La mayor parte de los restos humanos indígenas que se hallan en los museos del mundo fueron colectados en el siglo pasado, cuando aún esas poblaciones no eran consideradas en igualdad de condiciones con el resto de los ciudadanos.
El reconocimiento de los derechos de los pueblos nativos en el mundo es ahora una realidad reconocida como un derecho humano básico (Conferencia Mundial de Derechos Humanos, Viena, 1993) y, en la actualidad, algunos países como Australia, Canadá y Estados Unidos estimulan a los pueblos originarios a participar en la gestión y control del patrimonio de sus antepasados.>