El fútbol concentra la atención mundial
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Edson Arantes Do Nascimiento "Pelé", triple campeón mundial con Brasil (1958, 62 y 70), y la modelo alemana Claudia Schiffer, así como algunos de los campeones que asistieron a la ceremonia, brillaron en la inauguración del Mundial de Alemania, que mezcló tradición y modernidad en el nuevo estadio de Munich.
El futurista WM Arena, propiedad de los dos principales clubes de fútbol muniqueses, el 1860 y el Bayern, con capacidad para 66.000 espectadores e inaugurado a finales de mayo del año pasado, fue el escenario de la inauguración del Mundial de Alemania 2006, como aperitivo del primer partido, en el cual se enfrentarán la selección anfitriona con Costa Rica.
La Fifa decidió invitar a la misma a todos los campeones mundiales vivos, entre los que se destacó Pelé, al igual que el uruguayo Alcides Edgardo Ghiggia, protagonista en primera persona del "Maracanazo", la histórica final en la que Uruguay derrotó (2-1) a Brasil en el estadio Maracaná, así como una larga lista de casi una centena en la que sería injusto dejar de nombrar a alguien.
La ceremonia, dirigida por Christian Stueckl, se centró en la tradición y las costumbres bávaras, al principio, y acabó con un espectáculo más moderno, con la actuación del "viejo rockero" alemán Herbert Groenemeyer, que interpretó el himno del torneo y de la banda berlinesa de "hip-hop" Seeed.
El acto arrancó sobre las 16.30 -hora local- con las voces del Coro de los Toelz Boys, 42 niños vestidos con el traje de Alemania, y con la entrada en el terreno de juego de 182 tamborileros bávaros, ataviados con los tradicionales pantalones de cuero (Lederhosen) antes de que el conductor, Thomas Gottschalk, uno de los comunicadores más famosos de Alemania, comenzara la introducción.
Entre los tamborileros, se situaron catorce pastores, que portaban los látigos de cuero con los que otrora defendían sus rebaños del ataque de lobos y osos, que hicieron sonar antes del ingreso en el terreno de juego de un estrambótico coro que entonó la Novena Sinfonía de Beethoven, mientras un cartel gigante caía desde el techo dando la bienvenida a todos.
Uno de los puntos álgidos fue la salida de 150 "Schuhplatters", los bailarines tradicionales bávaros que palmean sus muslos, pantorrillas y las suelas de sus zapatos. Cientos de cencerros sonaron entre las varas de paja de las que salieron posteriormente bailarines de "hip-hop" que marcaron el punto de inflexión del acto en el aspecto cultural y artístico.
Seeed, Groenemeyer y el dúo africano "Amadou&Mariam" tomaron el primer plano musical a partir de esos momentos, en los que Pelé cobró doble protagonismo, al compartir junto a la más que bella modelo Claudia Schiffer el honor de subir al escenario la Copa del Mundo que alzará el ganador el próximo 9 de julio, en Berlín.
Pero el momento más emocionante fue, sin duda, el de la entrada de los campeones mundiales, que desfilaron por primera vez en una ceremonia de este tipo, invitados por la Fifa.
Al mismo tiempo que en las pantallas aparecían las imágenes de los torneos en los que se proclamaron campeones, hicieron su entrada los de Inglaterra (1966), Francia (1998), Uruguay (1930 y 1950) y Argentina (1978 y 1986), destacando la ausencia de Diego Armando Maradona, cuya asistencia había sido anunciada días atrás por la Fifa.
Entraron después los triples campeones, Italia (1934, 38 y 82) y Alemania (1954, 74 y 90), especialmente vitoreados, por motivos obvios; para cerrar este laureado desfile los de Brasil, única "pentacampeona": 1958, 1962, 1970, 1994 y 2002.
El presidente de la República Federal de Alemania, Horst Kšhler, flanqueado por el suizo Sepp Blatter, presidente de la Fifa, y por el alemán Franz Beckenbauer, presidente del Comité Organizador, declaró inaugurados los Mundiales.
"Saludo a los jugadores que han venido a visitarnos a Alemania. Bienvenidos a Alemania. Están entre amigos", dijo Kšhler, citando el lema del Mundial. "Agradezco a la Fifa por depositar su confianza en Alemania", añadió el jefe del Estado, que también quiso mostrar un especial agradecimiento a los voluntarios y al "Kaiser" Beckenbauer, muy aplaudido por el público. "Declaro inaugurado el mundial de fútbol de Alemania", concluyó Kšhler.
Finalmente, las banderas de los 32 países participantes entraron en el campo al son de la música en el momento en que el público era "regado" con papeles. Después de poco más de media hora concluyó una ceremonia inolvidable que encandiló a un público cuyo entusiasmo fue creciendo a medida que, por fin, se acercaba la hora del arranque del torneo más importante del mundo.
El sueño de Franz Beckenbauer se está haciendo realidad, después de seis años de desvelos y de viajes por todo el mundo para mostrar la bondad de su proyecto.
El "Káiser", como se le conoce en el universo del fútbol, es el presidente del Comité Organizador del Mundial de Alemania 2006, cuyo telón se levantó hoy con el partido de los anfitriones contra Costa Rica.
La XVIII Copa Mundial de la FIFA arranca en Munich después de 847 partidos eliminatorios y 2.464 goles que llevaron a Alemania a 32 selecciones, con 736 jugadores listos para exhibir en 12 estadios y en 64 partidos su clase futbolística durante un mes.
Si todo sale bien, el "Káiser" (emperador) podrá descansar el 9 de julio después de que el capitán de una de las 32 selecciones levante en el Estadio Olímpico de Berlín el trofeo de oro macizo de 18 quilates que simboliza el título mundial.
En ese momento, el extraordinario líbero alemán podrá decir que superó todas las metas que el fútbol puede ofrecer, en calidad de jugador, entrenador y presidente de una asociación.
Como jugador ganó cuatro Ligas, tres Copas de Europa, una Recopa y una Intercontinental con el Bayern de Munich, la Eurocopa de Naciones de 1972 y el Mundial de Alemania de 1974.
Dos veces Balón de Oro, su elegante dominio del juego y su extraordinario toque de balón le valieron el apodo de "Káiser". Su nombre quedó unido al grupo selecto de mejores futbolistas de la historia del siglo XX, al lado de Di Stéfano, Pelé, Maradona y Johan Cruyff.
Como seleccionador alemán ganó la Copa del Mundo de 1990 y como entrenador del Bayern de Munich una Liga, mientras que como presidente del club de sus amores sumó seis campeonatos, la Copa de la UEFA de 1996 y la Liga de Campeones 2000-01.
Si "su" Mundial se cierra con un éxito, Beckenbauer puede sentirse tentado a subir un peldaño más en su carrera de directivo: la presidencia de la FIFA. Sus relaciones con el actual presidente, Josep Blatter, no son cordiales. El dirigente suizo anunció ayer que se presentará a la reelección en los comicios del próximo año. Hace unos días, el "Káiser" insinuó la posibilidad de ser candidato al cargo en el futuro.
El argentino Diego Maradona, que debía ser una de las estrellas de la ceremonia inaugural del Mundial de Alemania, no apareció, pese a que la FIFA confiaba en contar con su concurso.
No se produjo el esperado "reencuentro" de Maradona en un acto de la FIFA, a quien se ha enfrentado habitualmente desde que fuese sancionado por dar positivo en el Mundial de Estados Unidos '94.
Diego había sido invitado a desfilar junto a los campeones mundiales de todos los tiempos y tenía que haber formado parte de la delegación argentina, con componentes de 1978 y 1986 que se presentó en el moderno estadio de la Copa del Mundo de Munich.
El presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, aseguró ayer que confiaba en la presencia de Diego Maradona, pero que no lo podía confirmar. "Se lo esperaba ya en el cierre del Congreso y espero que esté en la inauguración. Siempre lo invitamos a participar en nuestros congresos y a la gala de los mejores jugadores, pero la última vez que participó en la gala fue en 2002", dijo.
Por televisión
Casi 1.500 millones de telespectadores en todo el mundo vieron hoy el partido inaugural del mundial de fútbol de Alemania 2006 entre Alemania y Costa Rica. "Aficionados de 200 países podrán seguir en directo la transmisión desde Munich", aseguró el jefe de deportes de la cadena alemana ZDF, Dieter Gruschwitz. Hasta la final del mundial, el 9 de julio, el propietario de los derechos "Infront" espera una cifra total de 32.500 millones de telespectadores, que verán los 64 partidos.