Luis Rodrigo
Protagonistas de fábulas que halagan su esmero y trabajo, personajes simpáticos de los dibujos animados, siempre del lado bueno de las moralejas, las hormigas son, sin embargo, un dolor de cabeza mayúsculo para la actividad agrícola.
Tal es el problema que "o las hormigas nos llevan los campos, o terminamos con las hormigas", según la declaración de guerra del reelecto senador por Vera, Hugo Puchetta, con la que cerró su discurso sobre un proyecto de ley suyo, que logró la media sanción de la Cámara Alta santafesina.
El verense había pensado en una norma que declarará prioritaria directamente "la lucha y el exterminio", pero las comisiones del Senado por las que pasó la iniciativa prefirieron el término "control", que es más moderado.
De todas formas, la norma que ya está en la Cámara de Diputados declara "de interés provincial" las actividades para mantener a raya "en las zonas rurales" a estos insectos a los que ya no los persiguen sus depredadores naturales (desplazados por la actividad humana). Crea el Programa Provincial de Control de las Hormigas en el ámbito de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, la que actuará como autoridad de aplicación.
El profesor de historia y geografía dijo a los demás senadores, en la última sesión ordinaria del año, que lo que para los habitantes de las ciudades es apenas una anécdota, un problema menor, en el interior provincial es un verdadero drama.
Incluso quienes no tienen experiencia o conocimientos campestres de ningún tipo, pueden advertir la magnitud del perjuicio: desde las rutas no es extraño ver predios que parecen aptos para cultivos, pero lucen cubiertos de unos montículos enormes, han sufrido un repentino sarpullido de hormigueros, algunos de más de un metro: son los tacurúes.
Tanto en las áreas agrícolas bajo rotación ganadera, como en las que fueron aradas y no recibieron una siembra inmediatamente, aparecen los hormigueros de la Camponotus punctulatus, las hormigas que construyen su tacurú.
El fenómeno se repite, especialmente en el nordeste del país, por lo que la zona norte de la provincia lo sufre más que otras.
En los fundamentos de su proyecto, Puchetta dice que los efectos de "la remoción de tierra que producen las hormigas al excavar" pueden ser "importantes desde el punto de vista agrícola". Es que el suelo más rico, superficial, queda cubierto por tierra de capas más profundas, arcillosas o arenosas.
El senador comenta que son diferentes las especies de hormigas como distintos sus perjuicios. La cortadora (Atta y Acromyrmex) no es la que construye los tacurúes, pero como cortan los vegetales y los acarrean al interior del hormiguero (para preparar un sustrato sobre el cual crían el hongo que les sirve de alimento) son uno de los insectos que más daños causan a la agricultura. Talan la vegetación herbácea "disminuyendo la capacidad de los campos para la cría de ganado".
Otros daños, indirectos y desapercibidos, son aún mayores: "las hormigas -dice el autor del plan de exterminio- prefieren los vegetales tiernos, que cortan destruyendo parte de los tejidos del meristema de crecimiento; la planta, para reconstruirlo, demora un tiempo prolongado, siendo imposible medir con exactitud el daño producido. Al cortar continuamente el vegetal, la saliva de la hormiga lo intoxica, pudiendo llegar a secarlo, dando lugar a la proliferación de malezas. Los pastos tiernos, al ser cortados continuamente no pueden semillar, llevando a la degradación del campo de pastoreo. Hormigueros ubicados en terrenos con pendientes producen el lavado y la erosión de las tierras", señala Puchetta.
El Programa de Control tiene como objetivos que el Estado se encargue de: proveer los recursos materiales necesarios; promocionar y fomentar la necesidad del control de la plaga; establecer un calendario de inspecciones para evaluar el cumplimiento del Programa; diagramar y elaborar folletos, videos, páginas de Internet y jornadas de difusión en cumplimiento del programa; y firmar convenios de cooperación con instituciones públicas y privadas, procurando un desarrollo integral del programa, entre otros ítems.