su par de la Unión Marplatense por 33 a 17, en el partido definitorio del Repechaje de la zona Campeonato del Argentino de Rugby 2006, el Seleccionado Superior de la Unión Santafesina logró en la víspera el derecho a mantenerse en la élite nacional durante la temporada venidera.

Ante todo, debe afirmarse una vez más que amén de la inobjetabilidad del triunfo logrado ayer en el barrio Las Delicias, el preciado objetivo alcanzado no hace más que refrendar un cúmulo de merecimientos cosechados durante un proceso que lleva varios años.

Teniendo como emblema a un nutrido plantel de jugadores, que jamás dudó en entregar lo mejor de sí. No solo en cada encuentro oficial o preparatorio; sino también en cada entrenamiento, ya sea se trate de uno de campo o de una sesión de gimnasio.

Para hacerlo, marginaron obligaciones personales o profesionales; relegaron vacaciones o bien hicieron caso omiso -por ejemplo- a las caniculares tardes/noches del verano santafesino, en las que la exigencia física cobró vital importancia.

Ellos, junto a los entrenadores actuales (Raúl De Biaggio, Rolando Martin, Héctor Salva y Roberto Raffa); y a quienes por el momento dejaron de serlo (como Federico Caputto o Juan Pablo Poletti), merecían esta retribución.

Sobró convicción

La lectura inequívoca que fue dable efectuar tras el desarrollo de los minutos iniciales del juego de ayer, fue que al representativo santafesino le sobró convicción. Virtud que obviamente se cotiza muy alto en este tipo de circunstancias.

De ese modo, y pese a que los marplatenses insinuaron un leve predominio territorial -sobre el que mucho tuvo que ver una vez más el apertura Joaquín González Sueyro- los anfitriones enarbolaron como elemento primario, su impecable organización defensiva.

Con el correr de los minutos, el desarrollo no solo se equilibró, sino que en forma irremediable se direccionó hacia el campo visitante. A partir de allí, irrumpió otro mérito de capital importancia del local: la paciencia con la cual transitó cada una de las instancias del juego, lo que resultó fundamental para comenzar a establecer diferencias.

Como el 12 a 3 del parcial a su favor, que quizás demostró algo menos de la sensación de seguridad que denotó el accionar del vencedor.

El complemento

En el entretiempo pudo observarse la serenidad en la que se desarrolló la habitual charla con el staff de entrenadores. Inmediatamente después, el grupo se aunó con una especie de "abrazo colectivo", en el que imaginamos se pronunció el "mensaje final" hacia la conquista del objetivo tan deseado.

Con esa imagen de férrea unidad salió Santa Fe a disputar la etapa final, en la que terminó de consumar una obra que había comenzado a pergeñarse mucho tiempo atrás, y a la que solamente debía darse el retoque definitivo.

En este contexto, vale detenerse en señalar la dignidad y entereza del representativo marplatense, que por espacio de algunos minutos, permitió imaginar un eventual equilibrio en el desarrollo.

Sin embargo, todo quedó en meras insinuaciones, ya que su par santafesino reaccionó en tiempo y forma; adueñándose del contenido del tramo final del intenso y entretenido encuentro, en un marco de tranquilidad, orden y, como siempre, fiereza defensiva.

Virtudes que fueron reiteradamente reconocidas por los sostenidos aplausos de quienes estaban en derredor del prolijo campo de juego. Por eso no extrañó que cuando el cordobés Daniel Jabase -de impecable referato- marcó el final, la alegría se adueñó de una escena sinceramente gratificante.

De cara al futuro

El rugby santafesino acaba de dar el paso más trascendente de su historia. En primer término, porque logró mantenerse entre los ocho grandes del país, en medio de un sistema que básicamente resulta impiadoso.

Pero fundamentalmente, porque alcanzó semejante objetivo evidenciando un inobjetable crecimiento, que le permitió alcanzar un marcado protagonismo ante los mejores del país.

Este debería ser el punto de partida para pensar en un futuro aún más promisorio: aferrarse a lo expuesto en un estamento superior. Sin embargo, resulta imprescindible señalar que los protagonistas fundamentales (rugbiers y coaches), deberían contar con un soporte más acorde a las circunstancias. De esa forma, resultaría más sencillo allanar las dificultades o exigencias que inexorablemente surgen en una senda tan difícil de transitar.

Está claro que resulta improbable pensar que se puedan subsanar con "soluciones de acceso fácil y destino incierto". Todo lo contrario: la apoyatura debe cimentarse en un accionar que denote el espíritu de sacrificio que distingue desde siempre a nuestro querido deporte.

El que estuvo a "flor de piel" en cada uno de los actos protagonizados por los integrantes del honorable plantel santafesino, factótum de una gesta inolvidable.

Síntesis

Unión Santafesina de Rugby 33

Unión Marplatense de Rugby 17

El match se disputó en la cancha principal del Club Universitario de Santa Fe, ante un buen marco de público, con el referato del cordobés Daniel Jabase, secundado por los tucumanos Claudio Antonio y Fernando Martorell como jueces de touch.

Unión Santafesina: Federico Merlo, Gustavo Stieffel y Germán Córdoba; Federico Schmidt y Pablo Mollerach (José Echagüe); Guillermo Aguilera, Exequiel Milessi (Silvio Vicens) y Gastón Borlle; Hernán Quirelli (Nicolás De Biaggio) e Ignacio Caspani; Ignacio Carballo, Fernando Adelia, Federico Fernández (Mariano Niel), Francisco Escobar Cello (Leandro Moleón) y Gonzalo Moleón (capitán). Coaches: Raúl De Biaggio, Rolando Martin, Héctor Salva y Roberto Raffa.

Unión Marplatense: Federico Vigliero (Antonio Discala), Víctor Acevedo y Diego Villar (Lucas Feldman); José Delisazo e Ignacio Mercado; Guillermo Guadagna, Juan Martinelli (Cristian Lapietra) y Rafael Urrutia; Eduardo Zapiola (capitán) y Joaquín González Sueyro; José Díaz, Marcos Guazzelli, Rafael Riego, Gustavo Witte (Guillermo Perazzone) y Eduardo Christensen. Coach: Sergio Bratelli.

Primer tiempo: 4, penal de Gonzalez Sueyro; 12, try y goal de G. Moleón; 22, try de Escobar Cello.

Segundo tiempo: 2, try de Milesi y goal de G. Moleón; 10, try de Christensen y goal de González Sueyro; 12, try de Adelia y goal de G. Moleón; 26, try de Guazzelli y goal de González Sueyro; 30, try-penal y goal de G. Moleón.

"Gracias por todo, Rolando"

Fue la parte medular del mensaje escrito por los integrantes del plantel santafesino, en una especie de bandera con la que ingresaron al campo de juego y posaron para los reporteros gráficos.

Este sencillo pero sentido reconocimiento, no hizo más que expresar el unánime agradecimiento hacia Rolando Martin, nombre propio del rugby argentino contemporáneo, quien se desempeñó como coach del seleccionado local.

Es que sin dudas, el emblemático ex integrante de Los Pumas (desde hace un tiempo retirado de los campos de juego), al afrontar esa función, concretó un aporte clave, que sin dudas resulta muy difícil mensurar con la precisión debida.

Su loable accionar aportó conocimientos valiosísimos, propios de aquellas personas que poseen trayectorias virtualmente imposibles de emular en un ámbito como al que estamos acostumbrados en nuestra capital y zona.

Su relación con los jugadores y sus pares fue excelente desde el mismísimo inicio. Con la misma pasión que lo distinguió en sus épocas de rugbier del San Isidro Club, Buenos Aires o el Seleccionado Argentino, "Yankee" manejó sapientemente diversas situaciones.

Desde tantísimas sesiones de training; pasando por charlas inmersas en una profundidad que sólo sus protagonistas pueden señalar; o las típicas "arengas" previas a un partido, en el entretiempo o cuando se avecinaba un cambio en el equipo.

Pero fundamentalmente, más allá de sus reconocidos conocimientos, dejó una huella indeleble desde todos y cada uno de los aspectos que conforman la esencia de este deporte. Fiel a su don de gentes...